‘L’Homme Révolté’
¡Vámonos a ITHAKA!
I Lo que el viento se llevó:
1º “Nuestra
relación y conocimiento acerca de lo más
cercano a nosotros desde siempre ha sido torpe e imperfecto. Es que el camino
hacia lo más allegado será en cualquier época lo más complicado y difícil de entender para ser humano.” (Martin
Heidegger, ca. 1950)
2º “Igual a la flecha que jamás podrá volver al
arco que la disparó, así la fuerza juvenil jamás regresará en la vida. Los que tuvieron
su oportunidad en el curso de la historia y la perdieron, nunca tendrán otra
segunda opción. Regresar en el curso de la historia es imposible.”
(Carl Schmitt, ca 1950)
Comentario:
En el año 1950 dos personajes de la vida cultural alemana
manifiestan lo que deberían haber pensado veinte años antes… es decir, antes de
caer en la trampa de las promesas rebeldes en sintonía con ese ‘espíritu del
tiempo’. El pronóstico de su tiempo era la creación de una ficción de poder,
bienestar y felicidad. La totalidad de la vida sería renovada, el hombre
renacería bajo el signo de un ‘superhombre’, redimido finalmente bajo el
pronóstico de una utopía milenaria, el
‘Tercer Reich’ de los mil años, felices ‘arios’ dominarían un mundo
esclavizado.
El filósofo Heidegger y el conservador católico Schmitt -ambos ilustres pensadores de incuestionable
currículum académico- cayeron en esa trampa ideológica; cada uno de ellos con
probables reservas personales, finalmente resultaron portadores del estandarte
de la Revolución de élites bárbaras sobre la obediente multitud alemana y ante
el resto del mundo. Ambos ambiciosos, fascinados por la cercanía al poder,
disfrutando con su participación. Elevados a rangos altos públicos y
académicos, mientras que la revolución alabada por ellos, acabó en crimen, sangre y
ruinas.
Habían colaborado con una tiranía totalitaria
ellos quienes ahora se manifestaban con resignación y ante el reto de tener que
rebuscar entre ruinas lo que tal vez pudiera servir para la vida nueva.
Heidegger y Carl Schmitt, envueltos ambos en los restos de banderines nazis,
declararon ‘tabula rasa’ la situación dejada atrás por los dioses caídos, su
hundimiento, un ocaso auténtico que no dejaba campo para ninguna forma de
continuación. Carl Schmitt declararía: “Una oportunidad que tuvimos los alemanes,
una sola vez, la malgastamos y no habrá ninguna otra”. La colaboración suya
con el nazismo parecía no estar prescrita en el ideario cristiano/católico que profesaba.
Sin embargo, como otros más, cayó en la trampa del idealismo; cualquier ideario
esotérico le resultaba idóneo para superar el mundo materializado bajo la ley
capitalista.De sus años juveniles, de los cantes alrededor de una fogata, vivieron avivando esa llama que ilumina y renueva alma y mente. Grave defecto de ambos: la ausencia de razón crítica, espíritu rebelde sin revolución. Esotéricos, creyentes, fácil botín del nazismo imperialista. Finalmente llegó el año 1945 ¿Ahora qué? Cualquier intento de continuación para Heidegger resultaba imposible. En la cita que traduje, consignada al inicio del presente texto Heidegger reclama lo que durante toda su vida de docente y filósofo pareció ignorar: La vigencia de la realidad material misma, alejar la mirada del hemisferio lejano de ideas o utopías y concentrarse en el mundo real, tal como es. También se trata de una declaración similar a una confesión, el ‘mea culpa’ de su mente perdida en la excentricidad y cuya caducidad era manifiesta.
II Lo que nuevos vientos traen
En el año 1951 un personaje inolvidable levanta su voz, filosófica, literaria y poética a la vez:
“Sí, estamos decididos a
permanecer en ITHAKA, sobre el terreno fiel de la reflexión clara y valiente,
de la generosidad humana sapiente. El Mundo será nuestro primero y gran amor
bajo la luz. Bajo este mismo cielo
nuestros hermanos buscan y
consiguen aliento. La justicia aún tiene vida. Extraña alegría despierta
entonces, la que nos ayuda a vivir y a morir. No podemos dejarla para más tarde
porque es nuestro alimento sobre el terreno doloroso, es el fuerte viento desde
el mar y es nuestra aurora desde siempre.
