Tres ideas para Europa
Michel Deguy, columnista de Le
Monde, considera preocupante la ausencia
de una conciencia y voluntad políticas proeuropeas en la opinión pública de las
naciones europeas. La Unión Europea no
conoce un espíritu europeo.
Es más, existe un desprecio entre
los pueblos de la unión. Ejemplos de ello son el comportamiento deprimente de
los inchas de futbol, la prensa popular inglesa y su hostilidad casi diaria
hacia “los franceses“, el desprecio hacia los visitantes alemanes manifestado
por un ministro de turismo italiano. Las
manifestaciones casi enfermizas de catalanidad en la vida cotidiana de aquella
región, hostilidad y violencia declarada contra todo ser diferente en el
ambiente vasco, un galleguismo estrafalario, etc.
Los comentarios populares sobre los
pueblos vecinos suelen estar repletos de clichés y de prejuicios absurdos.
Hay tendencias abiertamente hostiles contra una conciencia europea: Los nacionalistas corsos han inventado un DNI - corso. Carece de legalidad, pero trata de fomentar una conciencia nacionalista : “la corsitude“. De igual manera grupos extremistas proceden en su patria Euscadi. Es una medida astuta y hábil para aumentar el poder minoritario del nacionalismo preparando la guerra emocional en lugar de la paz.
Hay tendencias abiertamente hostiles contra una conciencia europea: Los nacionalistas corsos han inventado un DNI - corso. Carece de legalidad, pero trata de fomentar una conciencia nacionalista : “la corsitude“. De igual manera grupos extremistas proceden en su patria Euscadi. Es una medida astuta y hábil para aumentar el poder minoritario del nacionalismo preparando la guerra emocional en lugar de la paz.
¿Qué propone Michel Deguy?
Hacer que despierten los que no
están de acuerdo con estas tendencias y se sienten heridos o ofendidos teniendo
que soportar el carácter agresivo y
prepotente de activistas nacionalistas que intentan crear una mentalidad diferente.
¿Qué medidas prácticas se pueden
tomar?
– Crear un documento de identidad
europea para aquellos que se sienten europeos antes que miembros de una nación
europea. Todavía estamos esperando poder ser ciudadanos europeos sin adjetivo
nacional. Tal vez ayudaría esta medida a cambiar la lamentable mentalidad
retrógrada de los pueblos de Europa y podría traer un aire nuevo , dar un
impulso a la integración.
Curiosamente las encuestas
realizadas no reflejan el grado de ausencia de espíritu europeo que realmente
existe. Los individuos interrogados rara vez confiesan lo que en el ambiente
privado, familiar o en la barra de los bares suelen manifestar sin mayores
escrúpulos.
–Según Jürgen Habermas, Jacques
Derrida, Timothy Garton Ash el “genius“ de Europa es Manuel Kant. Y ahí
encontramos a Prusia nuevamente.
¿Pero que ha sucedido? -- El
Imperio Soviético ha dragado la ciudad de
Königsberg, le ha dado un nombre de escándalo: Kaliningrado y ha borrado toda huella del filósofo. Los soviéticos
continuaron así lo que la anticultura nazi había comenzado, y ahora los europeos aguantamos que el nombre de Kalinin - una oscura figura asesina, mero instrumento del
terror estalinista - borre el recuerdo de aquel Moisés de Europa.
La población actual de aquella
ciudad procedente de toda la geografía de la antigua Unión Soviética y que
reemplazó a la alemana, expulsada después de la ocupación por las tropas
soviéticas, casi no tiene noción de la historia de la ciudad que habitan. Era
una ciudad de rango europeo, donde fueron coronados los reyes prusianos.
Los rusos eran capaces de cambiar
los nombres de Leningrado, Stalingrado, Gorki y más. ¿Por qué no se cambió
Kaliningrado? ¿Temen que los alemanes vuelvan a Koenigsberg? Una absurda idea
para quien conoce la realidad en Alemania. Además, Sankt Petersburg también
lleva un nombre en lengua alemana.
Por el bien de Europa y para no
darles la razón a los bárbaros deberá regresar lo más pronto posible el nombre
de Königsberg y el de Kant y ocupar el lugar que le corresponde en las calles
de su ciudad. De igual manera como el personaje de Joyce representa a la ciudad
de Dublin, Kant es el genio rector de Koenigsberg.
¿Por qué no se nombra Koenigsberg
capital cultural de Europa por un solo año para recompensar el medio siglo de
barbarie que ha tenido que sufrir como Kaliningrado?
–Los europeos deben hablar unos con
otros. La cuestión es:¿En qué idioma lo harán?
MD descarta el esperanto, cualquier
idioma artificial. Serán las grandes lenguas de Europa que se abrirán camino.
Nada de eso se puede forzar.
Pero hay dos necesidades: - una es económica, -la otra política.
Pronto tendrá que invertir la UE
todos los recursos en servicios de traducción si no toma una decisión acerca
del tema de las lenguas. No podrá continuar así, es costoso e impráctico.
También tienen que funcionar relaciones directas entre los ciudadanos, no
filtrados por intérpretes.
¿Cuáles serán
el idioma o los idiomas idóneos?
- ¿El inglés? --Dos observaciones: 1. Si los europeos quieren que
Europa no sea más que una prolongación
del Imperio Americano sometida al mercado globalizado a través de Londres,
entonces el inglés no debe ser el idioma oficial de la UE.
2.El inglés ocupa ya el lugar del
idioma principal inoficialmente. Ya es el idioma de la comunicación de los
medios y el idioma que predomina en las ondas de radio y pantallas de la televisión. El inglés no
necesita ser recomendado, ni enseñado, ni fomentado, ni institucionalizado.
Pues, ya ocupa el primer puesto.
- ¿El francés? -- Era la lengua
de Europa durante siglos pasados -- e r a --. Hay que leer Tolstoi para
comprenderlo. Pero eso pasó y no volverá. No todos se acuerdan con gusto de
Napoleón. Se acabó.
-- Quedan dos grandes idiomas,
fuera del italiano que nunca salió de su “bota“ desgraciadamente: Estos son: el español, un idioma universal y el alemán que ocupa todo el centro de
Europa y es el más hablado por los europeos. Hay que escoger una de estas dos o
declararlas ambas idiomas oficiales de la UE. El español ya es el idioma que
más se aprende en toda la unión después del inglés.
No hay más argumentos que estos desde la
convicción europea.
Una observación final: ¿Por qué nos
sirven los medios el Tiempo como un
fenómeno nacional? ¿Existe el Tiempo francés o español ? ¿Por qué nos sirven
las noticias desde el extranjero cuando son noticias de regiones europeas? En
Europa ya no existe el extranjero. No somos extranjeros en Europa. Debemos
habituarnos a vivir el cosmopolitismo, no de forma elitista como en los años
veinte, sino de modo popular y kantiano.
¡En avant l’esprit, en avant la
langue!
Manfred
8/2008
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