domingo, 23 de octubre de 2016

CRISTIANOS COLOMBIANOS POR EL NO

¿Qué hay detrás?


“(…)Es tal el poderío que representa el fenómeno cristiano en Colombia, que las iglesias Misión Carismática Internacional, Su Presencia, Avivamiento, Manantial de Vida, Casa sobre la Roca y Bethesda, reúnen más de 400mil fieles sólo en Bogotá, además de su gran presencia e influencia nacional.(…)
La iglesia Manantial de Vida Eterna, de Eduardo Cañas, dueña de la Cadena Radial Vida, con 40 emisoras en el país, es la tercera cadena de radio más importante después de Caracol Radio y RCN Radio.(…)La Misión, MCI, o G12 como se le conoce, ha sido tarima y plataforma del hoy senador Álvaro Uribe Vélez, expresidente de Colombia. Esta es la iglesia que lideró junto a Manantial el voto del NO.(…)
A las anteriores se suman miles de denominaciones de Asambleas de Dios, Cuadrangulares, Bautistas, Metodistas, Menonitas y Presbiterianas, entre otras, que aglutinan entre 15 millones de ovejas que vigorizan el fenómeno cristiano en el panorama político y social de Colombia.(…)
 Según registros de la Oficina de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior, existen más de seis mil iglesias cristianas en todo el país.(…)
 La iglesia cristiana exigió que le dieran un cupo en la mesa de  La Habana  y escogió  al pastor Eduardo Cañas, de la Iglesia Manantial, como su portavoz.
En eso va el coletazo cristiano tras el plebiscito.”


Al periodista investigador Alfredo Serrano Zabala pertenecen los anteriores fragmentos extraídos como información válidada de su artículo El fenómeno cristiano detrás del NO publicado por El Espectador del último domingo 23 de octubre del 2016.

Como observador en este país que me encanta y que siempre me llena de sorpresas, me pregunto:
¿De dónde saldría… o (mejor aún para hablar con una metáfora de Brecht) quién parió, de qué vientre salió esta sorprendente religiosidad cristiana en Colombia? ¿Cuál es el origen de esa ideología que impide razonar y reconocer un argumento práctico y necesario  -como lo es el esfuerzo por iniciar un desarme en el campo colombiano a través de un acuerdo con la llamada “guerrilla más vieja del mundo”-? ¿Qué sucedió con este país a nivel de creencias durante los más de 30 años de mi ausencia?

Entiendo que aproximadamente un tercio de la población colombiana pertenece hoy a iglesias cristianas alternativas a la iglesia católica  tradicional, en la cual, dicho sea de paso, no se observaban mayores fanatismos  en los años 70 cuando viví en Barranquilla, salvo en minorías muy conservadoras especialmente en el interior del territorio. (Claro es que no existía el secularismo propio de los estados modernos; por eso me enteré en el 91 con mucha alegría del avance jurídico hecho en tal aspecto por la nueva Constitución Nacional).

Bien, pero vuelvo a lo que me ocupa: el auge de las “más de 6.000 iglesias cristianas” a lo largo y ancho de todo el país. Desde esos novedosos altares-escenarios aproximadamente 15 millones de colombianos reciben, no solo fe y Palabra, sino SOBRE TODO  información y formación acerca de los procesos históricos y sociales de su país. Aún no salgo de mi asombro...Es este un fenómeno increíble. Es un proceso social importantísimo que coincide además con la casi ausencia de educación y formación civil ciudadana en los colegios privados. Sospecho que misiones desde el exterior (el poderoso vecino del norte) llenaron este vacío prestando orientación, recursos ideológicos y prácticos para el nuevo adoctrinamiento.
Sin embargo, resulta obvia una falla fundamental:
Los problemas de este mundo no se resuelven en iglesias bajo los aplausos de entusiastas cristianos. Son muy terrenales los asuntos que hay que solucionar y es necesario tener las mentes claras y la buena voluntad para hacer compromisos. Conozcamos en primer lugar nuestros intereses y aceptemos que algo tenemos que dar cuando algo deseamos recibir. En política no se trata de “la verdad” sino de “verdades”.  El cristiano dirá que con el mal no se aceptan compromisos, porque con el “diablo” no se hacen tratos. El político, en cambio, lo debe hacer con quien sea, cuando existe la voluntad para solucionar un problema de gran alcance. Y mal actuaría si no lo intentara en este caso colombiano que es de vida y de muerte diariamente.
Los políticos han de ser capaces de hacer bien las cosas para salvar la nación, el único recurso posible es el diálogo y la moderación, porque la vía militar es a estas alturas un recurso derrotado en la práctica durante más de 50 años.

Quisiera poder decir a los pastores y congregaciones cristianas de Colombia:
¡Señores cristianos, recen sus mercedes por el buen éxito de una política enfocada así, con tacto y más diálogo!
¡Eminentes pastores, apoyen a sus ovejas, que no confundan el Creer con el bien pensar!
¡Sean sus mercedes capaces de salir de la cápsula de su oración! 
¡Hermanos, dejen estos gestos exaltados a los islamistas, ellos creen en un dios tiránico, violento  y tratan de complacerle!  
Me pregunto ¿Cómo será el dios que sus mercedes adoran?
Este mundo no es de Dios, ni del Diablo, es nuestro, es tal como nosotros lo construyamos.

 Yo sé que no me prestarían atención, no pretendo profetizar nada,  soy un simple observador y además no soy evangélico cristiano.

friedrichmanfredpeter  octubre  de 2016
(anavictoriaoeding)


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