lunes, 18 de diciembre de 2017

Navidad  con “Divus Augustus”
(El Divino Augusto)

En estos días navideños me dedico a diversas lecturas como seguramente harán todavía muchas personas, aprovechando su tiempo libre. Al mundo cristiano, por ejemplo, le emocionan los relatos de los evangelistas.
 Mi versión preferida de la vida de Jesús es la que en idioma alemán, lograra el genial traductor Martin Lutero al traducir los evangelios insuflándolos de color, animación; en general embelleciendo la escena que posteriormente se convirtió en nuestra fiesta de Navidad.
El Niño Dios estará presente en muchos hogares por estos días; traerá los regalos a los niños buenos y a otros… no tan buenos. Todas las iglesias cristianas por diferentes fechas, llamarán a presencia la figura de Jesús Cristo que dividió los tiempos históricos en un “Antes” y “Después”. Ninguna mirada a la historia es posible sin tener su imagen presente.
En esta ocasión navideña del 2017, la lectura me ha seducido hacia una fuente bastante antigua que desconocía: tengo frente a mis lentes el libro del escritor romano Suetonius  (latín: Gaius Suetonius Tranquillus; c. 70 - post. 126), “Vida de los Césares”.
(Precisamente, hace pocos días, como producto del encantamiento por este antiguo libro incluí en el BLOG que mantengo, una breve reflexión sobre el “Divino Julio” y otros Césares más.

¡Vaya sorpresa tan grande me causó lo que Suetonius hace dos mil años escribió sobre el Divino Augusto, emperador y César Romano! Pienso que si os entero de mis hallazgos no me quedaré solo con mi sorpresa. Pues, si os place, ¡compártanla!

En el capítulo 94 del libro sobre ‘El Divino Augusto’ leemos interesantes detalles sobre el nacimiento de aquel emperador Augustus romano, hijo adoptivo, sucesor y heredero que era de  Julio Cesar.[i]

“Auctor est Julius Marathus, ante paucos quam nasceretur menses prodigium Romae factum publice , quo denunciabatur regem populo Romano naturam parturire; senatum exterritum censuisse; ne quis illo anno genitus educaretur; eos qui gravida uxores haberent, quod ad se quisque spem traheret, curasse, ne senatus consultum ad aerium deferretur”

Así comienza un relato que llamó mi atención para repetirlo en lengua española a continuación:

“Relata Juluis Marthus que pocos meses antes del nacimiento de Augusto en Roma ocurrió un milagro en un lugar público anunciando que la naturaleza daría a nacer un rey para el pueblo romano. Inmediatamente, el senado temeroso, decidiría que ningún niño debía ser procreado para que naciere en aquel año. Sin embargo, los hombres que tenían esposas embarazadas habrían procurado que esa decisión del senado no estuviere depositada en ‘Aerium’ (para que no tuviera carácter oficial) porque todos temieron la profecía y creyeron que se refería a sí mismos.


                                             


Suetonius  continúa relatando otros sucesos al respecto:
“Atia (la madre biológica de Augusto) asistió por la noche a la fiesta de Apolo y estando cansada se había quedado dormida en su litera. Y de repente había aparecido una serpiente que la penetró desapareciendo enseguida. Después de eso, ella se lavó tal como lo solía hacer después de estar con su marido. Sin embargo, en su vientre apareció tatuada una serpiente que nunca más pudo borrar, lo cual le impediría para siempre visitar un baño público. Diez meses después nacería Augustus, quien por eso fue considerado hijo de Apolo. La misma Atía en un sueño antes del parto se vio elevado hacia las estrellas y sintió su vientre crecer para cubrir el cielo y la tierra. (---) Octavius (el padre) comentó que había visto cómo rayos de luz brotaron del vientre de su esposa antes del parto del hijo y en un sueño nocturno vio sa su hijo recién nacido ya mayor, vestido con el cetro, con el rayo y con la corona puesta de Júpiter Optimus Máximus.(…)
Una noche Augustus, siendo niño de cuna que aún no podía hablar, fue acostado por la nodriza en su cama; a la mañana siguiente no lo encontraron allí. Después de buscarlo largo tiempo fue encontrado en lo alto de una torre con la mirada puesta al sol naciente.(…)
El niño cuando comenzó a hablar, mandó a callar las ranas del estanque cercano y que dejaran de croar. Y así sucedió, las ranas se callaron para siempre.”

Y así continúa Suetonius su relato mencionando los sucesos extraordinarios que acompañaron el nacimiento e infancia del futuro Cesar Augustus. Pues ahí mi sorpresa porque estos atributos son más de un Redentor que de un Emperador. El emperador  durante cuyo mandato se desarrollara la vida de Jesus de Nazaret en la lejana Galilea. Relacionar ambas vidas sería oficio de un investigador que tenga más conocimientos sobre este tema que yo. Me basta destacar el extraño paralelismo en el mito del origen de Augustus con los misterios que nos transmiten los evangelios y que celebramos en la Navidad cristiana.

Para el historiador Suetonius todo en la vida de Augustus fue maravilloso y ejemplar. Larga vida a Roma y prosperidad son el santo y seña de esta vida que  tenía que acabar tan maravillosa y ejemplarmente como fue su nacimiento.
Los dioses, que ya habían recibido al divino Julio, esperaban por Augustus. Sin embargo, el destino de Roma no fue eterno, Roma quebró algunos cientos de  años después de estos hechos. El Divino Augusto forma parte de su historia.
 ¿Y su contemporáneo, Jesús de Nazaret?...me pregunto.

Esa es otra cuestión.
Fmpeter diciembre 2017
      Edición anavictoria




[i] C. SUETONIUS TRANQUILLUS, DE VITA CAESARUM, Liber II, DIVUS AUGUSTUS.
             ( Nació posiblemente alrededor del año 70 DC )

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