miércoles, 23 de diciembre de 2020

Seducción

  

 


¡No os dejéis seducir!

 Regreso no habrá.

La luz del día ante las puertas se queda,

La brisa de la noche os envuelve,

Pero un día siguiente no se levantará.

(Bert Brecht, 1925)

“Lasst Euch nicht verführen!

Es gibt keine Widerkehr.

Der Tag steht in den Türen,

Ihr könnt schon Nachtwind spüren:

Es kommt kein Morgen mehr.”

(Bert Brecht, 1925)

 

¿Quién no se ha dejado seducir durante los años largos de la vida?

Y Bert Brecht ha sido el seductor quien con máximo efecto creó una obra seductora, más que literaria. Su voz sigue siendo profética.

Logró que su voz calase en la sociedad actual. Brecht, sin exagerar, representa un personaje público que pretendió saberlo todo. Este poema es un manifiesto de ‘anti – fe’ cristiano, dice que se equivocan los que creen en la continuidad de la vida después de morir: “No vendrá nada después” dice con un aire de resignación. Nada de triunfo nietzscheano: “Dios está muerto”.

¿Pero es realmente LIBRE quien no se deja seducir? 

La triste soledad es un lugar muy inhóspito y los refugios u ofertas son múltiples porque insinúan una forma de escape feliz. Una isla mágica que promete seguridad:

Existe una tradición milenaria de alternativas seductoras: las imágenes hechas de piedra, las tallas en madera fueron y son objetos venerados y temidos en varias culturas, más que símbolos. La mente busca refugio y halla protección o consuelo. 

Abandonar la triste soledad del principio “individuationis”, es la causa fundamental que creó las ideologías modernas: el racismo, el nacionalismo, la exaltación de una misión política; pero también se halla en la anti – ideología del consumismo y materialismo reinantes que ha encontrado el nombre de neoliberalismo. 

En efecto, el hombre mientras tiene la vida será un ‘creyente’ aunque eso no sería más que un espejismo que le ha seducido. Nada de lo que cree es realmente suya, su imagen del mundo es falsa, es copiada. 

En el islamismo político, la seducción alcanzó su relieve más amenazante. En esa ‘contra-cruzada’ fanática se resumen todos los elementos que amenazan al mundo civilizado. Y no deberíamos esperar hasta que ‘corra la sangre’. El proselitismo fanático debe estar vedado desde su comienzo. Esa guerra contra cultura no debe encontrar tolerancia ni protección: 

¡No os dejéis seducir! (Propongo leer el poema de Brecht de otra manera en la actualidad)

 

 manfred y ana diciembre  2020

 

 

jueves, 17 de diciembre de 2020

Heimat - La Madera

 Heimat

La Madera

 

Creo que con la madera puede dialogarse. Estoy muy seguro de esto, por lo menos en mi caso así ha sido. 

Todo comenzó con motivo de la actividad de buscar leña, acompañando al abuelo, en las pequeñas reservas de bosques que quedaban en los inviernos de la posguerra.

“Malos tiempos”, gruñía el abuelo Joseph, pero no había más remedio. La necesidad era la ley.

Y cuando sacábamos una raíz de árbol (solo eso quedaba) y la volvíamos hacia arriba, el árbol exhibe un secreto: las raíces eran brazos, se percibían caras, ojos y bocas en las nudosidades ocultas. Daba lástima tratarlo como leña a quemar. A través de sus raíces el árbol exhibía dolor, incluso lloraba…así me lo parecía. Tal y como las nubes suelen hacer cuando cubren el firmamento de imágenes. 

Comprendí que yo necesitaba imitarlo de alguna manera; que yo formaba parte de este concierto de formas extrañas. No me habría extrañado que la raíz hubiera empezado a caminar o a hablarme.

La navaja que siempre llevé conmigo me ayudaría a transformar cualquier objeto de madera. Percibí una vocación de carpintero, tal vez algo exótica y no practicable por el momento.

Luego mi abuelo me trajo de este lejano pueblito perdido en los montes un cuchillo especial para tallar que aún conservo. Y comencé lo que los tallistas hacen: repetir modelos torpemente. 

Me contaron que entre mis antepasados hubo tallistas o algo parecido y eso me animó. Antepasados que durante los largos meses de invierno fabricaron objetos útiles para labores del pequeño campesino: zuecos, platos, cucharas, jarrones para beber. Yo vi una colección de pajaritos hechos por un tatarabuelo.

Pero la revelación definitiva me la daría muchos años después las playas de Salgar cercanas a Barranquilla. Allí se amontonaban montañas de maderos, troncos y palos traídas por las corrientes de río Magdalena y del Mar Caribe. Madera con historias y que exhibían sus propios gestos y a las que yo les escuchaba su voz.

Solamente a mí me hablaron, probablemente.

Mis ratos libres los dediqué a la talla, ahora con unos instrumentos más selectos; dialogando con la madera que me insinuaba lo que debía hacer. 

(La opción de la tradición cristiana – barroca me es extraña. En mis torpes intentos de imitación fracasé. No soy un fabricante de imágenes). 

¿Qué soy entonces? ¿Qué somos la madera y yo? No soy un artista y tampoco un artesano como algunos próceres.

Soy Friedrich  Manfred que ya hoy no talla más. La energía física me falla y la luz se me apaga.

 

   manfred  y  ana  diciembre 2020

 

(Con eso se cierra el ciclo “Heimat” dedicado a experiencias del joven)

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Heimat - P W -

 HEIMAT  P W 

 

Vestirse como adolescente en un tiempo tan precario como el de la posguerra fue una ventura: todo se conseguía a cambio de alimentos o de tabaco.

En mi caso algo particular sucedió: un tío que había sido soldado en África en el cuerpo expedicionario de Rommel, cayó prisionero de los americanos y fue llevado preso en un barco que trasladaba tropas americanas de Europa a EEUU donde permanecería en un campo para prisioneros alemanes y japoneses, los enemigos. 

Hasta el fin de la guerra los americanos les aplicaron un trato humano tal como lo que prescribía la Convención de Ginebra. Posteriormente ello cambió y la intención clara era la de liberarse tan pronto como pudieran de esa carga. 

El tío Kurt que había soldado raso fue devuelto a Alemania y volvió con una pequeña fortuna en dólares por haber sido autorizado de trabajar en una finca. Se deshizo de la ropa de prisionero que constituían Americanas marcados con grandes letras blancas en la espalda: P W-prisoner of war-. 

Esas prendas cayeron perfectamente bien puestas en mi larga humanidad adolescente. Mi abuela hizo lo que pudo para eliminar las letras, pero la marca era imborrable, ahí quedó para siempre. Y así durante varios años el estudiante de bachillerato vistió disimuladamente de prisionero americano. 

 No sentí molestias por “Ando yo caliente, ríase la gente”.

 

   manfred y ana  diciembre  2020

Heimat - Der Turm - La Torre

                                       Heimat  - 

                            Der Turm – La Torre -

 

“¿De dónde --- tanta violencia?” pregunta Segismundo a su padre, rey de Polonia. Y éste, en lugar de dar alguna respuesta lo manda a encerrar en una ‘torre’ lejana del reino.

Es la  escena central del drama ‘Der Turm’ de Hugo von Hofmannsthal, autor austriaco y publicado en 1924.

Una actividad libre y extracurricular en las tardes acercó al adolescente Friedrich Manfred al destino de Segismundo.

¿No era este el otro YO que estaba buscando?

¿No vivía él en su nicho de miseria esperando que otro sueño le liberase? 

Mía era esa Torre; ahí estuve encerrado.

El camino para encontrar tal certidumbre lo abrió para mí el profe de literatura Reuter en un otoño de la posguerra. Vestido de uniforme gastado del derrotado ejército alemán se había ofrecido a esa actividad extra, la de la docencia.

Había tomado nota de la indomable curiosidad de alumnos. Nadie le pagó por lo que hizo.

Por medio de Hofmannsthal nos hablaba Calderón de la Barca.

Fuimos pocos en la clase.

¿Acaso todo lo que nos estaba pasando no era más que un sueño? 

¿No era esa la respuesta a la pregunta de Segismundo?

Y allí en el salón para profesores comencé a entenderlo mientras caían las hojas de los árboles de Acacia en el patio; un sueño era todo eso, una falsa realidad era la que estábamos viviendo, detrás tenía que existir otra cosa, digna del rey infantil que en ese momento era yo..,

  Y la hubo – pienso yo hoy – poco a poco se revelaría: Gracias a Hofmannsthal, a Calderón de la Barca y a usted venerado y respetado profe Reuter.

 

manfred  y  ana diciembre  2020

 

 

Heimat - Los animales -

                                                                              Heimat  

 -los animales-

 

Sangre… sangre es lo que veo cuando recuerdo gallinas, patos, cerdos. Tuve que intervenir en la matanza de ellos, ni modo, este era uno de mis oficios, detestable, despreciable. Sé que era inevitable. El que come debe colaborar con actividades que no le gustan. Y a mi no me gustaba matar a las criaturas inocentes: desplumar gallinas o patos, batir la sangre caliente de cerdos en un cubo inmediatamente después de que el matarife había abierto la aorta del animal. Había que batirla para evitar la coagulación pues de esa operación dependía la artesanía de morcillas y otros productos.

 La jornada de la matanza de cerdos era un evento especial, una especie de fiesta para todos los vecinos. Todos esperaban recibir una ración. Yo llevaba el primer producto a quienes ya estaban  preparados con los cacharros listos para recibirla.

A pesar de esta experiencia no me hice vegetariano. La imagen de la asesina Lady Macbeth me es ajena. 

Pero frente a esa matanza de animales, la cultura de los hombres queda reducida. Manifiesta un carácter egoísta e insensible.

Recuerdo un evento que no se me borrará nunca: En una de nuestras “excursiones” al bosque en busca de leña nos encontramos con un venado mal herido; tenía una de las piernas rotas, no podía caminar ni escaparse. 

Regresé al pueblo y avisé al cazador licenciado del hecho. Este me acompañó. Yo pensé que iría acabar con el sufrimiento del pobre animal con un tiro. Pero el hombre sacó una navajita, tal como yo también la llevaba y con este instrumento comenzó a matar a este noble y bello animal. Igual que un matarife y no como un cazador -que en la tradición alemana goza de un aprecio medianamente aristocrático. (Cazar venados era privilegio de la clase alta).

Yo  comprendí que los tiempos habían cambiado y los valores ya no eran los mismos de antes. En tanto un bello animal podía ser sacrificado de esta manera tan miserable, todo me resultaba alterado. Ya la magia de los animales de los cuentos de los Grimm había desaparecido para siempre. Y lobos y osos no eran más que portadores de pellejos útiles para recrear la vanidad.

