¿Alemania
amenazada?
“¡Menos Religión
y más aliento de Libertad!”
Escribe Düzen Tekkal en Die Zeit – digital – 6 de febrero 2 018,
periodista alemana de origen turco/curdo con religión Jessida; estudios en
Ciencias Políticas y activista en el apoyo de la integración, socorro a
huérfanos, victimas Jessidas en el Irak :
“Yo les llamo gemelos malignos, son el Islamismo
y el Radicalismo de Derechas en Alemania. Ellos amenazan a todos los que no sean
de su opinión. Amenazan a políticos, a periodistas; amenazan a judíos. Amenazan
a No – Muslims porque no son Muslims y amenazan a Muslims porque lo son.
Amenazan a hijas de migrantes como a mí – porque creen saber que somos
“infieles” o porque no somos lo suficientemente “alemanes”. Lamentar eso no
sirve para nada. Tampoco sirve esconderse. Mucha gente en este país ya no se
atreve a manifestar su opinión. Hay quienes exponen sus vidas por insistir
sobre el derecho del libre pensamiento.
Ha llegado la hora de defender la libertad. Tal
también nos corresponde a nosotras, las nuevas generaciones de alemanas; lo
tenemos que hacer y no retirarnos ocultos dentro de nuestra cultura de origen.
Tenemos que dar aprecio a los motivos que tuvieron nuestros padres para migrar
a Alemania; por iguales motivos vienen hoy tantos refugiados: no solamente por
el bienestar sino para vivir libremente.”
Comentario:
Alabada
sea esa cultura alemana que hizo posible que hoy por hoy haya “nuevas alemanas”
como Düzen Tekkal, por ejemplo. Ella es una de tantas y tantos más, que han
comenzado a ocupar un sitio señalado en la sociedad, ya sea en los medios, en
la política, en la economía, en el sistema de educación, en las universidades.
No son un sustrato social con problemas, son –por el contrario- la nueva riqueza del país. La periodista
Tekkal se considera alemana y punto, sin comas; no es cristiana ni musulmana.
Su origen Jessida /Curdo es parte de esa identidad suya que comparte con un
número indefinido más.
¿Por
qué?... se pregunta ella, y ¿por qué? …digo también yo, tenemos que poner al comienzo de todo
diálogo social, político o personal, el tema de la religión. ¿Qué aporta eso
para lograr un consenso sensato para la convivencia en libertad democrática?;
¿no es suficiente que cada cual vaya a su oficio religioso cuando le plazca?;
¿no basta que para eso no necesita permiso ni está obligado por ninguna
autoridad superior?
Entre
los derechos fundamentales, las constituciones democráticas nombran la libertad
de cultos religiosos, sean cuales fuesen. Bien se entiende que estos tienen implicaciones
sociales de acuerdo con las tradiciones o con reglas que los grupos sociales se
auto-impongan libremente. Pero el hecho fundamental es este: La libertad de
pensar, hablar y actuar no será definida por la adhesión a cualquier confesión
religiosa sino en aras al respeto mutuo y a la tolerancia. Estos son los
principios que la tradición ilustrada desde su origen siglos atrás en la
filosofía ha elaborado y de esta somos todos hijos, herederos,
independientemente de lo que creemos oportuno guardar como principio personal
nuestro, íntimamente ligados a nuestro ser y querer. La fe no es política.
Debo
recordar que las peleas por la religión han marcado profundamente la historia
de Europa, tal vez del mundo occidental en su totalidad. Una innovación de eso,
un reciclaje anacrónico, que ahora se aproxime y se manifieste en aislamiento y
confrontación sería fatal porque sería una recaída al abismo histórico. Cierto
es que el reciclaje no ha sido creado entre europeos, fue importado, nos cayó
encima, y temo que ya no se irá más.
Pero,
es importante crear una respuesta idónea, y esa no consiste en manifestar un frente de defensa cristiana contra
intrusos islamistas o laicos liberales o libertinos. Entre otras, los cristianos
nunca formaron un frente común sino que entre ellos solían liberarse batallas
mortíferas y hasta hoy tampoco se ha logrado un consenso fundamental sobre qué
significa ser cristiano en una sociedad
y política abiertas. Amén, de que la libertad en muchos sermones ha sido
difamada como ‘libertinaje’, como impostura moderna.
‘La Libertad’
es definida en la constitución, no necesita más agregados externos. Cada
persona es libre de definir libertad más allá de este contexto social, pero
jamás podrá convertir su decisión personal como una imposición alternativa. La
libertad que Tekkal llama a defender no es cristiana ni musulmana ni jessida,
no lleva etiqueta religiosa. Es elemental, tal como la canta en la melodía popular
( siglo 18 ):
“Freiheit, die ich meine / Die mein Herz
erfüllt /
Komm mit deinem Scheine / Süßes Engelbild /”
“ Libertad
a la que yo aspiro / llena mi corazón /
acerca tu luz a mi / dulce imagen celestial/”
Es la
imagen idealizada de un ser humano
libre de pensar sin permiso de una autoridad externa. La democracia alemana
intenta acercarse a este ideal. Claro que necesita defensores, bien lo reclama
Düzen Tekkal.
friedrichmanfredpeter
febrero 2018
Edición anavictoria
No hay comentarios:
Publicar un comentario