sábado, 17 de agosto de 2002

Capítulo 1: ¿Quiénes son nuestros enemigos?

¿Quiénes son nuestros enemigos?
Son aquellos que mantienen relaciones con círculos políticos occidentales, los que distribuyen material del enemigo, difaman la Unión Soviética y rechazan el carácter marxista - leninista de nuestro partido. De igual manera rechazamos a todos aquellos que impiden la estrategia marxista- leninista del partido de construir el „Frente Nacional“1 . Todos ellos deben ser detectados y excluidos.“2
Nota preliminar:
Fritz había regresado a Alemania y se encontraba en la Zona Americana viviendo en la casa de su hermano menor Alfred. Su hermano había llegado a Frankfurt en el año 1932 para trabajar en una de las grandes empresas hortículas que rodeaban esta ciudad importante de la región de Hessen. Después de aprender el oficio en la casa noble en Beesenstedt, un largo peregrinaje lo había llevado a muchas regiones en Alemania. No era por la necesidad de encontrar trabajo, sino la curiosidad de conocer nuevas situaciones y de aprender más en su oficio. Alfred siempre decía que el trabajo nunca le faltaba y que en su vida no había estado un solo día parado sin trabajo. 


En Frankfurt se quedó porque se enamoró:
– Aquí me quedé pegado– decía–. De mi casa en Mühlbeck salí cuando tenía catorce años, y muy pocas veces regresé.–
Era el único de los hermanos Peter que se había establecido en la parte occidental de Alemania que después de 1945 era zona americana. En Frankfurt se casó y ahí se estableció, ejerciendo primero su oficio y después trabajando en la industria hasta que la guerra irrumpió en su vida.
Fritz decidió regresar a Halle, donde suponía que todavía estuvieran su mujer y su casa. Pues después de una guerra, donde habían desaparecido las diferencias entre el frente militar y la vida de los civiles por los intensos bombardeos sobre las ciudades, para nada y nadie existía un lugar seguro. Muchos soldados alemanes que habían sobrevivido a batallas terribles, al regresar a sus casas sólo encontraron un montón de ruinas y la familia desaparecida. La ciudad de Halle había quedado en la Zona ocupada por los Soviéticos y Alfred ni Fritz sabían nada ni de Kaethe, la esposa de Fritz, ni de sus padres.
Las cartas que Fritz escribió desde Austria y también desde Frankfurt no habían tenido respuesta.
Para Fritz esto era una razón más, para irse lo más pronto posible y ver lo que había sucedido a su familia y a su casa. Esa decisión era problemática por varias razones:
Fritz era prófugo: se había escapado de un transporte de prisioneros soviéticos. ¿No sería detenido cuando se presentara en la zona bajo control de los soviéticos? ¿No corría también este peligro en la zona americana? No poseía papeles y no sabía cómo reaccionaría la administración militar americana cuando supiera eso. Por temor todavía no se había dado de alta: podrían devolverlo a los soviéticos.
Se sintió incómodo y todas las noches soñaba con escapar e irse de nuevo.
¿Pero, quién iría libre y voluntariamente a un sitio gobernado por los soviéticos? ¿No huían centenares de miles de personas de allí? En Frankfurt la presencia de fugitivos desamparados era corriente en este tiempo. Había imágenes de desamparo y miseria nunca vistas.

Naturalmente Fritz desconocía lo que se desarrollaba en las altas esferas de la política entre los vencedores de Alemania. El público alemán se había dado cuenta de que no se llevaban tan bien los aliados de la guerra. Había diferencias y conflictos, no sólo entre los soviéticos y los aliados occidentales. Las líneas de demarcación de las zonas de ocupación se habían transformado en auténticas fronteras y los alemanes necesitaban visados para pasar de una zona a la otra. Todos sabían que los aliados habían acordado la distribución de las zonas de ocupación en varias conferencias preliminares y el acuerdo definitivo se hizo en Potsdam en 1945, después de la derrota alemana. Los Aliados Occidentales iniciaron un programa que llevaba el nombre inglés <<Reeducation>>: La población alemana debería de ser educada en los principios de la democracia. El modelo a seguir era el americano en la zona americana y con sus respectivos colores distintivos en las otras zonas occidentales también. El término inglés nunca fue traducido al alemán. Tal vez porque sonaría demasiado a un programa de educación primaria. Muchos alemanes habían sido nazis, pero infantiles no eran, y en cuanto a tontos parece que igualaban a sus vencedores.
¿Pero qué pretendía hacer la Unión Soviética con su parte que le había caído como botín de guerra?
En realidad, poco se sabía de eso y Fritz esperaba obtener noticia de su padre para tener un criterio independiente de los rumores y sospechas que rodearon esta cuestión. Además, ni podía ni quería negar su pasado de un hombre educado en los principios y convicciones de su familia.

¿Qué saben los historiadores de lo que Fritz no pudo saber?

La Unión Soviética, en un principio, no preveía ni la sovietización, ni la división de Alemania en dos estados. Su interés principal era la explotación de los recursos de acuerdo al sistema de Reparaciones de Guerra impuestas por los aliados sobre Alemania.
A medio y largo plazo, la U S quería fortalecer un sistema político alemán sobre los principios de Antifascismo y Democratización. Al mismo tiempo, la U S mantuvo la perspectiva de un sistema comunista para su propia zona ocupada, que a largo plazo pudiera servir como una base para toda Alemania.

