sábado, 5 de diciembre de 2020

Heimat - los amigos -

 

Heimat

Los amigos

 

Únicamente fueron dos mis amigos y los dos han muerto. Nada más dos.

Uno fueGunther, descendiente de hugonotes franceses algo mayor que yo, pero un Wandervogel, explorador del Limes Romano, caminante de marchas extremas, extenuantes. Abandonó la filosofía y la literatura para hacer cosas concretas, tangibles. Aprendió la tipografía pues su padre era impresor. Tenía la ventaja de que nunca le faltaba el trabajo. 

Yo, sin embargo, tuve que buscármelo como podía. Di clases de apoyo, en latín, monté cargas en trenes de transporte y vendí jabones u otros cosméticos. Gunther era algo mayor que yo. Le tocaba ser soldadito de infantería, pero escapó por suerte de la derrota de los alemanes y sobrevivió.

Era la Universidad de Frankfurt y su facultad de Filosofía lo que nos había acercado. Ahh pero la teoría pura, la de Horkheimer y de Adorno no era de su preferencia. Las subidas y bajadas del monte Taunus, las ruinas de fortificaciones romanas fueron los elementos un acucioso interés para Günther. 

Se hizo profesor en una escuela de enseñanza de oficios prácticos, de tipógrafos, por ejemplo. El ‘Tintero del Wetterau’, (tal era el nombre de aquel castillo con numerosas torres en ruinas que dominaba el centro de la región) le atraía. Lo llaman Tintero porque las torres parecen plumeros inmensos metidos en un saco de escombros. Este era un lugar de nuestra preferencia.

 

El otro,Hellmuth,amigo de colegio, del Gymnasium. Tampoco era de origen alemán, había sido expulsado de Bohemia, actual Chequia. El delito que habían cometido este muchacho y toda su familia era de ser de etnia alemana y hablar alemán en su casa. El recién creado gobierno posguerra checo en la ciudad de Praga creado por élites checas hizo mesa limpia después de la derrota del Tercer Reich alemán. La milicia checa expulsó a todos los que no eran checos: alemanes y húngaros. Hellmuth nunca había estado en Alemania antes y a Chequia nunca más volvió aun cuando se normalizaran después las relaciones. Los nacionalismos no se pueden normalizar, son la plaga del siglo Veinte. Al padre de Hellmuth lo mató la milicia checa. Hellmuth nunca hablaba de eso.

Estos dos amigos son parte de mi “Heimat”. Patriotas no fuimos, ni ellos ni yo. El patriotismo está fundado sobre la política. “Heimat” reside en el alma, es individual. Hellmuth estudió medicina y se hizo cirujano.

¿De dónde son,  nos preguntaba la gente con insistencia? Contestábamos con una sonrisa burlona. ¿Quién podría explicar lo inexplicable? 

Y, además, ¿qué importaba?

Ellos murieron y yo estoy con vida. No es justo. Pero algo queda claro: Yo nunca podré ser un patriota.

 

manfred  y ana diciembre  2020

  

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