“Este genio destructivo…. perverso, cruel, rico en recursos, irritable frente a los obstáculos, quien no le daba valor a la vida, pero que a la ambición todo lo entregó; el quería ser ‘el Maestro’ y para serlo se había decidido por “todo o nada”, y nada le puso límites a su ambición. Con indiferencia completa tenía talante para vicios o virtudes. Físicamente nunca descansó y la crueldad más fríamente calculada lo motivó para calmar su ira y demorar el ejercicio de las venganzas.
Era un hombre corriente, pero su mirada y el gesto de la boca relevaban algo atroz sin embargo controlado y pérfido. Hablaba poco, sólo cuando estaba en juego su autoestima tomaba la palabra. Su piel estaba cubierta de dardos y esta enfermedad aumentaba su violento activismo.
Este hombre siempre estuvo ocupado en sus ‘proyectos’ y procuraba que nada le distrajera. En las noches dormía solo tres horas y no usaba de medicamentos hasta cuando los dolores fueran insoportables. Este hombre quiso ser el dueño de Francia y posteriormente de toda Europa.”
Sí, se trata de Napoleón Bonaparte,dibujado por Max Gallo, Napoléon, Le chant du départ.[i]
Y no es quien usted, estimado lector o lectora, supuso. ----- ¿O se parecen?
Napoléon estaba consciente de la imagen que su persona dejaba en la sociedad francesa: De origen extranjero (Córcega), militar profesional y jacobino revolucionario, fue principalmente ambicioso y cultivó la ambición armada.
Max Gallo deja hablar a Napoléon de acuerdo a las fuentes:
Los diarios de Paris (les journaux de Paris) ‘cantan’ alabanzas del general Bonaparte. Y él responde así:
“Sí, yo soy ambicioso, la ambición es natural en mi, tal vez es innata. Ella me pertenece como la sangre que recorre mis venas, como el aire que respiro, ella me ha hecho vivir más rápidamente. Yo prefiero hablar de ‘énergie’ porque asiste a todos mis proyectos e ideas.”
friedrichmanfred y anavictoria junio 2020
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