Sobrevivirá !
¿Cómo se formaron estas personas
para ser como eran?
¿Sobrevivirá su mensaje?
Wilhelm
Liebknecht, Karl Liebknecht, Ferdinand Lasalle
Rosa
Luxemburg, Friedrich Ebert, August Bebel.
Esos son los iniciadores del socialismo alemán. Con nostalgia nos acordamos
de ellos.
Ellos construyeron aquello que nos guiaba
sin adoctrinarnos… nos convencieron sus ideas. Digo “nosotros”, refiriéndome a
mí y a muchos alemanes, y a otros más allá. Su valentía nos inspiró, su fracaso aun nos
duele. ¿De dónde sacaron la energía que alimentaba su quehacer, sus vidas?
Se afirma con frecuencia que su fuente de inspiración lo constituían Karl
Marx y, en menor grado Friedrich Engels. Yo dudo de esa explicación: la energía
vital la sacaron de su propia biografía. Como todos, tuvieron experiencias de
infancia y de juventud que marcaron sus vidas: nacieron con un talento
destacado, no eran tontos y miraron
mucho más lejos que la gran mayoría de contemporáneos que vivían
felices, conformes e incompetentes. A muy
temprana edad presentaron signos de lo que serían cuando fuesen mayores.
Es cierto que ya en la edad de la razón
juvenil la lectura de Marx les nutrió y que
bebieron su mensaje como los chivitos la leche; sin embargo ellos fueron los
iniciadores en el fondo, usaron a Marx, crearon su recepción política, lo
sacaron de la sombra de una existencia marginal, lo interpretaron y hicieron de
él su profeta mayor, una nueva estrella brillante
para iluminar las casas y las gentes llenas de pesar, ignorancia y conformidad. El nuevo saber, el “marxismo” lo cambiaría todo,
primero en Alemania y luego en el mundo.
Eso pensaron y en ello debieron confiar. Hoy sabemos que tal cosa no funcionó.
El mundo es complicado e inhóspito para profetas.
Al margen de lo que realmente habría de suceder, ellos, por sí mismos fueron
algo más que creativos dibujantes o utópicos. Su carácter, su personalidad, su
autenticidad, su manera der ser, fueron legítimos, creíbles. Dos de ellos provenían
de familias judías y padecieron insultos antisemitas; dos, obreros, habían
aprendido oficios prácticos, laborando el cuero y los metales; otros, padre e
hijo Liebknecht provenían de familias rebeldes, poco sumisas: Karl Liebknecht
murió asesinado por fuerzas del estado, igual que su familiar Ludwig Weidig dos
generaciones antes. Lasalle muere en un duelo por un asunto de honor. Rosa
Luxemburgo es asesinada al igual que Liebknecht, el mismo día: asesinatos
políticos ordenados. Ebert es víctima de odio y desprecio en un ambiente
fanatizado, no había quien lo atendiera y una simple apendicitis lo mató. Todos podrían contar historias de difamación, menosprecio, persecución. Ante
eso, su remedio intelectual se llamó Karl Marx.
¿Cómo se hicieron lo que finalmente fueron, personas valientes, creativos,
innovadores? Les sucedió tropezando con la dureza de la vida real. Esa vida
habría que cambiarla… pensaron, y para eso les sirvió la sombra de Karl Marx
que poderosamente intervino en su vida. Debido a Marx se les abrió una nueva
perspectiva desde la cual la historia misma
pondría fin a las injusticias, el menosprecio y la explotación. Marx lo
pronosticaba, por eso movilizaron su imagen a la de un revolucionario. El
investigador, el escritor crítico que realmente fuera K.M. resultó al margen de
sí mismo: fueron ellos, los seres humanísimos retratados en estas fotos, los parturientes
del marxismo en sus variantes conocidas. Y eso era su revolución, tanto social
y política como personal y privada. Habían pedido auxilio a Karl Marx, él no los
abandonaría.
Debido a Marx ya no se sintieron solos, el poderoso aliado de su lucha era
la clase obrera, bautizada con el nombre de proletariado. El futuro pertenecería
a la lucha obrera y por eso estuvieron convencidos de vivir el comienzo de una
era nueva, de un tiempo nuevo:
“Mit uns
zieht die neue Zeit!” (Cantando marchamos hacia el
nuevo tiempo) y “Die Neue Zeit” se
llamaba la revista política fundada en 1883 y así se llamó hasta 1923, cuando
fue relevada por “Vorwärts” que dura
desde 1876 hasta la actualidad. Ninguna
otra revista en el mundo tiene una tradición más larga.
Debido a esa labor, generación tras generación Marx ha sido redescubierto,
interpretado y reinventado de nuevo. Ejemplos de ello son la
Teoría Crítica en la U de Frankfurt; continuada por la teoría de la comunicación social de Habermas. O la
crítica de la misma crítica por el filósofo Sloterdijk…en fin, una lista que
continuará.
Sin embargo, la sociedad en la que se desenvolvieron teoría y actividad político fundadas en el
socialismo no ha parado de cambiar. La clase obrera como motor de innovación ha
sido sustituido por una sociedad formada
por laboriosos individuos de “cuello blanco” y por un sector social crecido de
bajo perfil técnico y de formación
precaria. Este grupo depende cada vez más de ayuda pública porque sus ingresos
no alcanzan un promedio de bienestar normal, no son actores en sociedad, su
papel es pasivo y reactivo. Su estado suele ser denominado “precario” por ellos
mismos cuando es de relativa comodidad.
Ante esta situación, el mensaje socialista ha perdido terreno, tanto, que
se se está pronosticando su total
desaparición. Alemania y Europa sin socialdemócratas: ya es un pronóstico posible.
Observamos la dramática caída del voto socialista en las últimas elecciones
generales en Alemania. Y eso no pasó porque
la oposición conservadora haya crecido. Numerosos electores actuaron así
de acuerdo con sus intereses: ¿Por qué votar por la socialdemocracia? Su
proyecto no ofrece más de lo que la mayoría ya posee: vivir cómodos y
entregados sin problemas existenciales a un bienestar que en otros tiempos
históricos era impensable. Pero de historia no saben nada al parecer.
Es una comodidad que engaña porque abre la vía a una política de
conformismo y de inmovilidad; la opción socialista se queda sin eco. Otros
temas y temores electrizan más: ¿Quién protege seguridad y privilegios ante la
amenaza de nuevas “plagas” inmigración y competencia global?
El socialismo no ha encontrado respuesta y desesperadamente busca renovación.
¡Volver a sus orígenes! ¿Será esa
una solución para el socialismo europeo en crisis?
¿Podrá ayudar Karl Marx, desde su tumba en Londres? --- ¡Llámenlo!
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