martes, 29 de marzo de 2016

El reto

¨Este es en realidad el gran reto de la izquierda en Colombia: modernizarse ideológicamente para responder a las expectativas reales de la población y abandonar razones que, aunque efectivas para emocionar a los seguidores más fieles, la historia ya mandó recoger. No será fácil. Las nuevas generaciones de la izquierda tendrán que enfrentarse a los viejos dinosaurios de siempre y, ahora, a los tiranosaurios de las FARC en la realidad.¨ -- Gustavo Duncan --[1]










¿Qué es Socialismo?...pregunta el filósofo Leszek Kolakowski en octubre de 1956  y con ello da comienzo al lento proceso de decaida del régimen comunista en su país natal, Polonia. Sus “Tesis de Octubre” mantienen actualidad aún hoy. Reproduzco algunos apartes para  darlo a conocer a los lectores en español que no hayan tenido oportunidad de leerlo en su momento o que lo hayan olvidado.[2]
Les diremos lo que es el socialismo. Para ello tenemos que decirles primero lo que no es socialismo. Antes teníamos una opinión diferente a la de  hoy, y por eso:

Socialismo NO es…
-Una sociedad en la que quien no ha cometido ningún delito está sentado en su casa esperando que llegue la policía.
-Una sociedad  en la que es infeliz quien dice su opinión, mientras otro es feliz porque no la dice.
-Una sociedad en la que sufre quien es judío y otro se alegra porque no lo es.
-Una sociedad en la que habitan diez personas en una sola habitación.
-Un estado que te condena sin debido proceso.
-Un estado que  te prohibe viajar al extranjero.
-Un estado que tiene más espías que enfermeras y en el que hay más gente en las cárceles que en los hospitales.
-Un estado que  te obliga a mentir.
-Un estado que  te obliga a robar.
-Un estado en el que el gobierno determina los derechos de los ciudadanos, pero los ciudadanos no definen los derechos del gobierno.
-Un estado que te hace responsable de tus antepasados.
-Un estado en el que nada es más importante que el poder del gobierno.
-Un estado que desea definir la opinión política de toda la humanidad.
-Un estado que no distingue entre revolución social y agresión militar.
-Un estado que conoce la opinión pública antes de preguntar por ella.
-Un estado  en el que los filósofos y escritores dicen lo mismo que los generales y los ministros… pero siempre después de ellos.
-Un estadoen el que los resultados electorales se saben de antemano.
-Un estado en el que los historiadores sirven a los políticos.
-Un estado a quien no le importa el odio que la gente le tiene porque más vale que le teman.
-Un estado en el que el ciudadano tiene que decir diariamente lo contrario de ayer  y convencerse a sí mismo de que no ha caído en contradicción.
-Un estado en el que muchos ignorantes son declarados sabios.

Esto era la primera parte. Y ahora – escuche ud. bien – vamos a explicar lo que el socialismo realmente es :
¡El socialismo es una cosa buena!

Nota: El texto es una sátira amarga de la realidad vivida por millones de personas  tanto en Polonia como en los otros estados del bloque comunista establecido bajo el dominio soviético. Kolakowski con elegancia literaria denuncia un régimen autoritario que “pretende” seguir la ruta hacia el socialismo.  Después de soportar durante muchos años la voz opositora de Kolakovski, este profesor autor de las tesis críticas fue expulsado del Partido y despedido de la universidad de Varsovia en 1968. Fue candidato para suceder a Theodor Adorno en la dirección de la “Escuela de Frankfurt” en 1969. Era el mejor calificado para ello. Sin embargo, su candidatura se consideraba “inoportuna” y sus ideas “intolerables” por ser “antisocialistas”. Había empezado esa enloquecida carrera ideológica hacia un socialismo redentor del mundo sufrido por el capitalismo reinante. En esa época las fallas del “camarada” comunismo del Este se consideraban perdonables. Kolakovski, quien por cierto conocía mejor el alemán que sus opositores alemanes, terminó luchando con el inglés de Inglaterra como Adorno lo había hecho en América. En 1977 le fue otorgado el Premio de la paz de los libreros alemanes. Justicia para un gran hombre, más vale tarde que nunca.  
El lector de estas tesis preguntará:¿Qué debe aprender la izquierda colombiana de la experiencia de los europeos?
Muchos responderán: - Aquí en Colombia todo es diferente, los mecanismos de explotación tienen larga tradición, nunca fueron cuestionados ni seriamente puestos en duda. No hay tradición de una izquierda autóctona,  revolucionaria y democrática. Quienes  interrogaron críticamente el poderío reinante de turno tuvieron temor y temen por sus vidas permanentemente. La alternativa frente a una injusta realidad social vivida por millones  ha sido el paso por las armas, y la violencia ha dictado el ritmo de la política a seguir.
 ¿Se podrá acabar con esa tendencia?
"Adios a las armas" es el suspiro anhelante de la casi totalidad de la sociedad actual. 
Sin embargo, las advertencias de Kolakovski enfáticamente podrían ser atendidas por la izquierda en Colombia y en Latinoamérica en general. La aventura política que se estableció desde Cuba hasta el Cono Sur, no admite ser muy optimista al respecto.
¿Será viable la reclamada actualización del proyecto socialista en el continente americano? Mi experiencia es que la autocrítica no es considerada una virtud, generalmente suele ser apartada cuando el entusiasmo invade el escenario y el culto a personajes emblemáticos reemplaza los programas; la opinión pública busca a un redentor. La mayoría popular jamás aprendió marcar distancia entre emociones y credos amados, no los filtra a través de la razón que les ayudaría a mantenerse escépticos ante cualquier ideología. La mente invadida por la fe ideológica  no es apta para construir un proyecto pragmático. "No será fácil romper con esa tradición"  dice Duncan. ¿O será imposible?

