¿Es La Reforma el
inicio de la Libertad moderna?
Hace algunos años que en
Alemania se decidió conmemorar conjuntamente, entre Iglesias y Estado, el 500
aniversario de la Reforma y para ello se prepararon magnos eventos. Seguramente
se pensó por parte de los artífices del evento, que la fiesta debería ser de
todos porque la importancia de este
hecho histórico singular sería sentido y vivido por todos de manera
singular. Las festividades terminaron en pasado año, el 2017. Al margen, vale comentar que la asistencia no llenó las expectativas de la organización.
¿Qué quedó de todo esto? ¿Sólo fiesta?
En el centro de las
actividades fue colocado Martin Lutero; se proclamó una década de Lutero, quien
fuera creador de la ‘Religión como Libertad’, y en este
sentido debería ser considerado antecesor de la cultura de la libertad moderna. ¿Es acaso cierta tal afirmación?
Aclaro que no soy teólogo, ni
religioso luterano; tampoco estoy consciente
del valor religioso en las proclamas demagógicas de Martin Lutero. Sin embargo todo este tema se ha debatido tan
intensamente que me atrevo a escribir un poco sobre el mismo.
Se han destacado las tres breves
claves para entender el principio de la Reforma Luterana:
·
Sola fides -solamente la fe- (allein der Glaube).
·
Sola
scriptura -solamente la escritura – los evangelios concretamente,
(allein die Schrift).
·
Sola gratia -solamente la gracia divina- (allein die Gnade).
‘La libertad del cristiano’ ( “Die Freiheit
eines Christenmenschen” en voz de Lutero) se concentraba en la fórmula
sencilla: ¡solamente la fe! --“Allein
der Glaube!” -- en voz de
Lutero.
- ¿Es esta la libertad tal como yo la entiendo?
¿Ist das “die Freiheit, die ich meine”? (Cito
aquí el texto de una canción popular original del siglo 18.)
¿Es esta “la libertad que
guarda y llena mi corazón”?
Sin menospreciar el principio
básico de la Reforma Luterana, insisto en que la idea de la libertad moderna
tiene muy precarias raíces luteranas. Hay que acudir a la sofisticación teológica
para encontrarlas. Es más, después de que se investiga y se conoce de
primera fuente el profundo autoritarismo y la declarada intolerancia del
reformador Lutero quien definiera la adhesión de la iglesia luterana a las
autocracias en sus diferentes formas, uno queda convencido que el tal “origen
de la libertad” ha sido un invento publicitario, un slogan de los organizadores
del evento buscando un poco de remedio a la crecida secularización en la
sociedad alemana actual.
(A propósito recuerdo los
actos conmemorativos alrededor de los 500 años del ‘Descubrimiento de América’-
celebrados con gran entusiasmo en España en 1992.
En aquel caso se hizo algo similar
: una interpretación actualizada de una suma
hechos históricos que se usaron de forma selectiva. Toda interpretación
procede de un lectura ‘libre’ de los hechos y suele servir a intereses
cambiantes.)
Por eso, todo creyente
cristiano es libre de descubrir el mensaje de Lutero como base de su fe
personal. Y afirmo: todos somos libres para actuar así. Sin embargo, el
historiador con permiso o sin él debe intervenir y aclarar. Los procesos
históricos no pueden ser revisados y cambiados al gusto de conmoraciones y
fechas especiales. Y tal guarda constituye la misión del historiador.
Me parece necesario en el caso de Alemania
destacar lo siguiente: La libertad democrática, tal como se inscribió en la
constitución vigente en nuestro país, la que debe regir tanto la ley como la
convivencia social actuales tiene sus raíces muy claras en la Ilustración; su
fundamento se encuentra en las obras de escritores y filósofos como
Lichtenberg, Gauck, Lessing, Wieland y sobre todo Manuel Kant, también Alexander y Wilhelm von Humboldt..
Manifiesto mi mayor respeto por los individuos que aceptan en sus vidas el
mensaje luterano y no dudo que son conciudadanos valiosos. (Valga este respeto
incluso para el crecido número de grupos de un renovado cristianismo sectario
…¿neo protestantes?.. presente por
millones en sur, centro y Norteamérica. Pero insisto, tales organizaciones
tienen que prever que para ser ciudadanos modernos, racional y emocionalmente reservarán su fe en
la intimidad de su convicción cristiana, para bien común de la misma sociedad
moderna en la que se desenvuelven y que protege y garantiza la libertad de todas
las creencias.
fmpeter enero
2018
edición anavictoria
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