domingo, 23 de octubre de 2016

BONGA o BONGO o CEIBA pentandra o pachote



me llamo y en un cruce de calle 66 con carrera 59 en Barranquilla levanto mis ocho brazos principales. Estoy aquí desde hace muchos años y mi extenso follaje cubre de sombra este sector. Sin esta sombra el sol ardiente de mediodía abrazaría la acera, hiriendo a los que beben refrescos en la cafetería justo aquí…a mi lado. Mi tronco impresionante concentra la fuerza vital del trópico, soy una árbola de savia y sabia, estoy viva y doy vida a  pájaros que cantan en la madrugada y a  ardillas rojas que cruzan mis ramas saltando. Estoy rodeada de altos edificios y a ellos les dejo este mensaje:


Soy más vieja que vosotros, soy mayor, resistí a los vientos huracanados, a los aguaceros cuando invadieron las calles volviéndolas riachuelos, resistí y aguanto. He visto pasar flotando de todo:  ramas arrancadas allá arriba,  marcos viejos de puertas, basura tirada al arroyo, igual  llantas inservibles reparadas la enésima vez, cadáveres de perros y gatos, todo ello camino al río y luego al mar Caribe que todo lo traga; pero yo estoy viva y aquí estoy.
 Ana y tú  me visitáis y me saludáis todas las mañanas.
¿Quihubo? me decís, como entre viejos amigos; nos conocemos y no hacen  falta más palabras.

Por mi parte, yo,  fritzpeter, digo que a mí me gustaría levantar los brazos como tú haces, estrecharte y respirar profúndame antes de un largo bostezo, abrazarnos los tres. Fundirnos cada uno en los otros dos.  Seamos Bonga, olvidamos quién es humano y quién es árbol; Ana y yo tenemos brazos y seres vivos somos pero… necesitamos que tú nos prestes fuerzas para resistir tempestad y clima a tu manera.
Porque te necesitamos; eres vida pasada, presente y futura, nos sobrevivirás si la motosierra  te deja vivir. Aunque pienso que no se atreverán a tocarte. Mucho trabajo tendrían al querer quitarte la vida y cuando al final cayeras dejarías un hueco inmenso que nada podría llenar. Sin ti este barrio sería otro y nos sentiríamos huérfanos todos, porque tú eres más que un árbol decorativo, eres la ”Ceiba” de los dioses indios, tu imponente silueta simboliza el universo de este a oeste de norte a sur; eres el “Olimpo” de dioses.
Me recuerdas, sin embargo a “der Lindenbaum” cantado por Franz Schubert en “die Winterreise”. Pero más fuerte y majestuosa eres tú, ningún frio te congela, ninguna primavera llega para resucitarte. En tu sombra las parejas no se besan, ni escriben sus nombres en tu corteza, tu piel es áspera y armada de puyas. Y en vez de las notas de piano románticas, escucharás sonidos de cumbias y vallenatos. Tu vitalidad asombrosa no admite nostalgias nórdicas, tú amas la rumba callejera.
Grande eres y ancha, hermosa, tu verdor da aire a los que se asoman a los balcones, Barranquilla te necesita.

friedrichmanfredpeter   octubre 2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario