…una reflexión cien años después de la
batalla sangrienta …
Wildgänse ziehen durch die Nacht
mit schrillem Schrei nach Norden.
Unruhiges Herz, hab acht, hab acht,
die Welt ist voller Morden.
(was ist aus uns geworden)[1]
Wir sind wie ihr ein graues Heer
und zieh´n in Kaisers Namen,
und zieh´n wir ohne Wiederkehr,
singt uns im Herbst ein Amen.
Gansos silvestres cruzan la noche / con grito agudo, volando al norte /
¡Ten cuidado, inquieto corazón !/ Lleno está el mundo de muerte /Nosotros
también somos un ejército gris / y marchamos en nombre del Kaiser / y si
marchamos sin regresar /¡cantádnos en otoño – amén!/
Verdun y más Verdun. Guerra entre trincheras alemanas y francesas,
„Poilu y Landser“ se enfrentan a muerte. Entre los alemanes surge una canción,
texto del soldado Walter Flex cuya
melodía se creará poco después. Como muchos
de sus camaradas, Flex salió comovoluntario
de la universidad al frente cumpliendo lo que consideró su deber. Y allí murió
alcanzado, problemente, por un obus de artillería enemiga. Es el año 1917 y los
soldados franceses también cantan: „Les Oies volantes“--- destinos paralelos.
Poilu francés
Flex era un escritor con talento, un talento que prometió un futuro,
importante tal vez. La muerte lo segó. Pero existe la trilogía de Jünger,
Remarque y – Flex. La Grande Guerre les
marcó vida y muerte.
Flex llegó al lugar donde le esperaba la muerte con la mochila al hombro,
¿preparada por la madre? Había muchos como él, salidos de Heidelberg o Jena y
en el fondo de sus mochilas, poesía de Hölderlin, o el Zarathustra de
Nietzsche. muchas veces leidos,
comentados, adorados.
„Heidelberg“, „Hölderlin y
Nietzsche“ ¿Qué más se puede decir para
describir un carácter y una decisión, igual a suicidio?
¿Quién lo mató, el fuego enemigo, o „die
deutsche Romantik“?
Yo me inclino por la segunda opción. ¿Qué por qué?
Ah, porque tres años antes, en el año 1913, se celebró por primera vez
el Día de la Juventud Libre Alemana. Delegaciones de todo el país y también de
Austria se habían reunido en la cumbre del monte Hoher Meissner en Hessen,
especie de Monte Sacro de la leyenda; y allí de noche alrededor del fuego y
bajo la luz mágica de la luna, se proclamó solemnemente lo que conmovió las jóvenes mentes y que en adelante se
llamará „Der Wandervogel”
“ El pájaro migratorio”.
Allí mismo los jóvenes alemanes tanto católicos como protestantes, socialistas,
universitarios y otros[2]
más juraron la siguiente proclama:
„Derecha, nuestra mirada,
Paso firme a la vida abierta
al mundo,
¡Salve, nueva generación
alemana!
Guardia del futuro, luciente
en el dorado rojo de la aurora,
Tu eres la tropa combatiente
para un pueblo nuevo.“
Entre más términos exaltados se destacan, el amor a la verdad y a la
libertad, pero también ¡Levanta la
bandera, toca el tambor!
Facilmente reconocemos los ánsares, los gansos volantes, de la canción
de Flex. Y comprendemos esa dudosa voluntad de entrega al ideal que predican
las voces de Fichte hasta Schelling y Hölderlin.
Sin embargo, es un ideal abstracto, un ideal al que falta
concretizarlo. ¿De qué libertad y de qué lucha se trata?
Es idealismo puro tendrá necesariamente que estrellarse contra la
realidad; se trató de un movimiento juvenil que al principio del siglo pasado
anticipa actitudes de protesta actuales.
Entre esta contradicción, reluce su romanticismo. Su ideal es explotable, y ha
sido explotado de hecho por intereses de poder ajenos a la voluntad pura de los
autores del juramento.
No han sido sólo palabras, lo verifican los hechos. Al negarse a
compartir la fácil comodidad del bienestar presente, dos generaciones de
alemanes se han lanzado al abismo de ideologías volátiles: el nacionalismo
imperial, los socialismos en sus variantes y finalmente el nazismo con su perversión
de ideal como caricatura sangrienta.
Doble cara presenta el „Wandervogel: la de la libertad individual, de
la oposición al mundo real y presente, la de la felicidad que producela convivencia
entre iguales, el disfrute de lo original y el aprecio de la vida sencilla, la
cercanía a la naturaleza y el amor a la creación y a todas las criaturas.