 

manfred  y ana  diciembre  2020

 

lunes, 14 de diciembre de 2020

Heimat - leña -

                                 Heimat  

                                 - leña -

 

Quien frio tiene busca calor. Millones de alemanes buscaban calor cuando éste no estaba disponible durante los años de posguerra (1945 – 1949).

Las fuentes carboníferas produjeron carbón de minas a disposición de los vencedores.

Pero familias como la de friedrich manfred padecieron un tremendo frio durante las largas noches de invierno, los más intensos recordados por los mayores.

Si no había carbón, pues quemen madera, recomendaría cualquiera. Pero tampoco se conseguía leña legalmente. Pronto comenzaron a menguar los árboles en los alrededores de pueblos y ciudades. La arboleda de parques que las bombas de los Aliados habían dejado en pie, fue arrasada por la gente que salía de sus madrigueras para llevar lo que fuera para calentar ese pedazo de bien que les había quedado. 

Y en casa de Friedrich Manfred había que alimentar varios fogones: principalmente el de la cocina, la caldera donde hervía el agua para bañarse y se cocían los alimentos para personas y los animales: cabras, cerdos, etc.

Menos mal, sobre este pueblo cercano a Frankfurt no habían caído bombas. Algunos daños sobre los tejados no habían sido graves.

¿Dónde sacar esa leña, esa madera para quemar?

Habían quedado las raíces y eran suficientes, pero no era fácil sacarlas. Y para subir a este pequeño cielo caliente se necesitaba: Pico y pala para escarbar, hacha para cortar, cuñas de hierro y un martillo pesado, una sierra para dos. Y una carretilla a mano porque no existía otro medio de transporte.

Verdad  es que el Abuelo no se limitaba a escarbar raíces.

Debajo de la leña partida escondió uno u otro tronco de árbol. Nunca fuimos pillados por la ley. 

“Hombre precavido nunca fue vencido”, se dice: fui  yo mismo el encargado de llevar todos los domingos de verano un canasto de verduras en la bicicleta -productos de nuestra pequeña huerta y entregarlo al guardabosques, con un saludo cordial de Josef K.

 

manfred  y  ana diciembre 2020

 

  

sábado, 5 de diciembre de 2020

Heimat - los amigos -

 

Heimat

Los amigos

 

Únicamente fueron dos mis amigos y los dos han muerto. Nada más dos.

Uno fueGunther, descendiente de hugonotes franceses algo mayor que yo, pero un Wandervogel, explorador del Limes Romano, caminante de marchas extremas, extenuantes. Abandonó la filosofía y la literatura para hacer cosas concretas, tangibles. Aprendió la tipografía pues su padre era impresor. Tenía la ventaja de que nunca le faltaba el trabajo. 

Yo, sin embargo, tuve que buscármelo como podía. Di clases de apoyo, en latín, monté cargas en trenes de transporte y vendí jabones u otros cosméticos. Gunther era algo mayor que yo. Le tocaba ser soldadito de infantería, pero escapó por suerte de la derrota de los alemanes y sobrevivió.

Era la Universidad de Frankfurt y su facultad de Filosofía lo que nos había acercado. Ahh pero la teoría pura, la de Horkheimer y de Adorno no era de su preferencia. Las subidas y bajadas del monte Taunus, las ruinas de fortificaciones romanas fueron los elementos un acucioso interés para Günther. 

Se hizo profesor en una escuela de enseñanza de oficios prácticos, de tipógrafos, por ejemplo. El ‘Tintero del Wetterau’, (tal era el nombre de aquel castillo con numerosas torres en ruinas que dominaba el centro de la región) le atraía. Lo llaman Tintero porque las torres parecen plumeros inmensos metidos en un saco de escombros. Este era un lugar de nuestra preferencia.

 

El otro,Hellmuth,amigo de colegio, del Gymnasium. Tampoco era de origen alemán, había sido expulsado de Bohemia, actual Chequia. El delito que habían cometido este muchacho y toda su familia era de ser de etnia alemana y hablar alemán en su casa. El recién creado gobierno posguerra checo en la ciudad de Praga creado por élites checas hizo mesa limpia después de la derrota del Tercer Reich alemán. La milicia checa expulsó a todos los que no eran checos: alemanes y húngaros. Hellmuth nunca había estado en Alemania antes y a Chequia nunca más volvió aun cuando se normalizaran después las relaciones. Los nacionalismos no se pueden normalizar, son la plaga del siglo Veinte. Al padre de Hellmuth lo mató la milicia checa. Hellmuth nunca hablaba de eso.

Estos dos amigos son parte de mi “Heimat”. Patriotas no fuimos, ni ellos ni yo. El patriotismo está fundado sobre la política. “Heimat” reside en el alma, es individual. Hellmuth estudió medicina y se hizo cirujano.

¿De dónde son,  nos preguntaba la gente con insistencia? Contestábamos con una sonrisa burlona. ¿Quién podría explicar lo inexplicable? 

Y, además, ¿qué importaba?

Ellos murieron y yo estoy con vida. No es justo. Pero algo queda claro: Yo nunca podré ser un patriota.

 

manfred  y ana diciembre  2020

  

jueves, 3 de diciembre de 2020

Heimat - (Algunas aclaraciones)

                                  

 

Este término de la lengua alemana en el fondo no tiene referente; por ello no es traducible en otra lengua (tal cosa la he leído varias veces). Su esencia la llevamos dentro; lo ocupamos, lo vivimos; también lo sufrimos. Todos hemos tenido esa experiencia. Naturalmente es privilegio y castigo de los que somos sensibles, raros y diferentes de otros. La masa humana lo olvida y cierra las ventanas para no oír los ruidos callejeros. Son felices, supongo.

