domingo, 23 de agosto de 2020

Un Cementerio de Ideales


     

.. así se presenta el cambio del siglo 19 al 20. Una muerte o por lo menos una transformación radical sufrió el ideal socialista vigente en la obra juvenil de Marx. 

El marxismo maduro es la ideología reinante de la obra de Lenin. El fascismo nazi se apodera del pensamiento crítico tradicional, anula la tradición humanista. Y se apagaron las luces. Del cementerio de ideas e ideales brotaron entonces ideologías como la nazi – fascista y la comunista.

Del libre pensamiento, mérito histórico de la Gran Revolución, no quedó nada.

“¿Qué hay que hacer? se pregunta Lenin; y su respuesta es: Prohibir el libre pensamiento, eliminar la oposición. La Revolución Bolchevique no necesita a filósofos; ( Sovjet – Macht plus Elektrizität) Venga el poder del Sovietacompañadocon la luz eléctrica.” ¿Marx un filósofo prohibido? ¡Como ícono se guio cual venerado! Pero hasta ahí: icónicamente.

Ah…y la bella y lista Rosa Luxemburgo reclamando ‘ la libertad’ al camarada Lenin; jamás obtuvo respuesta alguna.

Al final del siglo 19 el ideal socialista se había deformado exhibiendo dos caras ideológicas, la comunista y la nacional-socialista; La nazi alemana era la más marcada. El nacionalismo triunfante europeo le servía de trampolín. Millones de muertos resultarían como epílogo de esa ‘evolución’, ahora racista, antisemita: o lucha de clases o lucha de razas. En el cementerio reposan las ideas, sobre las banderas ondean ideologías. El discurso político se convirtió en algo sencillamente simple, totalitario. La doctrina se impone a la reflexión. 

 

Un documento de entre los miles que existen y que así lo prueban:

 

“A pesar de sus inmensos esfuerzos y sacrificios Alemania había perdido la guerra en el año 1918. Y eso sucedió porque los judíos y otros elementos supraestatales habían acuchillado desde atrás un ejército victorioso en muchas frentes. Y fueron estas mismas fuerzas anónimas las que lograron imponer una paz de victoria de Versalles para ahogar sistemáticamente al pueblo alemán. (…)

El Nacionalsocialista siempre luchará contra el mismo enemigo, contra Versalles, contra el capitalismo, contra el socialismo. (…)

¿Qué significa socialismo? Me increpó Hitler en el año 1930: “¡Un invento judío para debilitar al pueblo alemán!”

(Memorias del “Gauleiter” (gobernador) de Hamburgo) 

 

Conclusión: contrario a lo que se manifiesta frecuentemente, la Alemania vencida no ha sido víctima de enemigos internos, de fuerzas oscuras y secretas.

El nazismo creó la imagen del judío traicionero. Nada de eso se puede verificar.

La leyenda del apuñalamiento del valiente soldado alemán ha sido un motor en la política nazi. Nunca se ha podido presentar alguna verificación de esa mentira política que fue difundida desde lo alto del gobierno del ‘Reich’. El nazismo había encontrado a su enemigo alemán quien además estaba indefenso.

 

f…. y anavictoria agosto  2020

 

 

 

 

 

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