sábado, 22 de agosto de 2020

Un Rey a la Fuga


   

 Sí, los reyes suelen fugarse, mutarse en fantasmas, asustar a la gente que en el fondo es monárquica sin remedio. El rey Luis XVI trató de escaparse de Francia, pero la guillotina le atrapó. A su violento sucesor, Napoleón, le mató la soledad en la lejana isla de Santa Helena. Y William Skakespeare descubrió lo que pasaría cuando un rey se transforma en fantasma: Algo mal sucedió en aquel lejano reino de Dinamarca.

Dinamarca es universal. ‘Cambio mi reino por un yate con velas’ podría haber sido una opción realista del rey emérito que se fugó recientemente de España; no se transformó en un sapo lo que pudo haber sido la alternativa, si hubiera consultado a los hermanos Grimm. 

 

Y todo eso, ¿para que? Para practicar un oficio cuyo ejercicio simplemente habían equivocado, ejercieron fallidamente.

Existieron reyes que mejor habrían sido mecánicos, relojeros, marineros, carpinteros, cazadores o simplemente cómicos envueltos en uniformes. Muchos de ellos no se enteraban de nada. El ya mencionado Luis había anotado en su diario en el día 14 de julio de 1789 (día de la toma de la Bastilla): “Aujourd´hui – rien du tout.”(Hoy no ha pasado nada). Efectivamente, por su mala puntería no alcanzó a matar ninguna perdiz. Las cabezas de los soldados de la Bastilla fueron triunfalmente transportadas sobre picas por todo Paris. 

“El Rey tiene una vida privada”, dicen para disculparlo.

¿Es cierto eso? Entonces: ¿Por qué no es presidente?, preguntamos.  

El rey de Sajonia al despedirse dijo las palabras sonantes: “Macht doch euern Dreck alleene!”

( Ocúpense uds de vuestra propia ---)

Este Rey español volador tiene antecedente: Guillermo II de Prusia / Alemania se fugó a Holanda cuando la Revolución en el año 1918 lo destronó. Y allí desarrolló su verdadera vocación: La de ‘leñador’. El castillo de Doorn que era su residencia se veía rodeado de un parque arbolado. La ‘Majestad’ a la fuga logró cortar todos los árboles para transformarlos en leña. ¡Bien hecho! De tiempo en tiempo mandó un mensaje a los nazis alemanes: “¡enhorabuena!” El hijo se hizo nazi.

Se ve que a las monarquías no les faltan ‘cojones’. Detalles: Guillermo II solo no pudo montarse sobre un caballo; en los desfiles no se notaba. Un rey cojeando no debería ejercer.

Hay que huir para hallar la verdadera vocación: uno se vuelve leñador, otro marinero, otro fantasma. En el relato de los Hermanos Grimm, una princesa coge al zapo asqueroso y lo estrelló contra la pared. Y ahí renació la majestad toda gloriosa y rejuvenecida. Sin bastón. ¡Adelante Corinna!

 

f…. y anavictoria  agosto  2020

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario