sábado, 7 de diciembre de 2019

Greta, un personaje absurdo...



¡Marchar, marchar, marchar y soltar frases bonitas al aire! Qué bien.
Pero, ¿qué sentido tiene todo eso?... ¿qué enseña la célebre niña de Suecia al mundo?
Nada, es decir, nada que no se sepa ya hace tiempo. 

Greta no ha descubierto nada, nada ha revelado, nada notable ha logrado difundir. Entonces… ¿por qué corren miles de personas tras una niña que en vez de estudiar, lo que sería lo propio en su edad, decide recorrer el mundo para proclamar lo que todo el mundo ya sabe: el clima y el clima y más sobre el clima; claro que es un problema gordo. 
Y más reproches: “Ustedes los viejos nos han echado encima, a la generación futura, a los niños que son inocentes del desastre que se acerca”.

Me pregunto: ¿Quién maneja todo eso?... ¿quién financia y organiza estos espectáculos, costosos, en gran medida el máximo ‘kitsch’, mediáticas horteras?
¿Otros niños, niñatos que prefieren pasar anónimos?  
¿O son adultos que bien saben cómo mover las ruedas de la publicidad, que bien saben cómo banalizar un enormemente difícil tema para conseguir atención y ganar adeptos? Saben que mientras más excéntrica y novedosa la imagen el resultado será mayor, despertará la atención de un público habituado a la invasión publicitaria de todos los días.
 Hay que crear algo novedoso, genial, no visto antes. Es la ley de la selva en materia de marketing y publicidad.
Greta es un ejemplo más de la banalización publicitaria, de la transformación de ideas en imágenes, fáciles de captar. 
Verdad es también que la imagen de Greta resucita viejos mitos: uno es el de la infancia feliz; todos podríamos ser santos si el mundo dominado por los mayores no nos pervirtiera. Rousseau inventó ‘Emile’, ¿quién inventó a Greta?
Otro mito icónico es el de una santita o virgen laica que exhibe simpleza, sencillez, credibilidad. No es extraño que en la era del feminismo popular naciera la imagen de una niña, con síntomas de autismo y modelo de una nueva era de emancipación.
No hay duda, tras Greta desfila el tiempo moderno y sus miles de adeptos iluminados. ¿Resucitan tiempos de ‘Las Cruzadas’? Conocemos ‘La Cruzada de los Niños’ y su final triste. La memoria colectiva guarda el mito del ‘Flautista de Hamelín’. ¿Se está repitiendo algo similar?

friedrichmanfred y  anavictoria   diciembre 2019 

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