miércoles, 7 de febrero de 2018

Revoluciones -- Verdura y Fruta

REVOLUCIONES
Verdura, fruta y sueños-

“Durante el Siglo  XIX:
los alemanes pintaron su sueño y siempre resultaban verdura y fruta.
Los franceses, pintando verdura y fruta enseguida les resultaba un sueño.”
                                                                                                    Theodor Adorno
  
(“Im neunzehnten Jahrhundert haben die Deutschen ihren Traum gemalt, und es ist allemal Gemüse daraus geworden. Die Franzosen brauchten nur Gemüse zu malen, und es war schon ein Traum.”)

El siglo XIX fue el siglo de las revoluciones en Francia y en Alemania, eso lo manifiesta ese aforismo de Theodor Adorno publicado por Suhrkamp, eminente editor alemán en el año 1951.




Alemanes y Franceses son casi los mismos: Igual composición etnológica: galos, romanos y germanos han hecho su fusión histórica, con la adicional eslava y nórdica en el norte/este alemán. “Francos” fueron ambos al principio; ‘Carlomagno’ los creó a ambos. Sin embargo mental y emocionalmente han caminado sobre distintos caminos. Francia se concentró sobre un trono, un altar y luego sobre una bandera tricolor; Alemania se diseminó sobre un territorio abierto impreciso, indeterminado: “Sacro Imperio” sin santidad, multipolar sin centro, pluriregional sin nación. Así, hasta que el “gallo francés” cantó y el “aguilucho alemán” comenzara a volar bien alto naturalmente, “soñando”.

Este ‘gallo francés’ tomó la tierra lentamente, poco a poco; mientras el ‘aguilucho’alemán se atrincheró en discursos filosófico – teológicos.
Así marcó el poeta Heinrich Heine la diferencia:
“Franzosen gehört das Land, das Meer gehört den Briten,/Wir aber besitzen im Luftreich des Traums die Herrschaft unbestritten.”
             “Los franceses poseen la tierra y el mar es de los británicos,
               Nosotros sólo poseemos el imperio aireado de los sueños.”

¿Qué germinó de esa notoria diferencia de caminos asumida por cada una de las dos naciones?
“Gemüse” – fruta y verdura – responde Adorno con sarcasmo irónico. El ‘arado de la Revolución’ rompió la tierra en ambos  países. Ambos obtuvieron lo que buscaban: alimento, bienestar, progreso, avance técnico – industrial. Pero los del aguilucho extendieron sus ambiciones a más allá de la esfera material. El aguilucho volaba bien alto y casi se perdía en el éter de las ilusiones. El ‘gallo’ sin embargo nunca perdió el contacto con la real tierra. Igual al agricultor romano ‘cultivaba’ trigo e ideas, ideas para bien de todos, incluso para el aguilucho perdido en sus alturas.

Ahora no me referiré a las peleas que tuvieron estas dos ´aves’, sino de la necesidad que tiene uno del otro para ser finalmente lo que son:
  La Europa de ‘verduras y frutas’ naturalmente. Esa es la Europa soñada por mí.

friedrichmanfredpeter  febrero  2018
   Edición   anavictoria




No hay comentarios:

Publicar un comentario