domingo, 25 de febrero de 2018

'L'HOMME RÉVOLTÉ'

‘L’Homme Révolté’
¡Vámonos a ITHAKA!

I Lo que el viento se llevó:
  Nuestra relación y conocimiento acerca de  lo más cercano a nosotros desde siempre ha sido torpe e imperfecto. Es que el camino hacia lo más allegado será en cualquier época lo más complicado y difícil  de entender para ser humano.” (Martin Heidegger, ca. 1950)

      

 “Igual a la flecha que jamás podrá volver al arco que la disparó, así la fuerza juvenil jamás regresará en la vida. Los que tuvieron su oportunidad en el curso de la historia y la perdieron, nunca tendrán otra segunda opción. Regresar en el curso de la historia es imposible.” 
  (Carl Schmitt, ca 1950)

Comentario:

En el año 1950 dos personajes de la vida cultural alemana manifiestan lo que deberían haber pensado veinte años antes… es decir, antes de caer en la trampa de las promesas rebeldes en sintonía con ese ‘espíritu del tiempo’. El pronóstico de su tiempo era la creación de una ficción de poder, bienestar y felicidad. La totalidad de la vida sería renovada, el hombre renacería bajo el signo de un ‘superhombre’, redimido finalmente bajo el pronóstico de una utopía milenaria,  el ‘Tercer Reich’ de los mil años, felices ‘arios’ dominarían un mundo esclavizado.
El filósofo Heidegger y el conservador católico  Schmitt  -ambos ilustres pensadores de incuestionable currículum académico- cayeron en esa trampa ideológica; cada uno de ellos con probables reservas personales, finalmente resultaron portadores del estandarte de la Revolución de élites bárbaras sobre la obediente multitud alemana y ante el resto del mundo. Ambos ambiciosos, fascinados por la cercanía al poder, disfrutando con su participación. Elevados a rangos altos públicos y académicos, mientras que la revolución  alabada por ellos, acabó en crimen, sangre y ruinas.
Habían colaborado con una tiranía totalitaria ellos quienes ahora se manifestaban con resignación y ante el reto de tener que rebuscar entre ruinas lo que tal vez pudiera servir para la vida nueva. Heidegger y Carl Schmitt, envueltos ambos en los restos de banderines nazis, declararon ‘tabula rasa’ la situación dejada atrás por los dioses caídos, su hundimiento, un ocaso auténtico que no dejaba campo para ninguna forma de continuación.  Carl Schmitt declararía: “Una oportunidad que tuvimos los alemanes, una sola vez, la malgastamos y no habrá ninguna otra”. La colaboración suya con el nazismo parecía no estar prescrita en el ideario cristiano/católico que profesaba. Sin embargo, como otros más, cayó en la trampa del idealismo; cualquier ideario esotérico le resultaba idóneo para superar el mundo materializado bajo la ley capitalista.
 De sus años juveniles, de los cantes alrededor de una fogata, vivieron avivando esa llama  que ilumina y renueva alma y mente. Grave defecto de ambos: la ausencia de razón crítica, espíritu rebelde sin revolución. Esotéricos, creyentes, fácil botín del nazismo imperialista. Finalmente llegó el año 1945 ¿Ahora qué? Cualquier intento de continuación para Heidegger resultaba imposible. En la cita que traduje, consignada al inicio del presente texto Heidegger reclama lo que durante toda su vida de docente y filósofo pareció ignorar: La vigencia de la realidad material misma, alejar la mirada del hemisferio lejano de ideas o utopías y concentrarse en el mundo real, tal como es. También se trata de una declaración similar a una confesión, el ‘mea culpa’ de su mente perdida en la excentricidad y cuya caducidad era manifiesta.

II Lo que nuevos vientos traen
En el año 1951 un personaje inolvidable levanta su voz, filosófica, literaria y poética a la vez:

