domingo, 29 de diciembre de 2019

La Papisa



Explica Gregorovius en su ‘Historia de Roma Medieval’ que en documentos del siglo XIII está inscrita la ‘leyenda’ de la papisa Juana que ocuparía el trono de papa durante dos años, después de la muerte de Leo IV en el año 855.
Una mujer ‘aventurera’ de origen anglo, pero nacida en Ingelheim (Germania), habría sido elegida ‘papa’ por el gremio de los cardenales, debido a un genio singular de capacidades extraordinarias. Había escondido su sexo exitosamente bajo la tapadera de un fraile benedictino y como tal había desarrollado estudios exitosos que la privilegiaban para ocupar cátedra en “S. María Scholae Graecorum” en Roma. A los cardenales  les parecería ‘el candidato’ más apto para ocupar la sede del obispo de Roma y ser ‘el papa’. 

      
                      

Todo marchaba bien, si no hubiese ocurrido lo que ocurrió durante una procesión: Juana fue prendida por su estado de parturienta, y dio a luz a un niño en plena calle. Y ella murió.


Siglos después le fue levantado un monumento en el lugar de este suceso singular:
Juana, con los signos de papa, coronada de ‘tiara’ la corona de los papas y con un bebé en sus brazos. Todos los papas posteriores huyeron este lugar y trataron de borrar los hechos que fueron atribuidos a la fantasía morbosa del ‘poblacho romano’. La estatua de la papisa fue eliminada; sin embargo, crecían los rumores alrededor de Juana que poblaron innumerables coloquios.
¿Tiene alguna importancia actualmente?
Creo que sí. En la iglesia católica alemana acaba de pasar una ‘huelga’ de las mujeres con oficios varios eclesiásticos, desde niñeras a administradoras parroquiales. Todas ellas exigiendo una reforma, mejor dicho una revolución en la iglesia romana católica, la eliminación sin reservas de toda discriminación de la mujer.
En este sentido, el ejemplo de la ‘papisa’ Juana – leyenda o verdad aparte – es un estimulante.

friedrichmanfred y anavictoria diciembre 2019

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