“Romulus tantum sapientia valuit, ut plerosque populos eodem die hostes, dein cives habuerit, advenae in nos regnaverunt; libertinorum filiis magistratus mandare non, ut plerique falluntur, repens, sed priori populo factitatum est.”
Así escribe Tacitus: “oratio Claudii”, discurso del emperador Claudius ante el senado romano – año 48 PD.
Traduzco del latín:
(me ayudó una versión alemana)
“Sin embargo, Rómulo (el fundador de nuestro estado) poseía gran sabiduría, tanta que en un solo día los transformaba (referido a los extranjeros)primero en enemigos, después en ciudadanos y luego fueron extranjeros los que nos han gobernado; han sido hijos de ‘libertos’ (procedentes de esclavos) quienes pudieron ocupar cargos públicos del estado. Y no ha sido una novedad, lo que afirman algunos equivocados, sino es una antigua tradición nuestra.”
Estas son palabras extraordinarias y memorables en los actuales momentos cuando en el mundo entero reina un espíritu de exclusión y de rechazo al inmigrante.
Para Claudius – Emperador Romano – los inmigrantes de Hispania, de Galia y de la inmensa variedad de etnias itálicas que se cambiaron de enemigos en ciudadanos y en auténticos romanos fueron muy importantes.
Los andaluces modernos veneran los nombres de Trajano, Adriano y de Séneca. Y hacen bien.
Esa memoria es un valioso aporte y un remedio contra la xenofobia y la veneración de un etnocentrismo de moda en todo el hemisferio europeo.
Se acerca el día en que Alemania seguramente tendrá ministros de gobierno de origen turco (ya los hay en los gobiernos regionales). Todo eso seguirá una línea dibujada por el modelo de Roma que nos mantiene a distancia crítica como nos sirve de modelo, de ejemplo a seguir. Todo lo que se ha vivido una vez, forma parte de la memoria colectiva de la humanidad. Y el punto es que ella sea abierta y humanista, nunca etnocéntrica.
friedrichmanfred enero 2020
edición anavicoria
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