Heimat
- leña -
Quien frio tiene busca calor. Millones de alemanes buscaban calor cuando éste no estaba disponible durante los años de posguerra (1945 – 1949).
Las fuentes carboníferas produjeron carbón de minas a disposición de los vencedores.
Pero familias como la de friedrich manfred padecieron un tremendo frio durante las largas noches de invierno, los más intensos recordados por los mayores.
Si no había carbón, pues quemen madera, recomendaría cualquiera. Pero tampoco se conseguía leña legalmente. Pronto comenzaron a menguar los árboles en los alrededores de pueblos y ciudades. La arboleda de parques que las bombas de los Aliados habían dejado en pie, fue arrasada por la gente que salía de sus madrigueras para llevar lo que fuera para calentar ese pedazo de bien que les había quedado.
Y en casa de Friedrich Manfred había que alimentar varios fogones: principalmente el de la cocina, la caldera donde hervía el agua para bañarse y se cocían los alimentos para personas y los animales: cabras, cerdos, etc.
Menos mal, sobre este pueblo cercano a Frankfurt no habían caído bombas. Algunos daños sobre los tejados no habían sido graves.
¿Dónde sacar esa leña, esa madera para quemar?
Habían quedado las raíces y eran suficientes, pero no era fácil sacarlas. Y para subir a este pequeño cielo caliente se necesitaba: Pico y pala para escarbar, hacha para cortar, cuñas de hierro y un martillo pesado, una sierra para dos. Y una carretilla a mano porque no existía otro medio de transporte.
Verdad es que el Abuelo no se limitaba a escarbar raíces.
Debajo de la leña partida escondió uno u otro tronco de árbol. Nunca fuimos pillados por la ley.
“Hombre precavido nunca fue vencido”, se dice: fui yo mismo el encargado de llevar todos los domingos de verano un canasto de verduras en la bicicleta -productos de nuestra pequeña huerta y entregarlo al guardabosques, con un saludo cordial de Josef K.
manfred y ana diciembre 2020
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