Poco tiene que ver con “Vaterland”; la patria y el patriotismo tienen otro origen. Tales son imposiciones forjados desde intereses colectivos, capaces de estimular reservas sentimentales, nostalgias y fanatismos políticos o sociales, y, créanlo, abriendo la opción de ofrecer las vidas. Patrias son etiquetas. Mi experiencia personal me ha causado un profundo desafío frente a esos predicamentos y sus predicadores. Detrás del “patriotismo” se esconden egocéntricas y cortas visiones: la envidia e incluso el odio. Y en máximo grado la simple ignorancia, la estupidez coronada de felicidad.

No he conocido a ningún patriota de cualquier nación que no haya usado esa mentalidad patriótica para esconder o proteger detrás rabias o egoísmos e instinto de superioridad.

Los patriotas suelen justificar sus instintos de xenofobia, de racismo y de soberbia.

Son estos los peores ingredientes de la era moderna.

(¿Qué buscaron los alemanes en Stalingrado? O ¿Qué hacen los americanos en el Oriente Medio?)

“Allons pour mourir un peu”cantaron mis queridos amigos franceses cuando los mandaron como soldaditos a Argelia para matar a argelinos o para “Mourir un peu”, en la Guerra de Argelia)

Yo sé que son elementos de fuerte enraizamiento en las sociedades modernas.Pero aún espero que la reflexión y el conocimiento al menos sean capaces de provocar una reducción para llenar las mentes estrechas de mayorías reinantes.

¡Yo no! Mi horizonte es otro. Mi HEIMAT es lo que me acompaña

 

manfred y ana diciembre 2020

Heimat - La Bayoneta -

                                     

 

-¡Corre, corre! – grité; y huimos corriendo, Kurt y yo.  

Detrás. Con igual velocidad dos jóvenes del pueblo vecino corrían tras nosotros. Proveníamos de dos pueblos pequeños, dos pueblos que se odiaban con jóvenes que se perseguían.

 

…Manfred y Kurt se habían atrevido a cruzar la línea de separación invisible que separaba unos de otros. Pisar tierra ajena, era arriesgarse a ser perseguido, expulsado, castigado o… ¿qué más podría ocurrir? La guerra de los adultos era reciente, Los jóvenes la imitaban.

Los perseguidores iban bien armados -pocos meses habían pasado después de terminar la última batalla- , además eran mayores y  llevaban bayonetas halladas entre la maleza del bosque.

 

Corrimos para escapar cuando uno de ellos sacó el arma, en blanco y me la tiró desde atrás. La bayoneta alemana era un cuchillo pesado. Aterrizó a mi lado en la tierra. Llenos de miedo y exhaustos llegamos a nuestra casa. No conté nada de eso porque me tenían prohibido pisar aquel terreno salvaje. Ahí poco después morirían tres niños al tratar de desactivar una mina antitanque. (Escribí sobre ello en un relato anterior)

Aún hoy no puedo pensar sobre ese evento sin sentir una fuerte sacudida de miedo y terror. ¡Tantos años después! Es una falacia opinar que la gente deseaba la paz. Cierto es que estuvieron buscando cualquier oportunidad para continuar la guerra. No había ningún motivo ni causa. En aquel bosque no estaba escondido ningún tesoro. Era pura curiosidad. Para ejercer la violencia no es necesario ningún argumento.

Pero eso es parte de mi “Heimat”, el mundo en el que nací y crecí.

 

manfred y ana diciembre  2020

 

 

  

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Heimat - Valquirias

        Heimat

          Valquirias

No las he visto, pero las he sentido, oído. Sus carcajadas son estridentes, agudas, amenazantes. Me las imagino feas, con alas de buitre. Caminan saltando sobre los campos de batalla durante siglos. Esperan el trueno de cañones, carne fresca humana.

¿Cómo las encontré?

Nuestro tour en bicicleta nos llevaba al sur de Alemania. Fuimos tres. Tenía que ser así porque sólo así se podía montar la tienda de campaña. Cada uno llevaba una lona alquitrana triangular de la Wehrmacht – herencia de familiares – con diseño de camuflaje. Se pegaban con botones y precaria hecha estaba la protección de la infantería alemana. No recuerdo de dónde procedió la mía. Pues no fuimos amigos. Yo, Friedrich Manfred fui el iniciador, sólo yo era el “Wandervogel”; sus principios me acompañan hasta la actualidad.

No recuerdo exactamente donde pasó. La noche se acercaba y nuestro nido no estaba aun hecho. Campings aún eran escasos. No habíamos encontrado ninguno. Y ahí estaba un extenso terreno poco arbolado.

-¡Aquí nos quedamos!-

Dije yo. 

Por ahí se acerca un frente de tormenta y lluvia. Logramos colocarnos. Pude rodear la tienda improvisada con una zanja y nos echamos a dormir sobre una capa de paja seca que logramos arrancar.

Y comenzó una danza de rayos y trueno, un viento inusual y fuerte casi arrancó esa tienda. 

¿Dormimos?

Yo no, al menos no me parece, porque las sentí, las oí, sus carcajadas  acompañaron los rayos. Por ahí anduvieron, sus alas negras rozaron las telas de la tienda.

Yo agarré fuertemente el puñal que llevaba.

¿Dónde nos habíamos metido?

Me pareció escuchar gritos. ¿Era eso un campo de batalla histórico? ¿Nordhausen?

Suecos y españoles enfrentados dejaron ahí sus muertos trescientos años atrás por el poder, por la religión, por el botín el saqueo y el robo.

En el subsuelo estarían sus restos. Pero las Valquirias riendo a carcajadas. Son inmortales. Solamente yo, el Wandervogel las había oído, aunque por la mañana todo parecía que nada hubiese ocurrido.

Los amigos’ habían quedado dormidos, querían volver a casa lo más pronto posible. Se asustaron. ¿Ha sido eso el brote de impresiones de bombas que cayeron y de violencia reinante en la infancia mía? Yo vivo obsesionado con el  tema de las guerras.

Yo, desde entonces me atrae y temo la historia. Esa visión forma parte de mi “Heimat”. Solamente y exclusivamente mía.

 

manfred y ana diciembre 2020

 

  

miércoles, 25 de noviembre de 2020

"HEIMAT"

“Heimat”

   Abajo están las vacas – Arriba estoy yo. A través de las rajas entre las tablas suben sus olores, los ruidos permanentes de tinglado de las cadenas, el olor de sus cacas.

Yo duermo sobre un saco llenado con paja. El establo está al lado de la cocina de la casa del pequeño campesino Edmund. Hay tres o cuatro vacas y un buey y este había provocado un accidente espectacular una vez. Después de soltarse de la cadena había penetrado en la cocina y allí por su peso había al partir la puerta al sótano y se había caído allá abajo. Allí lo habían tenido de sacrificar porque nadie lo podía subir. Además estuvo malherido. Me lo han contado como el evento más dramático de sus vidas. La carne no se la pudieron comer, fue requisada. 

Por Thulba no pasaban ni vientos, ni temporales; y siempre hacía frío que a mi no  importaba encima del saco de paja y rodeado del vapor de las vacas, nada me molestaba.  ¿Por qué estuve yo allí?

Pues sobre la ciudad de Frankfurt caían las bombas americanas e inglesas preparando la invasión. Pero yo Friedrich Manfred en la aldea de Thulba estuve en seguridad. Mi abuelo me había llevado en un largo viaje en tren y las vacas me protegían. Efectivamente, las vacas fueron fieles compañeras. No aprendí a ordeñarlas pero les di de comer; les puse el yugo para tirar de la careta, aprendí a usar la guadaña para cortar el pasto y hablé con ellas. Fueron miembros de la familia. De la Guerra nada supe. A veces muy alto pasaron flotas de bombarderos; Edmund los ignoraba. A veces abajo pasaron mensajeros temidos con mensajes de condolencia: Fulano, otro más, había muerto por la patria en la Rusia lejana.

¿Qué me importaba? Nunca lo había conocido. Tampoco sabía nada de Führer, de Reich. Aquí nadie nada sabía. No había radio, ni electricidad. Las mujeres siempre vestían de negro. El agua se cogía de fuentes en las calles que se cubrieron de fango rojo cuando llovía.

Se puede decir que yo aun vivía en la Edad Media. El pan nuestro de cada día se hacía en casa y se horneaba en el horno público, panadero no existió.

Pan era el alimento principal, grande redondo como una rueda y duro finalmente para tener que mojarlo para poderlo consumir.

Cuando llegaron los tanques americanos yo no estaba allí en Thulba. No puedo relatar lo que no presencié. Con los americanos llegó la luz eléctrica y se secaron las fuentes. Poco a poco desaparecieron las carretas tiradas por las vacas; Edmund fue uno de los últimos. Nunca aprendió a manejar un tractor. Las calles lucen asfaltadas y las peces del río murieron ahogados entre espumas.

“Heimat” – no se, se perdió. ¿Para qué se quería? –Patria del Alma -

 manfred y ana   noviembre  2020 

"Heimat" - ¡Reza!

“Heimat-  

        ¡Reza!”

¡Reza un Padrenuestro!-

Me dice el abuelo.

-Porque hoy somos peregrinos.-

Estamos subiendo la montaña del Kreuzberg en la Rhön alemana. Lentamente caminamos desde la aldea de Weissbach por caminos tortuosos. La vegetación se hace cada vez más escasa, los árboles, pinos prinpcipalmente, más bajos son; finalmente .

Al fin hemos llegado, la mirada pasa por una altoplanicie cubierta por una densa capa de hierbas y muzco. No se percibe actividad humana. Un viento frío en pleno verano nos saluda. Ahí lejos está ‘Die Wasserkuppe’ la segunda elevación de tierras hundidas en la soledad.

Yo se que ahí había unos beneficiados de la ‘Hitlerjugend’ aprendiendo a manejar aviones planeadores. Pero a mi me espera un pan con mantequilla y un jarrón de cerveza grande en el monasterio de franciscanos. Casi me emborracha; y aguantamos hasta que fuese capaz de iniciar el regreso al pueblito de Weissbach. Este fue el pueblo que mi abuelo siempre añoraba. La ciudad de Frankfurt era un lugar de exilio para el niño huérfano que fue. Hermanos vivieron diseminados por el mundo: Suiza y América. La región de la Rhön producía emigrantes y pueblitos con nombres tan exóticos pero dicientes insinúan una explicación: “Sterbfritz” ( -¡Muérete Fritz!) o “Sparbrot” (¡Ahorra el pan!) y dan una explicación. Pero el campesino familiar del abuelo vivió en relativa abundancia: al lado de tres vacas había un caballo y yo me acosté en una cama cubierta con sacos de plumas de gansos. Había un granero cargado de cosechas, de paja y de hierba seca, reservas para el largo invierno. Se fabricaba agua ardiente y se hizo pan en el horno público.

Y este granero se volvió lugar de refugio para refugiados de la más diferente procedencia:

 Fuera del pueblo había una pequeña fábrica de pistolas. Hacia el final de la Guerra lograron escapar presos políticos, luego llegaron prisioneros de guerra americanos y posteriormente algunos miembros de la SS Nazi. Uno de ellos ‘Arno’, un muchacho joven se quedó a trabajar y para salvar su pellejo se alistó en el cuerpo de la Legión Extranjera francesa. Combatió en Vietnam me dijeron y se quedó en Francia a vivir. 

Apreciado lector, las cosas son muy complicadas, o al menos más que los libros de colegio y las series americanas relatan.

Y llegaron días que no fuimos peregrinos, nos dedicábamos a actividades prohibidas. En Frankfurt escaseaba la alimentación y en Weissbach estaba disponible el pan y también la carne y la variada chacina. La marginación y la relativa pobreza tendrían sus ventajas, pienso yo.

Las autoridades se interesaban por el ‘progreso’. Al abuelo y a su nieto no le interesaba eso. El abuelo sabía que el tren seria revisado y requisarían lo que llevábamos; por eso nos bajábamos un una parada anterior y seguíamos en el próximo. Una revisión no se repetiría; la policía también se cansa.

Hoy confieso lo que nunca hice antes. Maestros y profesores me han ilustrado. 

 

friedichmanfred y ana noviembre 2020

 

 

  

domingo, 11 de octubre de 2020

Quiero subir a las montañas

  

Quiero subir a las montañas/ Donde están las cabañas pacíficas / Donde el pecho se abre al viento / y donde corren los aires libremente /”

 

En el otoño de 1824 el estudiante Heinrich Heine subió a las montañas del ‘Harz’en el centro de Alemania. La ubicación del sitio es relativamente cercana a la ciudad universitaria de Göttingendonde el joven Heine buscaba iniciar una vida profesional: ¿abogado… docente? ¿Qué sería de él? 

Joven, rebelde, hijo de familia judía. En vano había intentado sacudirse de eso como de un destino fatal en la sociedad aquella; tanto que un tal Harry se había bautizado y transformado en ‘Heinrich’.

De nada le sirvió esta mudanza o cambio de etiqueta. La ‘Libertad’, el grito soberbio de la Revolución, quedó atrás marcada por el tiempo romántico de la ‘Restauración’.

Y atrás se quedaron los salones de la universidad, las calles pobladas por una mediocre burguesía que buscó provecho de esos nuevos tiempos restaurados.

Nosotros identificamos a este escritor como el exilado de Paris. En realidad vivía subvencionado por el mecenazgo del tío Salomón, banquero de Hamburgo:

“Si hubieses aprendido un oficio serio, no tendrías que hacer estos libros inútiles.” Así le dijo el tío. ¿Eran inútiles”? Jaa…la ‘cumbre’ misma de la lírica alemana. 

Toda su contradicción se denota en aquella salida de la ciudad y en la subida a la montaña de. Esa montaña tiene una superficie romántica y debajo se extiende una red de túneles y minas hechas para buscar plata. (Todo eso muy importante antes del ‘Potosí’ americano).

El efecto de esa subida en tiempos de Heine se hizo psicológica. Con las minas de plata y de cinc y estaño agotadas ¿Qué ha quedado?

Dan ganas de repetir este viaje que hizo Heine. ‘Ahí arriba debe estar la verdad, la salud, el bien.’ Claro está que yo ya no subiré a ninguna montaña. No contemplaría el mediocre activismo de hormigas humanas; olvidaría todo lo que me aflige. Por momentos se borraría la distancia entre lo soñado y lo vivido.

 

La ciudad de Göttingenno valía la pena: “caballeros elegantes, damas excelentes”. Todos ellos carecen de autenticidad. Son copias sociales. ¡Hay que marcharse! 

 

La minería museal es apenas una reliquia histórica. La evolución ha borrado su actividad; queda lo que aun existe: el turismo nostálgico. El Rey de Hanover se dejaría celebrar ahí por súbditos obedientes Y después de la derrota alemana en el año 1945 el Ejército Soviético instaló en lo alto de Brockenun gigantesco centro de escuchas y de espionaje. El tren idílico que sube a los turistas actualmente sugiere un tren de maravillas exóticas que acaba en salchichas asadas.

Yo subo a la montaña, pero mi montaña ya no existe.

 

f….. y anavictoria    octubre  2020

 

 

 

 

miércoles, 2 de septiembre de 2020

"Anhelamos el poder" / "Wir gieren nach Macht"


 

 “Y lo tomamos donde se encuentre. Ya sabremos qué hacer con eso. Cuando se nos presente una oportunidad de entrometernos, allá vamos. Nos sentimos suficientemente fuertes para imponer nuestra voluntad. Y una vez que alguien resulta enredado con nosotros, pegado a nosotros permanecerá. No se librará más nunca.” Dr. Goebbels en 1929    

 

“Nadie entenderá que somos algo realmente ‘Nuevo’. Que no se nos compare con otros partidos políticos. Nuestra meta es disponer de la totalidad del estado, nos pertenecerá todo el poder para lograr nuestro objetivo”. Dr. Goebbels 1932

    

“Si tuviéramos el poder una vez nunca más lo cederíamos; como no sea que nos saquen muertos de nuestros oficios. Esa es nuestra resolución.” Dr. Goebbels 1932

 

Hace algunos pocos días un grupo de neonazis con las banderas del Reich desaparecido en el año 1918 trató de asaltar el edificio del Reichstag, sede del Bundestag, parlamento de Alemania en Berlín. Varios cientos de personas se habían adueñado de una marcha de protesta contra las medidas promocionadas por el gobierno de Merkel para limitar la difusión del coronavirus en Alemania.

Los nazi lograron ponerse en frente logrando superar la protección que imponía la policía a la sede del la democracia alemana. Se transformó en un asalto al mismo corazón democrático del país.

Tienen que tocar todas las alarmas. La democracia está en peligro. 

 

Como Jacobino, YO reclamo un levantamiento general (Levée en Masse)contra esa pandemia política, mucho más peligrosa que la viral.

 

Basta echar una mirada atrás y observaremos cómo se parecen los escenarios. Un tal Goebbels no escondió la táctica y los métodos de proceder. Todo está bien documentado. El Reichstag ardió, se quemó lo que había nacido como la alternativa democrática de la nación.

Los nazi actuales no habrían venido en plan de incendiarios. Sin embargo, pirómanos sí son. Y ellos sabían que las democracias, especialmente la alemana son inflamables. Y si nadie se pone delante, este palacio otra vez arderá.

Este “Sturm auf den Reichstag” ha de ser el acto simbólico del deterioro de la democracia ante sus enemigos. Se regó la increíble noticia que ‘el amigo Trump’ había llegado a Alemania para ‘liberar el país’.

 De todo ese concierto de noticias falsas o locas, sacamos la única conclusión: La gente bien del país póngase firme ante la evidente  salida de las alimañas de sus madrigueras.

 

f….. y anavistoria   septiembre  2020

 

 

  

domingo, 23 de agosto de 2020

Un Cementerio de Ideales


     

.. así se presenta el cambio del siglo 19 al 20. Una muerte o por lo menos una transformación radical sufrió el ideal socialista vigente en la obra juvenil de Marx. 

El marxismo maduro es la ideología reinante de la obra de Lenin. El fascismo nazi se apodera del pensamiento crítico tradicional, anula la tradición humanista. Y se apagaron las luces. Del cementerio de ideas e ideales brotaron entonces ideologías como la nazi – fascista y la comunista.

Del libre pensamiento, mérito histórico de la Gran Revolución, no quedó nada.

“¿Qué hay que hacer? se pregunta Lenin; y su respuesta es: Prohibir el libre pensamiento, eliminar la oposición. La Revolución Bolchevique no necesita a filósofos; ( Sovjet – Macht plus Elektrizität) Venga el poder del Sovietacompañadocon la luz eléctrica.” ¿Marx un filósofo prohibido? ¡Como ícono se guio cual venerado! Pero hasta ahí: icónicamente.

Ah…y la bella y lista Rosa Luxemburgo reclamando ‘ la libertad’ al camarada Lenin; jamás obtuvo respuesta alguna.

Al final del siglo 19 el ideal socialista se había deformado exhibiendo dos caras ideológicas, la comunista y la nacional-socialista; La nazi alemana era la más marcada. El nacionalismo triunfante europeo le servía de trampolín. Millones de muertos resultarían como epílogo de esa ‘evolución’, ahora racista, antisemita: o lucha de clases o lucha de razas. En el cementerio reposan las ideas, sobre las banderas ondean ideologías. El discurso político se convirtió en algo sencillamente simple, totalitario. La doctrina se impone a la reflexión. 

 

Un documento de entre los miles que existen y que así lo prueban:

 

“A pesar de sus inmensos esfuerzos y sacrificios Alemania había perdido la guerra en el año 1918. Y eso sucedió porque los judíos y otros elementos supraestatales habían acuchillado desde atrás un ejército victorioso en muchas frentes. Y fueron estas mismas fuerzas anónimas las que lograron imponer una paz de victoria de Versalles para ahogar sistemáticamente al pueblo alemán. (…)

El Nacionalsocialista siempre luchará contra el mismo enemigo, contra Versalles, contra el capitalismo, contra el socialismo. (…)

¿Qué significa socialismo? Me increpó Hitler en el año 1930: “¡Un invento judío para debilitar al pueblo alemán!”

(Memorias del “Gauleiter” (gobernador) de Hamburgo) 

 

Conclusión: contrario a lo que se manifiesta frecuentemente, la Alemania vencida no ha sido víctima de enemigos internos, de fuerzas oscuras y secretas.

El nazismo creó la imagen del judío traicionero. Nada de eso se puede verificar.

La leyenda del apuñalamiento del valiente soldado alemán ha sido un motor en la política nazi. Nunca se ha podido presentar alguna verificación de esa mentira política que fue difundida desde lo alto del gobierno del ‘Reich’. El nazismo había encontrado a su enemigo alemán quien además estaba indefenso.

 

f…. y anavictoria agosto  2020

 

 

 

 

 

sábado, 22 de agosto de 2020

Un Rey a la Fuga


   

 Sí, los reyes suelen fugarse, mutarse en fantasmas, asustar a la gente que en el fondo es monárquica sin remedio. El rey Luis XVI trató de escaparse de Francia, pero la guillotina le atrapó. A su violento sucesor, Napoleón, le mató la soledad en la lejana isla de Santa Helena. Y William Skakespeare descubrió lo que pasaría cuando un rey se transforma en fantasma: Algo mal sucedió en aquel lejano reino de Dinamarca.

