Zum ewigen Frieden -Immanuel Kant
(Reflexiones sobre un posible camino a la paz eterna)
Este es el título de un ensayo de Manuel Kant. Con frecuencia ha
sido mal citado mal por cuenta de error en las traducciones. El texto no trata
de la paz eterna sino del camino hacia ella. En realidad, al leer la fuente
encontramos que de la misma paz como tal, poco se reflexiona.
En un chiste casi cínico, Kant se refiere a lo que leyó escrito
sobre la entrada de una cafetería vecina de un cementerio (“Zum Ewigen Frieden”
– Hacia la Paz Eterna). En ese sitio y por aquella época ‘A La Paz Eterna’ era invitación a tomarse un refresco antes de
visitar a los muertos en sus tumbas. El estilo de Manuel Kant era sobrio y
complicado, por eso siempre se leyó esa obra ‘menor’ del autor clásico como
algo raro. Poco antes de esas reflexiones Kant había publicado una más de sus
grandes ‘Críticas’ ( Kritik der Urteilskraft) y sus lectores no le creían capaz
de crear un tono chistoso en algún escrito.
Para escribir el ensayo en cuestión Kant siguió exactamente los
pasos de lo que en su tiempo era habitual en los tratados de paz: formuló seis
‘artículos preliminares’ seguidos por tres ‘artículos definitivos’ y dos
‘artículos adicionales’ más un apéndice filosófico ‘kantiano’.
Los ‘artículos
preliminares’ hablan de lo que No
debiera hacerse para que haya paz.
Los ‘artículos
definitivos’ mencionan lo que hay
que hacer para que la paz esté segura.
Cito estos artículos para comentarlos brevemente:
Preliminares:
1.
“No es
válido un tratado de paz que mantenga las condiciones para una futura guerra.”
‘La Paz de Versalles’ (1918) puso fin a la Primera Guerra ‘Europea’
y condicionó la Segunda ‘Guerra Mundial’.
‘El Tratado de Potsdam’(1945) se firmó entre vencedores en
ausencia de los vencidos, condicionó una forma de continuidad de la guerra con
otros medios ( ‘La Guerra Fría’). Kant les contradice desde la tumba.
Este principio es muy importante de recordar puesto que su
violación suele suceder con frecuencia. En la actualidad del proceso de
pacificación en Colombia tener presente la idea de Kant sería de enorme
importancia: Mantenerse en el odio y en la venganza es la peor de las opciones.
Nadie es capaz de reparar hechos pasados. Mirar al futuro es lo que importa.
2.
“No será admitido que ningún estado
existente sea adquirido por otro por
medio de compra, herencia, cambio o donación.”
Las potencias imperialistas del siglo 20 no pararon de eliminar
estados existentes transformándolos en satélites. Con frecuencia fueron
justificadas tales acciones con el argumento de servir a la paz.
3. “Los ejércitos permanentes, con el tiempo
deberán desaparecer.”
El rearmamento continuado y persistente sigue siendo una amenaza
permanente a nivel mundial. La presencia de esta amenaza es un factor principal
en la competencia de poderes a nivel internacional. Los peligros de la
militarización de la sociedad civil, su transformación en un cuartel vivo, son
altamente documentados en la historia. Desde la misma Prusia a naciones como
USA y UDSSR hay una línea directa de veneración al ambiente belicista.
4 “No
se cargarán de deudas los estados para preparar conflictos externos.”
Para preparar los conflictos externos se toman créditos que esconden
la verdadera intención. (Inversión en industria con doble cara: civil y militar)
Es la fórmula más discreta y secreta de la preparación de conflictos armados; y
estos una vez preparados aumentan el riesgo de que alguna vez se ejecuten.
5.
“No será admitida la intervención armada de un
estado en la constitución y gobierno de otro.”
Este imperativo moral de Kant es el menos seguido por las
potencias del Siglo 20; por el
contrario, ha sido casi una “ley fundamental de vida política”.
6. “No
debe hacer uso de métodos militares de tanta crueldad que resulte imposible establecer
la mutua confianza para firmar un tratado de paz posteriormente.”
