martes, 31 de diciembre de 2019

Las Amazonas



“En Europa hay un pueblo ‘escita’ que vive alrededor del mar ‘Majotis’ (el Mar Negro) y se distingue de los otros pueblos. Se llaman los ‘Sauromates’. La mujeres de este pueblo montan a caballos, tiran con arco y flechas y botan las lanzas cabalgando; guerrean contra los enemigos mientras todavía son vírgenes. Solamente se casan después de haber matado al menos a tres enemigos y de  ofrecerlos en ceremonias como ofrendas a los dioses. Es una costumbre de ellas. Entonces, la mujer tras haber sometido al hombre, deja de montar a caballo cuando no es llamada por una guerra general. Ninguna mujer tiene seno derecho, siendo aún niñas le habían aplicado la extirpación con un hierro candente. Así ha pasado toda la fuerza y el poder al hombro y al brazo derecho.”
(Hipócrates, Escritos – traducción en alemán – Rowohlt TB – 1962, p. 120)




En esa reproducción de un vaso griego arcaico se ve el combate entre Aquiles (héroe de la guerra de Troya) y Pentesilea, reina de las Amazonas. Numerosos autores de artes pictóricas, dramáticas y musicales se han ocupado de esta lucha mitológica que entiendo como el asunto en Romeo y Julieta –pero al revés– El amor vence a la muerte, dice S. – El odio vence al amor, responde K.
En su dramaPenthesilea,Heinrich von Kleist tematiza el amor que conduce a la catástrofe: Los amantes, para amarse, no encuentran más solución que enfrentarse y matarse. Los continuadores de la Ilíada clásicos optaron por la muerte de Pentesilea; Kleist decidió que Aquiles muriese y Pentesilea enloqueciese.

Sea como sea, este mito, al igual que todos los mitos clásicos no perecerá; ello porque los conflictos que se coagulan en los mitos, persistirán independientes de los tiempos que cambian.
Tampoco importa que su mensaje posea como núcleo un hecho real o que se trate de lo puramente imaginativo, ficcional. 
Hipócrates, el famoso médico antiguo, tomó por real lo que había oído. La mayoría de investigadores piensan que desde un principio la leyenda ha sido pura fantasía y que ‘las amazonas’ nunca existieron. La extirpación del seno derecho correspondería a la morbosa fantasía de hombres.
En la actualidad estamos presenciando una crecida ‘cultura de la violencia’ familiar o ‘de género’ como la llaman en España. Es raro el día que no asesina algún ‘Alquiles’ a su compañera presente o pasada. Innumerables ‘pentesileas’ sobreviven y no dejan de contar horrores. ¿Hay detrás de eso, algo más sustancial, arcaico? ¿Existiría una vieja herencia milenaria nunca superada ni reflexionada?
En el clásico mito, las amazonas son una respuesta, fuerte dura y casi varonil al reto de la superioridad aplastante del macho, tanto física como cultural (machismo). Aquiles simboliza esa ley de los dioses del Olimpo, es un medio-dios, casi un inmortal.
¿Qué le vence y qué le cuesta la vida? Pues, el amor con Pentesilea. Pentesilea y él se aman y ambos lo confiesan. Y ese amor será su perdición, este es el mensaje del drama de Kleist.



‘Los dioses no permiten la felicidad de los hombres’. Este mensaje trágico pone a Kleist a la altura de Shakespeare y ha de entenderse como un consuelo, modesto, pero sabio y resignado en todos los tiempos, los que han pasado y los que están por venir. Por eso, no os preocupéis – dice – nada cambiará.

friedrichmanfred y anavictoria  diciembre 2019

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