sábado, 18 de noviembre de 2017

EPICURO

EPICURO
Anmutig lebt sich's in Olivenhainen,
Am frischen Quell im Schatten der Platanen;
Da öffnen sich dem freien Geist die Bahnen,
Und Wahrheit wird dem Sinnenden erscheinen.
Lust ist das Gut, sagt Epikur den Seinen,
Und Schmerz das Übel. Deutlich warnen, mahnen
Die Triebe der Natur; sie lassen's ahnen,
Was zu bejahen sei, was zu verneinen.
Schmerzloses Dasein ist das Ziel des Lebens,
Das höchste Gut, der Leitstern unsres Strebens,
Die Güter und die Übel abzuwägen.
Wähl' höhre Lust, auf niedre zu verzichten,
Trag kleinen Schmerz, um größren zu vernichten;
So lebst du dir und anderen zum Segen.
( Otto  Liebmann)
 “Muy bien se está bajo los olivos / al lado de fuentes frescas y bajo las sombras frondosas / aquí se abren los horizontes al libre pensar / y aparece la verdad para el libre pensador /// El placer es el mayor bien dice Epicuro a los suyos /  y dolor es el mal, advierte la ley natural /  ella es la que mejor conoce  lo que es bueno y lo que no lo es /// Vivir sin dolor es el sentido de la vida / es.el máximo bien y debe ser la meta que nos ha de guiar / para lograr equilibrar lo valioso entre el bien y el mal /// Pero hay  que escoge el placer mayor para renunciar a gustos menores / soportar el pequeño dolor para evitar los mayores /  Has de buscar tu propio bien para rendir bendición a tus amigos”
Nota de la traducción: El soneto traducido del alemán, fue escrito por Otto Liebmann (escritor y poeta del siglo XIX) y constituye, en tono breve un logro increíble: resumir poéticamente la esencia del epicureísmo que desde su origen hasta la actualidad ejerce una fuerte influencia sobre las mentes que buscan orientación para vivir la vida.
  Epicuro (aproximadamente 341 a. C. - Atenas, 270 a. C.) ha dado forma y contenido a la ilustración griega. No dudó de la existencia de los dioses, sin embargo dudó profundamente de que los dioses o los demonios interviniesen en los destinos de este mundo. No creyó plausible que tuviesen importancia para la vida de los hombres. También negó que existiera la inmortalidad del alma y una vida más allá de la muerte. Para lograr una vida autónoma y de libre pensamiento habría que estar libre de todo temor ante dioses y demonios. (Este último temor consiguiría vigencia nuevamente durante la temporada tardía de la Edad Media europea tomando carácter de epidemia).
Sin embargo para Epicuro la razón era el máximo bien, porque la razón ha de ser fuente de toda virtud, y virtud y felicidad son el sentido de la vida. Nadie, nunca será feliz sin vida razonable, noble y justa. El segundo principio de Epicuro es el placer; contrario a la tradición idealista que renuncia o devalúa la sensualidad, Epicuro afirma el placer como valor en sí, inclusive el placer de la mesa y el erótico. Sin embargo aclara que detesta el exceso de la misma manera que el ascetismo riguroso. La virtud máxima es la sencillez, la naturalidad de una vida en libertad y con amigos. Esto es el verdadero “placer”.
 La influencia de este pensamiento ha sido extraordinario durante toda la Antigüedad. No faltó la crítica y la difamación de Epicuro quien fuera llamado “Porcus” por sus enemigos. Sobre todo por parte de los defensores de la religión tradicional quienes se vieron  agredidos por una teoría que acusaba a la religión y la superstición como causantes de numerosas perversiones sociales.
Durante la era del Cesar Augusto los epicúreos fueron relevados por los estoicos. Los epicúreos en su defensa de valores privados no convenían en el logro oficial de una filosofía estatal como la que impusieron los Cesares. Finalmente el neoplatonismo y el cristianismo relevarían las sombras de Epicuro. Y ese juicio ha tenido larga duración.
Cerditos epicúreos.

Lector o lectora que me has seguido hasta aquí, no olvides lo que te espera cuando confíes tu vida al pensamiento epicúreo.  En el famoso clásico de la Divina Comedia, escrita por Dante Alighieri  en el siglo XIV, he encontrado a la sombra de Epicuro nuevamente denigrada. ¿Dónde lo situa el Dante? En el profundísimo Infierno. Allí lo ha colocado la pluma del escritor porque se atreviera a negar la vida eterna:
Suo cimitero da questa parte hanno
con Epicuro tutti suoi seguaci,
che l’anima col corpo morta fanno.

“Su cementerio en esta parte tienen,
con Epicuro, todos sus secuaces
que el alma con el cuerpo morir hacen.”

Y todo eso acompañado por:
Sospiri  -  Lacrime  -  Voci Alte”


Dante Alighieri, La Divina Comedia, Il Inferno,   Canto Décimo


por eso,  ¡cuídate!

friedrichmanfredpeter    noviembre   2017





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