miércoles, 2 de diciembre de 2020

Heimat - Valquirias

        Heimat

          Valquirias

No las he visto, pero las he sentido, oído. Sus carcajadas son estridentes, agudas, amenazantes. Me las imagino feas, con alas de buitre. Caminan saltando sobre los campos de batalla durante siglos. Esperan el trueno de cañones, carne fresca humana.

¿Cómo las encontré?

Nuestro tour en bicicleta nos llevaba al sur de Alemania. Fuimos tres. Tenía que ser así porque sólo así se podía montar la tienda de campaña. Cada uno llevaba una lona alquitrana triangular de la Wehrmacht – herencia de familiares – con diseño de camuflaje. Se pegaban con botones y precaria hecha estaba la protección de la infantería alemana. No recuerdo de dónde procedió la mía. Pues no fuimos amigos. Yo, Friedrich Manfred fui el iniciador, sólo yo era el “Wandervogel”; sus principios me acompañan hasta la actualidad.

No recuerdo exactamente donde pasó. La noche se acercaba y nuestro nido no estaba aun hecho. Campings aún eran escasos. No habíamos encontrado ninguno. Y ahí estaba un extenso terreno poco arbolado.

-¡Aquí nos quedamos!-

Dije yo. 

Por ahí se acerca un frente de tormenta y lluvia. Logramos colocarnos. Pude rodear la tienda improvisada con una zanja y nos echamos a dormir sobre una capa de paja seca que logramos arrancar.

Y comenzó una danza de rayos y trueno, un viento inusual y fuerte casi arrancó esa tienda. 

¿Dormimos?

Yo no, al menos no me parece, porque las sentí, las oí, sus carcajadas  acompañaron los rayos. Por ahí anduvieron, sus alas negras rozaron las telas de la tienda.

Yo agarré fuertemente el puñal que llevaba.

¿Dónde nos habíamos metido?

Me pareció escuchar gritos. ¿Era eso un campo de batalla histórico? ¿Nordhausen?

Suecos y españoles enfrentados dejaron ahí sus muertos trescientos años atrás por el poder, por la religión, por el botín el saqueo y el robo.

En el subsuelo estarían sus restos. Pero las Valquirias riendo a carcajadas. Son inmortales. Solamente yo, el Wandervogel las había oído, aunque por la mañana todo parecía que nada hubiese ocurrido.

Los amigos’ habían quedado dormidos, querían volver a casa lo más pronto posible. Se asustaron. ¿Ha sido eso el brote de impresiones de bombas que cayeron y de violencia reinante en la infancia mía? Yo vivo obsesionado con el  tema de las guerras.

Yo, desde entonces me atrae y temo la historia. Esa visión forma parte de mi “Heimat”. Solamente y exclusivamente mía.

 

manfred y ana diciembre 2020

 

  

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