Este artículo anticipa el saber de las terribles
consecuencias del uso de armas químicas, y otras de destrucción masificada. Sin
embargo, los actores cuentan con el olvido de la gente. La publicidad es un
arma poderosa que el autor Kant aun desconocía.
Definitivos:
1.
“La
constitución de los estados será republicana.”
El término ‘republicano’ ofrece dificultad de interpretación.
¿Significa ‘democrático’? Kant insinúa
que la organización sociopolítica en aquellos estados que buscan asociarse bajo
un tratado de paz debe ser idéntica. Eso significa que la relación entre estados
tiene que pasar por el consentimiento de sus ciudadanos. Esto es democracia.
2.
“El
Derecho Internacional se fundará sobre el federalismo de estados independientes.”
A pesar de los egoísmos vigentes que Kant no niega, debe estar vigente un derecho general
que todo lo cubre. La idea de las Naciones Unidas está aquí presente. Kant no
pudo tener en cuenta la transformación teatral y la pérdida de poder real de
organizaciones transnacionales. Kant no pudo prever los efectos de corrosión
que ejercen el nacionalismo y la falta de solidaridad en el concierto
internacional, por ej. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la
Unión Europea.
Adicionales:
1.
“Como en los artículos anteriores, aquí no se trata de
filantropía sino de un Derecho, el de la Hospitalidad; es el Derecho que posee
todo extranjero para no sufrir hostilidad cuando pisa el territorio de
otros. En su caso podría ser rechazado si fuere posible sin causar daño a
su integridad. Pero si se comporta pacíficamente, no se le debe tratar
con hostilidad.”
Este
artículo es muy actual y deberían memorizarlo los gobiernos de los estados
europeos ante la avalancha de refugiados buscando asilo, protección y mejor
vida. La tierra es de todos y no hay ningún espacio reservado por naturaleza de
una etnia contra otra. Kant aquí muestra ‘los dientes’ del ilustrado contra las
metafísicas racistas o nacionalistas. Su discurso alcanza nuestro presente.
2.
“Los estados armados y
preparados para la guerra deberán consultar los principios de los discursantes
filósofos para adelantar un discurso sobre la posibilidad de establecer la paz
en el lugar de la guerra.”
Un año
antes de la publicación de este texto, el rey prusiano Friedrich II , el que
fuera soberano de Emmanuel Kant, había muerto; este rey ‘En Prusia’ era
militarista, pero también defensor del libre pensamiento y de la tolerancia.
Por eso Kant se consideró privilegiado por poseer un señor que es capaz de
decir: “¡Razonen sobre lo que quieran, pero paguen sus impuestos!” Sin ambos
personajes: sin la pluma del filósofo y el bastón del rey cojeante la
Ilustración en Alemania habría sido un sueño vacío e imposible. En el año de la
publicación del ensayo este rey ‘ilustrado’ ya no existía; su sucesor Friedrich Wilhelm II era la sombra de
su antecesor, incapaz de continuar este proyecto y estilo.
¿Debe
el lector entender este texto como herencia y advertencia a la vez?
Kant
está muy consciente de esa situación particular en Prusia, y ante los terremotos
que han de venir en la continuidad de la Revolución Francesa, toma la pluma y
escribe este ensayo que pronuncia pensamientos que llenan sus grandes obras,
las ‘Críticas’. Sin estas la filosofía moderna no sería posible.
En el presente
ensayo se observa a un Immanuel Kant, quien desde el ‘trono filosófico’
contempla el mundo real. ¡Ojalá que se nos escuche, a los filósofos, antes de
tomar decisiones de guerra o paz! Me parece escuchar un suspiro al final.
Por eso,
en compañía de Immanuel Kant …entramos en la cafetería junto al cementerio, tomemos
asiento y pidamos una taza de café y el que quiera que se fume una pipa de
tabaco, ambos ‘vicios’ eran permitidos debido al edicto de la tolerancia en la
Prusia de la época.
Conversamos
con Kant sobre la Paz y salimos no satisfechos, pero al menos pensativos.
Todavía no pasaron las Furias de las
Guerras sobre esta pacífica región de Koenigsberg.
Immanuel
está de prisa, le esperan su gato y su criado Licht, además, el paseo de las
cinco no debe fallar.
fmpeter enero 2018
edición
anavictoria
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