 “Sí, estamos decididos a permanecer en ITHAKA, sobre el terreno fiel de la reflexión clara y valiente, de la generosidad humana sapiente. El Mundo será nuestro primero y gran amor bajo la luz. Bajo este mismo cielo  nuestros  hermanos buscan y consiguen aliento. La justicia aún tiene vida. Extraña alegría despierta entonces, la que nos ayuda a vivir y a morir. No podemos dejarla para más tarde porque es nuestro alimento sobre el terreno doloroso, es el fuerte viento desde el mar y es nuestra aurora desde siempre.  (…)Ninguna ‘parusía’ ni divina, ni revolucionaria ha cumplido su promesa; todo sufrimiento sigue siendo injusto, incluso el que más méritos tenga para los humanos.
La Revolución, la que se ejecuta sin honor, la Revolución del simple cálculo del poder, la Revolución la que prefiere al hombre ‘abstracto’ en lugar de ‘carne y hueso’, reniega del hombre, reemplaza el amor por el resentimiento. De la misma manera la ‘revuelta’ que se aleja de sus orígenes generosos y se deja contaminar por el resentimiento comienza a negar la vida, se dedica a destruir, se deja seguir por el enjambre de pequeños rebeldes, conjunto de esclavos que prestan sus servicios sobre los mercados  europeos para seguir a cualquiera. Esa no es revuelta ni revolución, sino manifestación de rencor y de tiranía. Ahora, cuando la ‘Revolución’ bajo un nombre falso de poder y de historia, adquiere esa mecánica mortal y desmesurada, una renovada ‘Revuelta’ se está haciendo imprescindible, será sagrada porque actuará en el nombre de la justa medida y de la vida. Nosotros pertenecemos a este extremismo. En el fondo de las tinieblas, se hará inevitable que surja esa luz, la seremos nosotros y nuestra lucha solamente será que la revuelta exista. Por encima del nihilismo, entre ruinas, preparemos un Renacimiento. Sin embargo, poca gente sabe de eso.”
 Albert Camus, L’HOMME RÉVOLTÉ-- 1951 

Comentario
Camus manifiesta:
“Por encima del nihilismo, entre ruinas, preparemos un Renacimiento, ‘La Révolte’.”  Esa ‘Revuelta’ no debe ser confundida con aquella que ejecutaron los esclavos; estos intentaron sus  ‘Revoluciones’ – la Nazi y la Soviética - y fracasaron. Fueron los esclavos quienes predicaron y practicaron las revoluciones pasadas, esas cargadas de rencor y de resentimiento; estas Revoluciones acabaron en tiranías. La verdadera, la auténtica Revolución, nunca se hizo, está pendiente su ejecución y se ha de llamar ‘LA RÉVOLTE’. Y quien la hace, será  ‘L’HOMME RÉVOLTÉ’. Si queremos buscar una etiqueta para el ‘espíritu del tiempo’ de estos años de posguerra entre 1945 y 1955 aquí la tenemos. Esta que en en el centro sostiene la verdadera imagen del hombre; ninguna abstracción teórico – ideológica, la falacia rellena de manifiestos totalitarios, ningún otro camino con el sufijo de ‘Ismo’…no más.
Camus, en prosa brillante concibe el manifiesto que ha dado nueva vida a la Europa  que logró sobrevivir y entre ruinas tanto materiales como ideológicas cuando se encontraba en tierra desértica bajo una noche oscura prolongada.
Camus redacta su anti – utopía, la llama ITHAKA, tierra de ensueño de Ulises perdido peregrino, naúfrago en el mar revuelto. Esa metáfora ilustra el Mundo iluminado con la luz de razón; al mismo tiempo es el gran amor del hombre que busca autenticidad y verdad. Es la isla que nos llama a todos a vivir y a actuar. El derecho y la justicia no se perdieron, ninguna eternidad nos espera. Aquí y ahora, en ITHAKA tenemos la vida. Concretizar los deseos y sueños, hacerlos realidad y renegar de las falsas promesas y de ídolos aplastantes. El ´Hoy’ y el ‘Ahora´ son las únicas revelaciones que cuentan. Hay un fuerte viento del mar, no será fácil alejarse del mundo de los esclavos que siempre se opondrán a toda travesía arriesgada; esos que buscan seguridad, promesa, confianza, parusía, mesianismo, eternidad.
L’Homme Révolté’ reniega a todo eso; en ITHAKA la vida se basta a si sola, es vivir y es morir, con soberbia dignidad autónoma; este Hombre ya no se transformará en esclavo. Ha tenido algo positivo el colapso universal: el Ocaso de los Dioses y las Máscaras rotas de los Profetas. Ha nacido el Hombre de nuevo; nació una nueva opción. ¿Cuánto tiempo durará? Nos preguntamos los que asistimos a los cambios fundamentales del muevo milenio.
¡Vámonos a ITHAKA!  ¿Quién me acompaña?

Friedrichmanfredpeter  febrero  2016
Edición  anavictoria





No hay comentarios:

Publicar un comentario