Sobre este concepto fundamental, La U S construyó su política práctica hacia Occidente y principalmente hacia los Estados Unidos de América. Erradicar el Fascismo y el Militarismo era un concepto que servía como el denominador común para la política de la ocupación de Alemania. Son los conceptos claves en el Tratado de Potsdam .
Los términos Fascismo y Militarismo fueron usados por todos. Pero esto no marcaba la unidad sino la diferencia entre las potencias, sobre todo EEUU y URSS, los verdaderos triunfadores:

El Marxismo Estalinista había definido Fascismo y Militarismo como gemelos y como mero producto de la evolución capitalista. Habían surgido como consecuencia natural e inevitable de las democracias burguesas. Por eso, la democracia parlamentaria quedaba descalificada como un disfraz de los intereses del capital. La pluralidad de partidos políticos y las elecciones democráticas no singificaban ninguna garantía de libertad para la clase obrera. La democracia liberal era considerada como una tapadera de la dictadura que ejerce la burguesía sobre la clase obrera. Ésta, para su liberación, debe ejercer la dictadura del proletariado. Este es un término que existe sólo marginalmente en la obra de Marx, pero que ocupa la mitad de la obra de Lenin.
Esta definición ideológica permitía subsumir regímenes políticos tan variados y diferentes entre sí como la Italia fascista, la España autoritaria y la Alemania nazi.
Y del mismo modo las democracias occidentales caían bajo la sospecha general de ser potencialmente fascistoides. Ya se ve la ventaja de este concepto desde el punto de vista soviético: quedaba descartada cualquier relación entre el nazismo alemán y el comunismo soviético; y según este modo de ver, quien hiciera esa relación sería acusado de una grave falta de capacidad analítica o de una difamación hacia el comunismo. Esta manera de pensar ha tenido una amplia acogida en los medios intelectuales europeos, lo que facilmente se puede comprobar observando movimientos de protesta a partir del Mayo 68.
Se trata aquí de un auténtico triunfo de una dialéctica simplista del marxismo estalinista. La Unión Soviética, bajo el lema de Antifascismo y Antimilitarismo podía seguir manteniendo su régimen de opresión y pretendía ser considerada al mismo tiempo como vanguardia del progreso social y humano ante la opinión mundial.


El Militarismo, desde el punto de vista de los Aliados Occidentales, significaba sencillamente la continuación del cliché en boga durante la Primera Guerra Mundial: a Prusia se le consideraba la fuente de todos los males en Europa.¿No significaba esta un estado bajo la ley marcial?
Es innegable el alto grado de militarización de la vida general durante la historia de Prusia y su implicación en el imperialismo de Alemania. Sin embargo, desde el punto de vista histórico, Prusia había sido tantas veces aliada como enemiga de las diferentes potencias en el concierto europeo durante las diferentes constelaciones políticas, y no se comportaba de otra manera que las demás naciones europeas también. El ejército no tenía ni más ni menos carácter militarista que otros ejércitos. Los insurgentes americanos se habían servido de especialistas prusianos durante la Guerra de la Independencia como la misma Rusia bajo el Zar Pedro el Grande. Tanto el ejército americano como el ruso tienen raíces prusianas.
La sospecha de que Prusia fuera la cuna del nazismo es más que absurda y carece de toda comprobación. Cierto es que el nazismo, que nació de otras fuentes muy distintas, se ha podido servir del ejército prusiano eficazmente; pero no al revés. El último gobierno de Prusia era socialdemocrático y fue destituido por decreto del gobierno nazi del Reich. Sin embargo, la primera medida de los occidentales fue la disolución del estado de Prusia.
¿ Con esta medida sería erradicado el mal para siempre?
Stalin veía esa cuestión como un tema meramente decorativo. Los soldados soviéticos seguían bajo el reglamento militar que prusianos como Clausewitz habían introducido más de cien años antes.

Había que resolver el problema del poder. Alemania como poder había desaparecido.
¿Quién o quiénes la sustituirían? Esto era la cuestión. Y no se trataba de cualquier lugar del hemisferio este y oeste. Se trataba del mismo corazón de Europa. En este sentido la cuestión se transformaba en un problema de vida o muerte, de paz o de guerra, o de otra forma de guerra.
Alemania murió en 1945 y la Guerra Fría nació.
1 El Frente Nacional de la DDR ( Deutsche Demokratische Republik = República Democrática Alemana, RDA) reunía todos los partidos, definidos como “democráticos“ y “antifascistas“ en un solo bloque común. Así los partidos no socialistas fueron neutralizados a través del método de la integración de la oposición. Según unas
palabras de Walter Ulbricht, secretario general del Partido SED, todo tenía que ser “democrático, pero nosotros
tenemos que tener el control“
2 Reglamento general del comité central para la depuración del Partido SED en 1950/51 de la RDA. Fueron excluidos 150 000 miembros. Cit.: Hermann Weber, DDR -Grundriss der Geschichte 1945 -1990. p.50, Hannover, 1991.

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