“La AfD ( Alternativa para Alemania) defiende un proyecto ‘democrático’ que consiste principalmente en negar a personas la ciudadanía completa cuando estas tienen la piel oscura, no son cristianas ni comparten posiciones de derechas. El partido AfD no se integra en el panorama democrático existente porque es parte de una ‘tela de araña’ internacional ocupada en minar las democracias occidentales desde dentro y transformarlas en dictaduras de la mayoría popular contra minorías.”(traducción libre)
Acabo de leer este comentario de Christian Bangel en ‘die Zeit’ edición digital del día de hoy. Me parece que da en el punto clave: ¿Estamos viviendo un cambio fundamental desde dentro de las sociedades europeas, y en el mundo entero?
Decimos que todas las ideas son justificadas cuando democráticamente se pronuncian, cuando son respetadas las reglas que las constituciones democráticas imponen a la actividad política. Pero el activismo político fundamentalista intenta pasar de la violencia individual a la colectiva, someter la sociedad moderna a la ley del más fuerte.
Pero hay reglas más allá de operaciones legales en democracia. Los ‘Derechos Humanos’, la ‘Igualdad de todos ante la ley’ imponen una línea roja que nadie debe transgredir. La nación no es el privilegio de unos contra otros que son difamados como invasores y elementos nocivos. Ningún sentimiento tildado por ‘sagrado’ está por encima de un orden humano y constituido en numerosas fuentes y declaraciones desde la era de la Ilustración.
Los ‘pueblos’ más de una vez se han equivocado. La historia reciente de Europa bien lo documenta. Es la misión de élites democráticas no admitir contaminación por nacionalismo, xenofobia fetichista, y autoritarismo aunque esto venga vestido de color democrático promovido por los falsos profetas.
friedrichmanfred enero 2020
Pero hay reglas más allá de operaciones legales en democracia. Los ‘Derechos Humanos’, la ‘Igualdad de todos ante la ley’ imponen una línea roja que nadie debe transgredir. La nación no es el privilegio de unos contra otros que son difamados como invasores y elementos nocivos. Ningún sentimiento tildado por ‘sagrado’ está por encima de un orden humano y constituido en numerosas fuentes y declaraciones desde la era de la Ilustración.
Los ‘pueblos’ más de una vez se han equivocado. La historia reciente de Europa bien lo documenta. Es la misión de élites democráticas no admitir contaminación por nacionalismo, xenofobia fetichista, y autoritarismo aunque esto venga vestido de color democrático promovido por los falsos profetas.
¡Cuidado, ante el ‘tsunami’ populista!
friedrichmanfred enero 2020
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