Nähe des Geliebten Johann Wolfgang Goethe
Ich denke dein, wenn mir der Sonne Schimmer
Vom Meere strahlt;
Ich denke dein, wenn sich des Mondes Flimmer
In Quellen malt.
Du bist mir nah!
Die Sonne sinkt, bald leuchten mir die Sterne.
Oh wärst du da!
Pienso en tí, cuando el
brillo del sol reluce desde el mar/
Pienso en ti, cuando la luz
de la luna dibuja en las fuentes/
Contigo estoy, aun estando
lejos, cerca de mí estás/
El sol bajando, pronto me
iluminan las estrellas/
¡Oh si estuvieras aquí/
Franz Schubert y Beethoven se han ocupado de este poema, escrito problamente en 1797. Y es comprensible, porque su sencillez es tan evidente como su grandeza artístico. Las palabras a solas cantan la eterna sensación del amante ausente en esta obra de filigrana lírica.
Goethe, una vez más,
se pone en el lugar de la mujer amante de un hombre que vive lejos de ella,
para expresar lo que él siente. Tal vez sea este el secreto de vida del
maestro, quien resulta inalterado en el transcurso de sus largos años de vida y
aún después, en la eternidad de los clásicos. Su poesía de la vejez resulta
igualmente fresca a la de la juventud.
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