¿Qué es el Hombre?
“¿Ha escuchado hablar del terremoto de Lisboa?
(…) Me refiero a la sacudida de tierra espantosa para la ciudad de Lisboa en el año 1755.
-Pido perdón-
-Pues, Voltaire protestó contra eso.-
-¿Cómo así….él protestó?
-Se reveló, sí. No toleró el hecho y el destino: se negó a aceptar y protestó en nombre del espíritu y de la razón contra este mal proceder de la naturaleza al eliminar tres cuarta partes de una ciudad floreciente y al sacrificar miles de vidas humanas…
¿A usted le extraña? ¿le veo sonriendo? ¡Le permito extrañarse, pero la sonrisa se la prohíbo! La actitud de Voltaire fue digna de un descendiente de los antiguos galos que lanzaran flechas contra el cielo en desacuerdo con sus dioses…..Mire usted ingeniero, ahí tiene la enemistad del espíritu contra la naturaleza, el desafío contra ella, el insistir sobre el derecho a criticar ese poder maligno contrario al razonamiento. Porque ella realmente es el poder, y sería un acto de vil obediencia simplemente admitirlo ….quiero decir, mentalmente ceder ante su poderío.”[i]
(Thomas Mann, La Montaña Mágica)
Lodovico Settembrini es el personaje que catequiza a Hans Castorp en este fragmento de La Montaña Mágica. Settembrini , italiano, sabio e ilustrado defiende la razón crítica contra personajes adversarios como el jesuita Naphta e indiferentes como Hans Castorp.
¡Yo acuso! – Así suena el reproche que hace a una naturaleza que destruye lo que una labor civilizada acaba de construir: Lisboa en el año 1755, síntoma y símbolo de una devastación inesperada se transformó en un reto para todo este siglo de tendencias ilustradas:
Voltaire protestó en Francia y el joven Johann Wolfgang Goethe perdió la fe del inocente en Alemania, así lol relatan los documentos históricos.
¡A pesar de todo eso, vivimos en el mejor de los mundos posibles!Predica el filósofo Leibniz.
¡Que lo cuente ‘Candide’, víctima inocente de un mundo caótico e inmoral!Responde Voltaire.
¡Cubre tu cielo, Zeus, con nubarrones y bruma! exclama el joven Goethe quien declara ser Prometeo en su fantasía y se identifica con ese que rechazó a los dioses y proclamó la orgullosa soledad del YO humano: ¡Aquí estoy YO y no te necesito!
¿Tiene hoy alguna vigencia tal discusión?, ¿acaso no sobrevivimos con una naturaleza disminuida y reducida por la permanente labor inteligente y creativa de los hombres?, ¿acaso ahora no se trata de proteger a la naturaleza contra la incesante labor de ilustrados y de tantos ‘Prometeos’ más -incluidos algunos tontos- ? ¿Quién nos salva de los eternossabelotodos?
Parece que se invirtiera la naturaleza en contra de la civilización técnica y moral de los hombres. ¿No es hoy esa actividad humana que hay que temerla? A pesar de ‘tsunamis’ y de la erupción de volcanes, el nuevo dios es el hombre. Él es quien construye y destruye al mismo tiempo.
Pero ¿se auto eliminará? ¿Será capaz de un suicidio colectivo por puro egoísmo? El dominio de la razón humana, al parecer ya llega a un límite. No puede desarrollarse más; ¿habrá llegado su fin?
El coro arcaico en el drama de Sofocles lo sabía mejor; Hölderlin y Bet Brecht lo recrearon así:
“ Sin embargo, establecido está un fin / Pues cuando no encuentra a otro /
Enemigo de si mismo se hace Él / Como al toro, a su prójimo le dobla la nuca /
A otro hombre que es igual a Él / y a ese las tripas le arranca luchando /
Para avanzar un solo paso / duro pisa a sus iguales /
Solo es incapaz de alimentarse / Pero coloca muros en su alrededor /
El sentir humano no le importa nada / Monstruoso se hace /
Para si mismo /” (traducción: fmp)
No es el ‘mejor de los mundos posibles’, no lo es …y tampoco somos lo mejor de las criaturas posibles.
La razón que Settembrini representa y alaba efectivamente nos eleva pero también es capaz de destruirnos.
friedrichmanfredpeter junio 2018
edición anavictoria
[i]Was ist der Mensch?
“Haben Sie vom Erdbeben in Lissabon gehört?
(----) Ich meine die Erschütterung, die Lissabon heimsuchte, im Jahre 1755.”
“Entschuldigen Sie.”
“Nun, Voltaire empörte sich dagegen.”
“Das heißt …. wie? Er empörte sich?”
“Er revoltierte, ja. Er nahm das brutale Fatum und Faktum nicht hin, er weigerte sich, davor abzudanken. Er protestierte in Namen des Geistes und der Vernunft gegen diesen skandalösen Unfug der Natur, dem drei Viertel einer blühenden Stadt und Tausende von Menschenleben zum Opfer fielen …. Sie staunen, Sie lächeln? Mógen Sie immerhin staunen, was das Lächeln betrifft, so nehme ich mir die Freiheit, es Ihnen zu verweisen! Voltaires Haltung war die eines echten Nachkömmlings jener alten Gallier, die ihre Pfeile gegen den Himmel schleuderten …. Sehen Sie, Ingenieur, da haben Sie die Feindschaft des Geistes gegen die Natur, sein stolzes Misstrauen gegen sie, sein hochherziges Bestehen auf dem Rechte zur Kritik an ihr und ihrer bösen, vernunftwidrigen Macht. Denn sie ist die Macht, und es ist knechtisch, die Macht hinzunehmen, sich mit ihr abzufinden …. wohlgemerkt, sich innerlich mit ihr abzufinden.
(Thomas Mann, Der Zauberberg, Ffm- 1958, Fischer, p.230)
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