También el desprecio de la moda, del dinero y de la riqueza ganada con
facilidad. Todo esfuerzo es considerado valioso, cuando no tiene un fin
material. Eres aristócrata, metido en loden y harapos. Eso por un lado.
Y por el otro, el orgullo del que se siente privilegiado en su vocación por el solemne desprecio de lo
que es común y corriente. Los deseos de la gente le son indiferentes, los mira
con ojo crítico. La vida cómoda de los burgueses merece desprecio.
Y luego la tentación por un ideario, dominado por el sacrificio, la
privación y la entrega. Había „Wandervogel“ socialistas, nacionalistas,
católicos y judíos.
Durante la era nazi el Wandervogel fue prohibido, pero la Hitlerjugend
se apoderó de esa tradición para ganarse la juventud y acercarla al mensaje ideológico nazi. Tuvo
éxito.
¿Cómo fue posible esta evolución del romanticismo alemán desde un
principio literario, filosófico y artístico hasta formar parte de la ideología
antihumana nazi?
Es muy sencillo responder a esta pregunta. „Die Romantik“ alemana no es
otra cosa que el idealismo frustrado. La era napoleónica y la restauración
después de derrocar la hegemonía francesa, no dejó campo para lo que el
idealismo filosófico había proyectado. Todo elemento cultural, desde la
literatura al arte escénico, pintura y música, ofreció refugio para esa decepción y el desengaño colectivo.
Esa estrechez de las ciudades con sus torres góticas, la pequeñez y
pobreza de las relaciones entre las personas. Dulces idilios se asomaban por
todos los lados. El pintor Spitzweg los idealizaba. Jean Paul les dedicaba
sátiras mordaces. Pero el espíritu romántico buscaba algo más, un secreto
detrás de esta mediocre simpleza.
Y fue Friedrich Hölderlin
quien dio el nombre a este observador: el que se siente viajero y visitante en
permanencia en su propia tierra,
expatriado de su verdadero ideal que es Grecia, que en este tiempo buscó
y encontró nueva existencia política:
Hyperion:
„Y así caí entre los alemanes. Mucho no me esperaba, y
aun menos encontré. Humildemente toqué a la puerta como Edipo, quien ciego y
desterrado se acercó a la puerta de Atenas, donde le recibió un bosque sagrado
de los dioses y bellas almas le saludaron –
¿Y cómo me fue a mí?
Siendo bárbaros desde los viejos tiempos, y más
bárbaros aún debido a industria, ciencia y hasta la religión, incapacitado para
cualquier sentimiento sublime, podridos hasta la médula ante la suerte de las
sagradas Gracias. En su exagerada pobreza ofensivos para toda alma generosa,
torpes sin armonía como fragmentos de un vaso roto - estos, mi querido Belarmín, iban a ser mis
consoladores.
Es duro decirlo, pero a pesar de eso lo digo, porque
es verdad: No puedo imaginarme otra nación más dividida que la de los alemanes.
Encuentro artesanos pero ningunas personas. Pensadores
hay pero no son humanos. Jóvenes son y viejos, amos y criados, pero no son
personajes - ¿No es esto como sobre un campo de batalla, donde están esparcidos
los cuerpos destrozados y la sangre se derrama sobre el suelo?“[3]
Es el manifiesto de un radical descontento con la realidad tal como nos
la encontramos. No hay vía de solución indicada. La mente no halla salida. Sólo
queda la fuga. Sabemos que esta fuga para Hölderlin fue la locura.
Recluido en su torre de Tubinga recibió
las visitas de admiradores, y los recibió hablando una mezcla de clásico griego
y este alemán suyo, marcado por el estilo sublime patético. Hölderlin, profeta
y seductor de la generación que perdería
orientación y recursos para una vida normal. Pronto la encontramos en las
trincheras de dos guerras mundiales.
¿Y qué hay de eso, hoy?
Pues, nada, digo yo. Ahora ya no se busca el ideal sino el bienestar;
no se es viajero sino turista; no se canta a los gansos volantes sino se va a
la discoteca; no se viste de harapos y loden, se está a la moda; no se
comparten aventuras ajenas, se practica un sano egoismo.
Todo normal, sin novedad.
¿Y se disfruta la paz?
friedrichmanfredpeter marzo de
2013 y 2016
[1] Variante en el BND católico: ¿Qué ha sido de nosotros?
[2] Entre ellos se encontraron prupos judíos, representando el zionismo naciente. Este espíritu de la juventud rebelde que dio el comienzo a la constante migración de idealistas judíos hacia Palestina. ¿Existe un „Wandervogel“ judío?-- Sí, los había y eso documenta una vez más la cercanía entre culturas como la alemana y la israeli.
[3] Friedrich Hölderlin, Hyperion. Carta de Hyperion a Belarmin. Traducción – fmp.
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