Navidad con “Divus Augustus”
(El Divino Augusto)
En estos días
navideños me dedico a diversas lecturas como seguramente harán todavía muchas personas,
aprovechando su tiempo libre. Al mundo cristiano, por ejemplo, le emocionan los
relatos de los evangelistas.
Mi versión preferida de la vida de Jesús es la
que en idioma alemán, lograra el genial traductor Martin Lutero al traducir los
evangelios insuflándolos de color, animación; en general embelleciendo la
escena que posteriormente se convirtió en nuestra fiesta de Navidad.
El Niño Dios
estará presente en muchos hogares por estos días; traerá los regalos a los
niños buenos y a otros… no tan buenos. Todas las iglesias cristianas por
diferentes fechas, llamarán a presencia la figura de Jesús Cristo que dividió
los tiempos históricos en un “Antes” y “Después”. Ninguna mirada a la historia
es posible sin tener su imagen presente.
En esta ocasión
navideña del 2017, la lectura me ha seducido hacia una fuente bastante antigua
que desconocía: tengo frente a mis lentes el libro del escritor romano
Suetonius (latín: Gaius Suetonius Tranquillus; c. 70 - post.
126), “Vida de los Césares”.
(Precisamente,
hace pocos días, como producto del encantamiento por este antiguo libro incluí
en el BLOG que mantengo, una breve reflexión sobre el “Divino Julio” y otros Césares
más.
¡Vaya sorpresa
tan grande me causó lo que Suetonius hace dos mil años escribió sobre el Divino
Augusto, emperador y César Romano! Pienso que si os entero de mis hallazgos no
me quedaré solo con mi sorpresa. Pues, si os place, ¡compártanla!
En el capítulo 94
del libro sobre ‘El Divino Augusto’ leemos interesantes detalles sobre el
nacimiento de aquel emperador Augustus romano, hijo adoptivo, sucesor y
heredero que era de Julio Cesar.[i]
“Auctor est Julius Marathus, ante
paucos quam nasceretur menses prodigium Romae factum publice , quo
denunciabatur regem populo Romano naturam parturire; senatum exterritum
censuisse; ne quis illo anno genitus educaretur; eos qui gravida uxores
haberent, quod ad se quisque spem traheret, curasse, ne senatus consultum ad
aerium deferretur”
Así comienza un
relato que llamó mi atención para repetirlo en lengua española a continuación:
“Relata Juluis Marthus que pocos meses antes del
nacimiento de Augusto en Roma ocurrió un milagro en un lugar público anunciando
que la naturaleza daría a nacer un rey para el pueblo romano. Inmediatamente,
el senado temeroso, decidiría que ningún niño debía ser procreado para que
naciere en aquel año. Sin embargo, los hombres que tenían esposas embarazadas
habrían procurado que esa decisión del senado no estuviere depositada en
‘Aerium’ (para que no tuviera carácter oficial) porque todos temieron la
profecía y creyeron que se refería a sí mismos.
Suetonius continúa relatando otros sucesos al respecto:
“Atia (la madre biológica de Augusto) asistió por
la noche a la fiesta de Apolo y estando cansada se había quedado dormida en su
litera. Y de repente había aparecido una serpiente que la penetró
desapareciendo enseguida. Después de eso, ella se lavó tal como lo solía hacer
después de estar con su marido. Sin embargo, en su vientre apareció tatuada una
serpiente que nunca más pudo borrar, lo cual le impediría para siempre visitar
un baño público. Diez meses después nacería Augustus, quien por eso fue considerado
hijo de Apolo. La misma Atía en un sueño antes del parto se vio elevado hacia
las estrellas y sintió su vientre crecer para cubrir el cielo y la tierra. (---)
Octavius (el padre) comentó que había visto cómo rayos de luz brotaron del
vientre de su esposa antes del parto del hijo y en un sueño nocturno vio sa su
hijo recién nacido ya mayor, vestido con el cetro, con el rayo y con la corona
puesta de Júpiter Optimus Máximus.(…)
Una noche Augustus, siendo niño de cuna que aún no
podía hablar, fue acostado por la nodriza en su cama; a la mañana siguiente no
lo encontraron allí. Después de buscarlo largo tiempo fue encontrado en lo alto
de una torre con la mirada puesta al sol naciente.(…)
El niño cuando comenzó a hablar, mandó a callar
las ranas del estanque cercano y que dejaran de croar. Y así sucedió, las ranas
se callaron para siempre.”
Y así continúa
Suetonius su relato mencionando los sucesos extraordinarios que acompañaron el
nacimiento e infancia del futuro Cesar Augustus. Pues ahí mi sorpresa porque estos
atributos son más de un Redentor que de un Emperador. El emperador durante cuyo mandato se desarrollara la vida
de Jesus de Nazaret en la lejana Galilea. Relacionar ambas vidas sería oficio
de un investigador que tenga más conocimientos sobre este tema que yo. Me basta
destacar el extraño paralelismo en el mito del origen de Augustus con los
misterios que nos transmiten los evangelios y que celebramos en la Navidad
cristiana.
Para el
historiador Suetonius todo en la vida de Augustus fue maravilloso y ejemplar.
Larga vida a Roma y prosperidad son el santo y seña de esta vida que tenía que acabar tan maravillosa y ejemplarmente
como fue su nacimiento.
Los dioses, que
ya habían recibido al divino Julio, esperaban por Augustus. Sin embargo, el
destino de Roma no fue eterno, Roma quebró algunos cientos de años después de estos hechos. El Divino
Augusto forma parte de su historia.
¿Y su contemporáneo, Jesús de Nazaret?...me
pregunto.
Esa es otra
cuestión.
Fmpeter diciembre
2017
Edición anavictoria
[i]
C. SUETONIUS TRANQUILLUS, DE VITA
CAESARUM, Liber II, DIVUS AUGUSTUS.
( Nació posiblemente alrededor del
año 70 DC )
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