Martin Lutero, ¿antisemita?
Martin Luther
Der Jüden Stamm verdorben.
»Gleichwie aus dem Holz vom Weinstock und Reben
nichts kann gemacht werden, das man brauchen könnte, sie dienen nur zum
Feuerwerk; dazu ist das Rebenholz gut, daß man sie verbrenne, und der Asche
gebrauche, wie der Prophet Ezechiel sagt; wiewohl wenn
es noch am Weinstock ist, seine Früchte trägt: also sind aus den Jüden kommen
die Apostel, Propheten, und Christus selbst; aber jetzund ist der Stamm nichts
werth.«
Martin Lutero, La tribu judía está
perdida
“Con la madera de la parra de vino,
nada puede hacerse que sea útil. Sirve sólo para quemarla; para eso es buena esa madera,
para que arda y algo se haga con la ceniza. Así habló el profeta Ezequiel: cuando la parra aun portaba
su fruto, de ella salieron los apóstoles, los profetas y el mismo señor Cristo;
pero ahora esa tribu ya no sirve para Nada.”
Comentario:
En este año de 2017, octubre ha estado repleto de publicaciones sobre
Martin Lutero y la Reforma; la mayoría de referencias están llenas de elogios
al mensaje de este reformador, quien el día 31 de octubre de 1517 manifestó sus
principios de reformar la doctrina cristiana, (según la tradición) pegó 95 tesis
a la puerta de la iglesia en Wittenberg ( Alemania).
Han pasado 500 años
desde aquella fecha y la Reforma sin duda alguna ha cambiado el mundo no
solamente en el aspecto religioso, también la dimensión social y política que
presentaría cambios profundos y eventos insospechados, a partir de aquel evento
histórico.
Las manifestaciones
antijudías de Lutero son numerosas, y no paran las discusiones sobre la
importancia que estas tienen para alimentar el antisemitismo moderno, que tuvo
su expresión más violenta en Alemania durante la época Nazi y otras
manifestaciones anteriores en las regiones protestantes del país.
¡Que quede claro!
Nadie debe reprochar a Martín Lutero ser el precursor del racismo nazi. Eso
sería absurdo. El argumento de Lutero fue teológico: reprochaba a los judíos el
negar la obra redentora de Jesús Cristo quien nació en su seno. Lutero,
creyente bíblico, admiraba el papel destacado de este pueblo. Para él no había
duda: El pueblo de Israel era el pueblo elegido por Dios para laborar a través de su existencia la obra de la
redención de la humanidad entera. Era esa fe férrea la que había producido en
Lutero la gran decepción que se resume en el término repetido varias veces: “der
Juden Halsstarrigkeit” ( la terca oposición de los judíos a la
conversión).
Los judíos alemanes se opusieron al intento
misionero de Lutero, quien vio cómo triunfaba su misión entre todos que
entendían alemán, menos entre los judíos alemanes. Por eso, indirectamente
Lutero se asociaba a todas las medidas de exclusión y represión que la sociedad
civil preparó para excluir y aislar a los creyentes judíos. No olvidemos
el tono marcial y agresivo propio del
discurso de Lutero y que dominaba toda la dialéctica de la confrontación con
opositores. Lutero no ahorraba insultos contra “papistas endemoniados”, “espíritus
voladores y locos”, “rebeldes prepotentes” etc.
Sí, esa época fue intolerante, pero Lutero lo era al máximo. Su diálogo
consistía en agresión verbal permanente cargada de vulgaridades.
Todo eso no reduce
la genialidad del traductor y la imponente virilidad ante la autoridad ajena.
Lutero no se dejaba intimidar. Es más, su respuesta al temor que sentía como
todo ser humano, era la contraofensiva. Y eso, entre alemanes, le ganó mucha
simpatía y admiración. Hasta el día de hoy.
Queda este lenguaje
indomado y violento. Amenazar con el fuego y la quema no fue nada inicuo ya que
se convirtió en un terrible anticipo de la quema y destrucción que en este país -tan a fondo- luterano sería literalmente cometido
siglos después.
friedrichmanfredpeter noviembre
2017
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