lunes, 6 de julio de 2020

¡Vive L' Empereur!



Tal fue elgrito que retumbó en Europa al comienzo del siglo 19.L’Empereurera Napoléon Bonaparte quien, como emperador de Francia rey de Italia y ‘protector’ de la Confederación Germánica, tomó el lápiz para corregir el texto del Catéchisme imperaly agregó:

“Desobedecer al Emperador es un pecado mortal. Todos le deben amor, obediencia, fidelidad, servicio militar, contribución para la conservación y la defensa del Imperio y de su trono.”  “Le juge suprême, c´est moi.”

Que recuerden todos los que han sido hechos reyes por él, que ellos son sus vasallos, ejecutores de la suprema voluntad del Gran Imperio.
Maravillosa transformación de un jacobino rebelde, de un teniente de artillería, de una estrella fugaz procedente de la Isla de Córcega. (Este ascenso y su caída se encuentran magistralmente escritos por Max Gallo en cuatro tomos. “NAPOLÉON” Éditions Robert Laffont, Paris 1997.) 

Me hago preguntas que me inquietan en esta nueva lectura -por fragmentos y a mi aire- que realizo de Gallo: ¿Es la dictadura el fenómeno inevitable en todos los tiempos históricos? 
¿Qué vigencia podría tener el caso Napoleón en la actualidad? … ¿constituiría un modelo a seguir?




En Joseph su hermano mayor, Napoleón encontró un modelo del gobernante cuyo destino es el fracaso. Dijo al respecto: 

“Él se cree rey perpetuo de Nápoles (y después deEspaña) que le ha sido entregado por voluntad y las armas el Imperio. ¿Por quién se toma él a si mismo? (---) Pero los hombres siempre desean ser amados en vez de gobernar con la fuerza como es necesario.”

 Joseph nunca se enfrentará a esa realidad. Rehuir el empleo de la violencia cuando esa es necesaria crearía un vacío que pronto sería ocupado por otros. Napoleón, por el contrario, no se retracta ante los miles de cadáveres que cubren los campos de batalla en Europa. Las voces de moribundos suenan: “¡Vive l’ Empereur!”
Pues él es el Emperador, el Emperador de los reyes.

Lentamente se aproxima a la iglesia de Potsdam donde está la tumba de Friedrich II de Prusia. Napoleón ha vencido recientemente al ejército prusiano. Ahora se encuentra entre los grandes, de igual a igual; pertenece a la larga cadena de conquistadores, cadena que se iniciara con Plutarco y ahora él, presente delante de “le gran Fréderic”. Hombres ilustres. Largo rato permanece así quieto delante del sepulcro. Se ha quitado el sombrero.
Hombres ilustres siguen un código similar: el amor no les sirve.
Eso Napoleón lo sabe, llámese Josephine o un largo etcétera de nombres femeninos; se destaca otro nombre ‘Marie Walewska’. Todas ellas persiguen intereses que a él le son indiferentes. No ama a nadie. ‘Hopla’, el ‘tal Alexander’ zar de los rusos y enemigo natural, es guapo, simpático, lo llama “mi amigo” inútilmente. 
El poder es aislante,se queda solo,Nes grande. “A largo plazo vencerán las letras, pero yo Ntengo la espada,”dice. 
Y yo, lector, alcanzo a escuchar desde otra tumba un aplauso, son las palmas de Lenin, el bolchevique armado. es inmortal.
Las reglas del poder político son universales. Nles abrió la puerta de la era moderna. Toda América y el continente euroasiático le siguen en este rumbo, marcarán los años que han de venir. Eso parece válido aún.

friedrichmanfred julio  2020
   ed. anavictoria


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