¿Qué es el Tiempo?
Was ist die Zeit?
Así se pregunta Hans Castorp en La Montaña Mágica:
“¿Qué es el Tiempo? Un secreto inconstante y omnipotente. Un atributo del mundo real, un movimiento que forma parte del ser de los cuerpos en el espacio y de sus movimientos.
Pero, ¿existiría el tiempo si no hubiese movimiento?, ¿no hay tiempo estático?
¡Sólo preguntas!
¿El espacio condiciona el tiempo?, ¿o es al revés?, ¿o son ambos idénticos?
¡Más preguntas!
El tiempo es laborioso, su condición es verbal, el tiempo ‘trabaja’.
¿En qué trabaja? -- ¡causando cambios! --- Ahora no es ayer… aquí no es allá; entre ambos ‘estados’ hay ‘movimiento’. Pero este movimiento medido en el tiempo es circular, encerrado en si mismo; por eso mover y cambiar también podrían ser definidos como quietud, inmovilidad; porque lo que ya pasó continuamente se repite en el ahora y lo de allá se presenta acá.
Además, un tiempo infinito y un espacio limitado no son imaginables a pesar de los más desesperados esfuerzos mentales. Por eso se acordó tomar el tiempo y el espacio como eternos e infinitos – una idea. ¿No significa eso que ante la idea de la eternidad la importancia real de aquello que materialmente existe sería reducible a cero? … Y pensando la eternidad, ¿es posible que en sus composición cada cosa siga detrás de la otra? ¿acaso no podría ser que todo exista paralelo, una cosa al lado de otra? Y las experiencias comunes como ‘distancia, movimiento, cambio’ igual que los cuerpos reales, los que vivimos serían simples límites de nuestra estrecha percepción.
¡Preguntas sólo preguntas!”
(Thomas Mann, Der Zauberberg -La Montaña Mágica, Ffm – Fischer- 1958, p.316)
Sabemos que la vida es eterna. ¿Pero qué significa eso?
Este reto es como la gran pregunta y a ella se acercaron pensadores sin número, entre ellos Einstein y Hawkin, cuyo nombre evoca nuevas preguntas sin hallar respuestas.
La literatura no se quedó atrás. Traigo el citado fragmento extraído y traducido libremente, porque manifiesta una vez más la cercanía entre Thomas Mann y Friedrich Nietzsche; además contiene una sorpresa: enfoca el tema de la inmortalidad. Parece que la Montaña Mágica al acercar las mentes a la muerte conduce al mismo tiempo hacia aquella reflexión que escribiera Friedrich Nietzsche así:
“ Todo se rompe, pero todo será construido de nuevo porque la casa del Ser eternamente se autoconstruye. Tras de cada separación hay un reencuentro, porque todo consigo mismo es idéntico formando el ‘anillo del Ser’.”
Y es la figura de Zarathustra llamada a ser profeta y maestro del‘eterno regreso de lo mismo’porque desde ahora este será su destino.
“Verás – le responden sus alumnos – entendemos tu doctrina: que todas las cosas eternamente renacen y nosotros con ellas… que infinitas veces hemos existido y las cosas con nosotros. Tu nos enseñas que se acerca un año grande para el ‘devenir – el volver a Ser’, similar a un reloj de arena que cuando se invierte comienza a recorrer de nuevo el mismo camino.” (Friedrich Nietzsche, Así habló Zarathustra)[i]
Es obvia la aproximación de estos literatos al saber especulativo oriental. Pero también encuentra un eco en la investigación moderna científica
¿Podría haber existido una sociedad industrial sobre nuestra tierra millones de años atrás? Preguntaba hace poco Stefan Schmitt articulista en Die Zeit (Nr.22/2018).
La ‘estratografía del planeta Tierra’ hasta hoy está incompleta; sin embargo un estudio de ‘geoquímica’ podría revelar una sorpresa que nos acercaría a la ‘Science Fiction’.
Durante varios cientos de millones de años toda huella arqueológica ha desaparecido, quedan algunos datos bioquímicos relevantes. Hasta aquí llega la información en el periódico citado, más allá sería especulación.
Pero he ahí a La ‘Montaña Mágica’ en tantos sentidos moderna y requiriendo de lectores pacientes y dedicados.
No puede olvidar el lector que la literatura desde el inicio de la escritura abre horizontes y su misión es hacer ver lo invisible.
friedrichmanfredpeter mayo 2018
edición anavictoria
[i]“Alles bricht, alles wird neu gefügt; ewig baut sich das gleiche Haus des Seins. Alles scheidet, alles grüßt sich wieder; ewig bleibt sich gleich der Ring des Seins.” – “Du bist der Lehrer der ewigen Wiederkunft, das ist nun dein Schicksal.” (---) “Siehe wir wissen, was du lehrst, dss alle Dingez ewig wiederkehren und wir selber mit und dass wir schon ewige Male dagewesen sind un dalle Dinge mit uns. Du lehrst, dass es ein großes Jahr des Werdens gibt, eine Sanduhr gleich, immer wieder von Neuem umdrehen, damit es von Neuem ablaufe.” (Friedrich Nietzsche, Also sprach Zarathustra, Reclam Universal- Bibliothek Nr. 7111, p. 228 /231)
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