Tal vez ya existía esa actitud cuando nacieron estas nuevas naciones: Bolívar y otros libertadores eran creyentes soñadores, actores antipragmáticos.
El ejemplo de Bolívar documenta lo esencial: la importación de ideas, principios, tendencias desde el exterior. Bolívar actuó bajo la sombra de Napoleón y los socialistas americanos vivieron su fundamento ideológico siguiendo las huellas de revoluciones pasadas en Europa y en Rusia; POCO miraron hacia adentro, fueron oriéntados por autoridades y catecismos foráneos. No fue una clase obrera activa la que inspiró el ideario socialista; ha sido en las universidades donde  se produjeron los focos de incendios ideológicos; desde la universidad se propagó lo que había que creer y cumplir. Y así lo repitieron y propagaron en las permanentes trincheras de las luchas campesinas. Y eso significa programar la actividad política desde la teoría hacia la vida práctica y no al revés como enseñó la doctrina marxista. Nacieron bandera y discursos de un socialismo latino muy alejados de la vida práctica.
La  realidad fue reducida a una síntesis de clichés y metáforas ("las Venas Sangrantes", etc. ). ¿Cuándo la izquierda latina se ha interesado por el campesino, por su actividad, su labor y su vida? Era considerado  "materia prima" de la revolución - un ser  en el fondo desconocido. ¿No es hora de revisar eso?
Además, el socialismo latino cuenta con una mentalidad que define las relaciones sociales y estas siguen marcadas por el predominio de familias y clanes, herencia de la experiencia colonial. Un socialismo latino nunca se liberará del peso real que tienen hermanos, primos y tíos, amigos, vecinos, compinches …¡la tribu!
No tiene importancia lo que se conozca y se pueda hacer; si no que importa más quien apoya…quien recomienda y quien allana el camino. Esa ley vigente regula la vida social en todos los ambientes latinos. Ante los abundantes hechos de corrupción y enchufismo, la opinión pública mantiene una actitud ambígua: se aprovecha de ello en el campo personal y lo condena en público.
El perdiodista Duncan denuncia temores e inflexibilidad en la opinión pública, pero no reclama  la necesidad de una revolución en las mentes y  hábitos  generales que traban todo proyecto socialista y amenazan con deformarlo en caricatura, en "ópera cómica". Una mirada al noticiero basta para verificar todo esto.
El escritor Stefan Zweig, inmigrante en el Brasil, resumía esa impresión así:
"El Brasil es la gran esperanza para el futuro y siempre lo será."
La actual crisis del Brasil ilustra esa frase.
¿Qué hará la izquierda colombiana para liberarse de esa sombra?

friedrichmanfredpeter  marzo de 2016 

[1] Gustavo Duncan: Retos de la Izquierda, Razones y protestas, El Tiempo, 24 de marzo de 2016
[2] Leszek Kolakowski, Was ist Sozialismus? Oktoberthesen.  Karl Dedecius, Meine polnische Bibliothek, Insel Verlag Berlin und Leipzig 2011, p. 339.

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