En el año 1844 publica Marx su famoso ensayo “Über die Judenfrage”– Sobre el Tema de los Judíos – y ahí se leen las siguientes frases (traduzco):
“La moral secular de los judíos es el egoísmo, su religión mundana es negociar, su dios secular es el dinero y el dios auténtico de los judíos es la ‘letra a plazos’… “El Dinero es el Dios verdadero de Israel y a su lado no debe haber ningún otro dios.”
Son sentencias que Marx repite en “La Sagrada Familia”. Las frases resultan tan chocantes que -según varios comentaristas- dejan claro que Marx ha sido ‘antisemita’. Además, es muy notable el estilo descontrolado, polémico y ansioso por lograrse insultante.
Tal tono se repetirá en el trato verbal contra Ferdinand Lassalle, socialista de primera generación en Alemania y contemporáneo de Marx.
En el trato con Lassalle sólo existen los insultos: “¡Der Juden Itzig!”“Itzig” era el diminutivo de Isaac y constituía en los tiempos de Marx, una clase de insulto común y corriente, igualmente grosero e intimidador entre alemanes y franceses para denunciar a los ‘culpables’: Los antisemitas franceses responsabilizaban a los judíos de la derrota napoleónica; por su parte los alemanes los declaraban causantes del fracaso de la Revolución Nacional y Democrática.
Acusaciones absurdas de base. Lassalle que hablaba alemán con un ligero acento yiddish era la víctima preferida de Marx para desahogar su frustración de haber permanecido más bien anónimo mientras el otro gozaba de admiración pública.
Pero pregunto: ¿Qué hay detrás de eso?
En mi reducido análisis y saber acerca de este tema destaco los siguientes argumentos:
1. Carlos Marx fue el nieto de un rabino e hijo de un judío converso; fue bautizado como cristiano luterano, se casó con mujer cristiana. Su educación fue ‘antijudía’ como es fácil de comprender. Su ambiente social fue antisemita totalmente, más en la ciudad de Trier/ Trèves (Tréveris) fronteriza con Francia.
No ha sido el primero ni el último “antisemita” que odiaba a los judíos teniendo antepasados judíos (Vean el caso del Gran Inquisidor Cardenal Cisneros en España). El escritor Isaiah Berlín habla de “auto-menosprecio”, del odio a si mismo como fenómeno sicológico frecuente entre conversos.
2. Los teólogos (no lo soy yo) destacan la fuente común de las tres religiones monoteístas a saber: la Biblia de los cristianos, la Torá y el Talmud de los judíos, el Corán y la tradición escrita musulmana.
Tal fuente reside en el tratamiento oficial que se le da al dinero y -según ellos, los teólogos- ahí se encuentran las normas y reglas a seguir de sus fieles: La ‘riqueza’ y el ‘ganar dinero’ en todas ellas son valores relativos; la normativa general de las tres es “El rico debe socorrer al pobre”.
Sin embargo, se distingue la ley impuesta por la Torá y por la exégesis del Talmud de los judíos: El pueblo escogido por Dios y migrante histórico necesita ‘el dinero’ como protector fundamental contra ambientes adversos o hostiles. Es un argumento frecuente. La riqueza, bien manejada, es una bendición divina. En el archiconocido shakepeareano drama ‘El Mercader de Venecia’ se le retrata de forma clarividente. El que se encuentra perseguido y aislado necesita protección; eso explica la colaboración activa con el poder reinante y la búsqueda de medios materiales que ayudan a sobrevivir crisis o catástrofes.
Al lado de los potentados absolutistas del siglo 18 encontramos siempre el llamado “Faktor” el banquero judío (¡Vea Jud Süß!). De esa forma el poderoso derivaba el odio que merecía él contra el judío que actuaba en su nombre.
Conclusión: Reunir riquezas a través de negocios (haciendo uso de dinero para crear dinero) es práctica humana hasta en los tiempos más remotos.
En circunstancias muy similares, judíos y protestantes cristianos calvinistas le dieron aprobación, restringida por cierto. Pero esa aprobación existe y es practicada como todos podemos observar – si queremos verlo: el dinero es considerado un regalo y una bendición de Dios.
(Creo que el único disidente fue Jesuscristo quien declaró que para los ricos sería muy difícil la entrada al prometido Cielo )
Todo lo anterior no justifica las diatribas de un Carlos Marx, ni las persecuciones incesantes antijudías que en los tiempos modernos llevan el nombre de antisemitas. (Ese término merecería una reflexión relajada.)
friedrichmanfred y anavictoria diciembre 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario