HEIMAT - P W –
Vestirse como adolescente en un tiempo tan precario como el de la posguerra fue una ventura: todo se conseguía a cambio de alimentos o de tabaco.
En mi caso algo particular sucedió: un tío que había sido soldado en África en el cuerpo expedicionario de Rommel, cayó prisionero de los americanos y fue llevado preso en un barco que trasladaba tropas americanas de Europa a EEUU donde permanecería en un campo para prisioneros alemanes y japoneses, los enemigos.
Hasta el fin de la guerra los americanos les aplicaron un trato humano tal como lo que prescribía la Convención de Ginebra. Posteriormente ello cambió y la intención clara era la de liberarse tan pronto como pudieran de esa carga.
El tío Kurt que había soldado raso fue devuelto a Alemania y volvió con una pequeña fortuna en dólares por haber sido autorizado de trabajar en una finca. Se deshizo de la ropa de prisionero que constituían Americanas marcados con grandes letras blancas en la espalda: P W-prisoner of war-.
Esas prendas cayeron perfectamente bien puestas en mi larga humanidad adolescente. Mi abuela hizo lo que pudo para eliminar las letras, pero la marca era imborrable, ahí quedó para siempre. Y así durante varios años el estudiante de bachillerato vistió disimuladamente de prisionero americano.
No sentí molestias por “Ando yo caliente, ríase la gente”.
manfred y ana diciembre 2020
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