miércoles, 6 de diciembre de 2017

Gewebe (Tejidos)

Gewebe (Tejidos)
Weben wir?
Wir weben


       “Es gibt keine Götter in den Straßen der gemäßigten Zone, an ihrer Stelle gibt es Revolutionen. Wenn die Hitze das Maß des Erträglichen übersteigt, brechen Revolutionen aus, überraschend wie Gewitter, vorhersehbar oder unvorhersehbar, und die Temperaturen fallen auf den normalen Stand zurück. Es gibt Revolutionen und Erinnerungen an Revolutionen, daraus sich Revolutionen entfalten. Es läuft eine Taktstraße der Revolte durch die Zone der Zivilisation, von Zeit zu Zeit wird Blut in die Gewebe gesponnen. Und die Maschen werden entknüpft, die Ränder entsäumt, die Labyrinthe werden zerrissen. Neue Maße werden zur Geltung gebracht, ehe der Höllengesang der Spulen wieder beginnt. Und wieder beginnen die Sommer im heißen Krach der Webstühle zu brüten … in Augenhöhe, während ich den Anfang eines anderen Gedankens denke, einer optischen Täuschung gleich, die gehetzten Ellipsen eines schwarzen Weberschiffchens …”
Wolfgang  Hilbig
 

“En las calles de las zonas templadas de la tierra no hay dioses; en lugar de estos hay revoluciones. Cuando el calor comienza a superar la medida de lo soportable, entonces brotan las revoluciones tan espontáneas como las tormentas y después las temperaturas vuelven a  medidas normales. A  veces son previsibles, a veces no lo son.
 Hay revoluciones y también hay memoria de otras revoluciones y de esa memoria brotan nuevas revoluciones. Existen trayectos de calles rítmicas que atraviesan la zona de las civilizaciones. De tiempo en tiempo es tejida sangre en el tapiz de los tiempos y se deshecha lo que antes se hizo: se eliminan los bordes viejos y se deshacen todos los laberintos viejos. Se instalan nuevas medidas y se reinicia el sonido infernal de las máquinas de tejer. Y otra vez el sol caliente de verano invade el ruido espantoso que brota de los telares… yo, contemplándolo justo frente a mí y tratando de hacerme a una idea de lo que pasa, solamente percibo una ilusión óptica cuando veo girar el barco negro tejedor

La lectora o el lector de ese BLOG tal vez recordará a este autor alemán; he traducido y comentado varios textos de él:  Aqua alba, Adios Hermano Stalin, Das Provisorium, Experimento sobre Gatos. Lo presento otra vez: Wolfgang Hilbig



 




Nació en Meuselwitz (Sajonia) en 1941 y murió el 2 de Junio de 2007 en Berlín. Su abuelo  era minero polaco, su padre cayó en Stalingrado. El pueblo de Meuselwitz  se halla “entre montañas de lodo sacado de las minas, árboles muertos y viento“.  
“El gran talento de este escritor…”(según documentos de la Stasi[i]) le sirvió para ser perseguido hasta después de su huida a Alemania Occidental. Fue detenido varias veces, entre otros delitos, acusado de haber colaborado en la quema de la insignia nacional de la RDA. Buscó refugio “entre los  enemigos de su clase” porque Hilbig era un proletario auténtico. No tenía estudio alguno y trabajaba como fogonero para alimentar las chimeneas humeantes de la región, con una característica propia: “Aquí son siempre las cinco de la tarde.”
Su pesado dialecto sajón y sus numerosos premios literarios no se contradicen porque hablaba lo menos posible y escribía prácticamente siempre que estuviera despierto, en todos los lugares y con cualquier medio, un lápiz, un pedazo de papel, una servilleta, un paño de cocina, etc. Sus “mujeres” le han dado un adiós emocionante, sobre todo Natascha Wodin que escribió su biografía.
Aseguro que Hilbig es un romántico alemán; ¡no entiendan mal eso!
 Para comprenderlo, hay que situarlo dentro de la línea de “die Romantik”(que no es exactamente “romanticismo”). Tal significa que Hilbig hace con su mirada una especie de radiografía o ecografía: nada es lo que parece o pretende ser, todo es lo que el ojo es capaz de revelar; nada de consolación o suave engaño, se trata de la introducción de un bisturí que, para sanar, corta y hiere, tal como lo declaró Hipócrates.


 
Tejedores en 1830, antes de la era industrial

¿Qué revela el presente texto de Walter Hilbig?
Lleva el título “Gewebe” - tejido.
“Wir weben, wir weben” era el clamor desesperado de los tejedores de Silesia en su revuelta del año 1845[ii]. La lectura provechosa de Heinrich Heine, autor del famoso poema “Die schlesischen Weber” se asoma entre las líneas del poeta Hilbig.
 Maldiciendo a la mala patria al rey y a Dios, los  tejedores inician su revolución como un asalto de fiebre loca contra la miseria social. Y Hilbig no llora por ellos: se trata de una tormenta de verano sobre calles recalentadas que pronto volverán a la normalidad. Así era para él.
¿Era eso todo? Algo sustancialmente cambió, la técnica para producir las plusvalías en la industria textil se renovó, y nuevas máquinas iniciaron lo que Hilbig denuncia como “Höllengesang”, cante infernal, ruido espantoso oriundo del vuelo sin descanso del barco tejedor. Para el observador no hay espacio ni tiempo para la reflexión o ganas de compasión. Las telas producidas quedan preñadas con algo de la sangre humana vertida por el uso del avance tecnológico.
La historia relatará la victoria fácil de un puñado de soldados prusianos sobre la multitud desnutrida. ¿Qué más dice Hilbig, obrero fogonero, becado por el Ministerio de Cultura del “Gobierno de Obreros y Campesinos” de la República Democrática Alemana?
Hilbig no anuncia lo que se esperaba de él: que la suma de revueltas y revoluciones conduciría directamente a la constitución del futuro paraíso social cuya aurora ya se anuncia en el presente. No, él no se somete a la doctrina del socialismo redentor; para él, la historia gira alrededor de sí misma, y las revoluciones son brotes de energía febril; relajan temporalmente el clima social. Así reniega del genuino credo oficial de su estado protector, Hilbig hubo de ser denunciado como renegado y considerado peligroso por su talento como escritor, capaz de promocionar una contrarrevolución.
“¡Quédate con el enemigo capitalista!” …le gritaron por detrás cuando se hubo ido.
Sin embargo, nunca llegó a ser un renegado feliz. Su infancia y juventud bajo la sombra de Stalin mimado además, por una mamá totalmente comunista, no son hechos fáciles de olvidar. Por eso abrazó “die Romantik” como quien ha sido  indoctrinado, como “Joven Pionero” y soldado de la “Nationale Volksarmee” – el ejército del pueblo - NVA.

friedrichmanfred peter  diciembre  2017















[i] STASI = Staatssicherheitsdienst = Servicio de Seguridad del Estado = Policía política del Gobierno de la RDA (República Democrática Alemana, de 1949 – 1989).
[ii] La rebelión de los tejedores silesianos (Silesia hoy pertenece a Polonia) está ampiamente documentada y ha sido tema de numerosas obras de la literatura, p.ej. de Heinrich Heine, Die Schlesischen Weber. La rebelión se dirigió contra los “verleger” ( empresarios de la producción manufacturera preindustrial de telas). La producción industrial de textiles reducía la rentabilidad de la producción casera manual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario