martes, 23 de enero de 2018

¿Existe el pro-semitismo?


¿Existe el ‘Pro -semitismo’?

El término ‘antisemitismo’ está ampliamente difundido en los discursos alrededor de la existencia de comunidades judías por el mundo entero.  Fueron elaboradas numerosas explicaciones, todas sobre  la situación excepcional de los judíos durante miles de años de su compleja historia.
El antisemitismo moderno es la actualización del viejo tema de la marginalización de los judíos, que ha ido desde la exclusión social a la reclusión en la estrechez de los ‘Ghetto / Gueto’; (y la punta dolorosa y penosa del iceberg que fueran los campos de concentración y el Holocusto Nazi).
¿Cómo ha reaccionado la comunidad judía a eso?
La respuesta moderna ha sido el ‘sionismo’, en voz potente de Moisés Herzl; nació un proyecto político que tuvo un éxito fulminante, su profecía se ha hecho realidad: la creación del Estado de Israel, nacido de la promesa de rehabilitar una misión histórica –aparentemente perdida en los “biblos” del Antiguo Testamento-, transformándolo en una nación moderna, industrializada. Hasta ahí todo parecía solucionado, fin de exclusión y de sufrimientos seculares. ¿Fue acaso el surgimiento de Israel un verdadero fin a tan antigua problemática?
  

                                             Niño palestino contra carro de combate israeli
                            

“Graves peligros existenciales amenazan a Israel si los dirigentes actuales no tienen sabiduría de entender que Israel no se encuentra en las regiones pacíficas del norte de Europa sino en el turbulento centro del atormentado Oriente Medio. No tenemos ningún lugar en Oriente Medio en el futuro ya que nos hicimos detestables a sus ojos después de haber machacado día y noche que ellos son detestables para nosotros. Así que es absolutamente nefasto. Si no encontramos una solución aparte de ametralladoras y tanques (que ya hemos visto que no sirven de nada contra un niño descalzo con una piedra en la mano) podemos perderlo todo. El Estado de Israel es susceptible de convertirse en un fenómeno pasajero como el Primer Templo y el Segunda Templo.”
 Sami Michael, ‘Israel – Most racist state in the industrialized world’.

El Sionismo cumplió la promesa de devolver la tierra de Palestina a sus ‘legítimos’ propietarios que serían los judíos, definidos como ‘Pueblo de Israel’. En este nuevo siglo 21, ya un poco lejanas las afectaciones inmediatas a la segunda guerra, resulta muy cuestionable la legitimidad de transformar a individuos o grupos repartidos por el mundo  en ‘El Pueblo de Israel’.  En realidad eran ciudadanos que estaban integrados en distintas lenguas y culturas compartiendo una idéntica misión religiosa, bastante secularizada durante los últimos siglos. También es cuestionable que existiese tal legitimidad sobre el país palestino, hábitat durante milenios de diferentes etnias, entre ellas la judía.
Si bajo el signo ‘sionista’ se logró regresar a Palestina, la política no pudo contentarse con eso. El predominio y la extensión sobre toda Palestina fueron los siguientes pasos y la justificación tuvo que ser ideológica transformando a perseguidos en perseguidores, proclamando el derecho y la superioridad frente al abuso e inferioridad que les había impuesto el antisemitismo. En cierto modo, el antisemitismo se convirtió en su antítesis: en un orgulloso y triunfante concierto de impositivo imperial.
¿‘Pro-semitismo’, para oponerlo a Anti-semitismo? Oficialmente los gobiernos de Israel desde el origen buscan la paz con los árabes. Al mismo tiempo, permiten una crecida vigencia de grupos ultras religiosos que transmiten un fanatismo excluyente a la vida diaria de Israel impidiendo cualquier paso que implique tolerar alternativas religiosas o étnicas. Muchos son inmigrantes desde EEUU, migrantes misioneros ideologizados bajo el ‘mainstream’ americano.

La pacificación  entre diferentes etnias o religiones es solo posible sobre bases laicas fundadas sobre la razón. Las emociones no son pacificadoras, hay que guardarlas en las carpetas íntimas.
‘Raison d’État’ diría el estadista moderno ilustrado. Las religiones guardan semilleros de violencia a pesar de sus retóricas del amor proclamadas.
¿Es posible esto del amor en un ambiente dominado por el odio?
Nada sé de eso. Me parece imposible cuando me cruzo con viajeros barbudos con sus ‘kipas’ puestas o mujeres cubiertas de tela hasta las narices; no me llamo a engaños: se están autoproclamando para distanciarse, separarse. Parece ser que está de moda la Moda de la Hostilidad.
 ¡Vaya paz!

Fmpeter         2018
Edición anavictoria



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