Dinamarca es universal. ‘Cambio mi reino por un yate con velas’ podría haber sido una opción realista del rey emérito que se fugó recientemente de España; no se transformó en un sapo lo que pudo haber sido la alternativa, si hubiera consultado a los hermanos Grimm. 

 

Y todo eso, ¿para que? Para practicar un oficio cuyo ejercicio simplemente habían equivocado, ejercieron fallidamente.

Existieron reyes que mejor habrían sido mecánicos, relojeros, marineros, carpinteros, cazadores o simplemente cómicos envueltos en uniformes. Muchos de ellos no se enteraban de nada. El ya mencionado Luis había anotado en su diario en el día 14 de julio de 1789 (día de la toma de la Bastilla): “Aujourd´hui – rien du tout.”(Hoy no ha pasado nada). Efectivamente, por su mala puntería no alcanzó a matar ninguna perdiz. Las cabezas de los soldados de la Bastilla fueron triunfalmente transportadas sobre picas por todo Paris. 

“El Rey tiene una vida privada”, dicen para disculparlo.

¿Es cierto eso? Entonces: ¿Por qué no es presidente?, preguntamos.  

El rey de Sajonia al despedirse dijo las palabras sonantes: “Macht doch euern Dreck alleene!”

( Ocúpense uds de vuestra propia ---)

Este Rey español volador tiene antecedente: Guillermo II de Prusia / Alemania se fugó a Holanda cuando la Revolución en el año 1918 lo destronó. Y allí desarrolló su verdadera vocación: La de ‘leñador’. El castillo de Doorn que era su residencia se veía rodeado de un parque arbolado. La ‘Majestad’ a la fuga logró cortar todos los árboles para transformarlos en leña. ¡Bien hecho! De tiempo en tiempo mandó un mensaje a los nazis alemanes: “¡enhorabuena!” El hijo se hizo nazi.

Se ve que a las monarquías no les faltan ‘cojones’. Detalles: Guillermo II solo no pudo montarse sobre un caballo; en los desfiles no se notaba. Un rey cojeando no debería ejercer.

Hay que huir para hallar la verdadera vocación: uno se vuelve leñador, otro marinero, otro fantasma. En el relato de los Hermanos Grimm, una princesa coge al zapo asqueroso y lo estrelló contra la pared. Y ahí renació la majestad toda gloriosa y rejuvenecida. Sin bastón. ¡Adelante Corinna!

 

f…. y anavictoria  agosto  2020

 

martes, 18 de agosto de 2020

El Rechazo


Franz Kafka

 

 Cuando encuentro a una muchacha bonita y le pido: “Por favor, ven conmigo” … y ella continúa caminando, indiferente, ello significa:

“Tú no eres ningún aristócrata de nombre conocido; tampoco eres americano con raíces indias, ojos rasgados, piel curtida por las travesías de planicies y aguas. Tú no has hecho ningún viaje a los grandes lagos ni por encima de ellos, -yo que sé dónde estos se encuentren-. ¿Por qué debería yo -una joven bonita- ir contigo?”

 

“Tú olvidas una cosa, a ti no te lleva ningún automóvil cómodo meciéndote a través de estas calles. No hay cortejo de elegantes caballeros rodeándote en respetuosa distancia mascullando cumplidos. Tus senos están bien guardados tras la blusa, pero la cadera y las piernas recompensan la abstinencia. Este vestido de tafetán plisado que llevas puesto y que nos dio placer el otoño pasado ahora puede ser un peligro para tu vida.”

 

“Sí es cierto, ambos tenemos razón, y para hacernos ser conscientes de ello sería mejor que vayamos solos cada uno a su casa.”


 “Die Abweisung”es el título original de ese breve texto de Kafka. Rechazado, se retira Franz por haber recibido la negativa de una joven mujer para acompañarle.

En realidad, nada de eso ha tenido lugar. Nada sucedió, es pura fantasía. Él no es indio americano, ni ha hecho viajes a través de llanuras y lagos. No es atractivo para una joven de Praga que tampoco es extraordinaria, cuyos encantos se esconden detrás de blusa y vestido pasados de moda.

 

 Sin embargo, detrás de esa ‘normalidad’ reside una amenaza seria. ¿Existe una especie de jungla para una mujer joven y bonita? Kafka sugiere eso y saca la conclusión que debe entenderse como un consejo:

“Mejor que vayamos solos cada uno a su casa.” 

El autor de ese texto exhibe una gran sensibilidad, sus observaciones son realistas, tal vez anticipando el arte neo-realista o hiperrealista. Con pocas palabras diseña la lógica de un lugar común. La fantasía admite una mirada al más allá de la realidad, a las Américas (Kafka escribirá una novela ‘América’ sin jamás haber estado allí) y en la imagen de la joven hace resucitar la arcaica costumbre del ‘piropeo’, el cumplido machista fuera de moda, pero cargado de peligros.

El encuentro de hombre y mujer en el presente caso es un paradigma del no – entendimiento mutuo. La soledad es el precio del aislamiento que viven. Sospecho que Kafka después de escribir esa parábola ha tirado el lápiz lejos de sí. Insoportables somos uno del otro; incluso presiente un peligro que amenaza la vida misma de la joven, personaje de su narración: “lebensbedrohlich”significa una amenaza a la vida misma. ¿Tal dimensión pueden tener las costumbres vigentes en un ambiente social que es un mundo extraño para el escritor? 

Describirlo es liberarse.

 

f… y anavictoria agosto 2020