(…)Ninguna ‘parusía’ ni divina, ni revolucionaria ha cumplido su
promesa; todo sufrimiento sigue siendo injusto, incluso el que más méritos
tenga para los humanos.
La
Revolución, la que se ejecuta sin honor, la Revolución del simple cálculo del
poder, la Revolución la que prefiere al hombre ‘abstracto’ en lugar de ‘carne y
hueso’, reniega del hombre, reemplaza el amor por el resentimiento. De la misma manera la ‘revuelta’ que se
aleja de sus orígenes generosos y se deja contaminar por el resentimiento
comienza a negar la vida, se dedica a destruir, se deja seguir por el enjambre
de pequeños rebeldes, conjunto de esclavos que prestan sus servicios sobre los
mercados europeos para seguir a
cualquiera. Esa no es revuelta ni revolución, sino manifestación de rencor y de
tiranía. Ahora, cuando la ‘Revolución’ bajo un nombre falso de poder y
de historia, adquiere esa mecánica mortal y desmesurada, una renovada ‘Revuelta’
se está haciendo imprescindible, será sagrada porque actuará en el nombre de la
justa medida y de la vida. Nosotros pertenecemos a este extremismo. En el fondo
de las tinieblas, se hará inevitable que surja esa luz, la seremos nosotros y
nuestra lucha solamente será que la revuelta exista. Por encima del nihilismo,
entre ruinas, preparemos un Renacimiento. Sin embargo, poca gente sabe de eso.”
Albert Camus, L’HOMME RÉVOLTÉ-- 1951
Comentario
Camus manifiesta:
“Por encima del
nihilismo, entre ruinas, preparemos un Renacimiento, ‘La Révolte’.” Esa ‘Revuelta’
no debe ser confundida con aquella que ejecutaron los esclavos; estos
intentaron sus ‘Revoluciones’ – la Nazi
y la Soviética - y fracasaron. Fueron los esclavos quienes predicaron y
practicaron las revoluciones pasadas, esas cargadas de rencor y de
resentimiento; estas Revoluciones acabaron en tiranías. La verdadera, la
auténtica Revolución, nunca se hizo, está pendiente su ejecución y se ha de
llamar ‘LA RÉVOLTE’. Y quien la
hace, será ‘L’HOMME RÉVOLTÉ’. Si queremos buscar una etiqueta para el ‘espíritu
del tiempo’ de estos años de posguerra entre 1945 y 1955 aquí la tenemos. Esta
que en en el centro sostiene la verdadera imagen del hombre; ninguna abstracción
teórico – ideológica, la falacia rellena de manifiestos totalitarios, ningún
otro camino con el sufijo de ‘Ismo’…no más.
Camus,
en prosa brillante concibe el manifiesto que ha dado nueva vida a la Europa que logró sobrevivir y entre ruinas tanto materiales
como ideológicas cuando se encontraba en tierra desértica bajo una noche oscura
prolongada.
Camus redacta su anti – utopía, la llama ITHAKA,
tierra de ensueño de Ulises perdido peregrino, naúfrago en el mar revuelto. Esa
metáfora ilustra el Mundo iluminado con la luz de razón; al mismo tiempo es el
gran amor del hombre que busca autenticidad y verdad. Es la isla que nos llama
a todos a vivir y a actuar. El derecho y la justicia no se perdieron, ninguna
eternidad nos espera. Aquí y ahora, en ITHAKA
tenemos la vida. Concretizar los deseos y sueños, hacerlos realidad y renegar
de las falsas promesas y de ídolos aplastantes. El ´Hoy’ y el ‘Ahora´ son las
únicas revelaciones que cuentan. Hay un fuerte viento del mar, no será fácil
alejarse del mundo de los esclavos que siempre se opondrán a toda travesía
arriesgada; esos que buscan seguridad, promesa, confianza, parusía, mesianismo,
eternidad.‘L’Homme Révolté’ reniega a todo eso; en ITHAKA la vida se basta a si sola, es vivir y es morir, con soberbia dignidad autónoma; este Hombre ya no se transformará en esclavo. Ha tenido algo positivo el colapso universal: el Ocaso de los Dioses y las Máscaras rotas de los Profetas. Ha nacido el Hombre de nuevo; nació una nueva opción. ¿Cuánto tiempo durará? Nos preguntamos los que asistimos a los cambios fundamentales del muevo milenio.
¡Vámonos a ITHAKA! ¿Quién me acompaña?
Friedrichmanfredpeter febrero 2016
Edición anavictoria
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