jueves, 23 de julio de 2020

¿Identidad o Libertad?



En España siempre han confundido 'Identidad' con 'Libertad', y creo que tal sigue vigente aún hoy. 
Cuando las tropas napoleónicas invadieron España no se trataba simplemente de franceses, como suele narrarse por estas tierras españolas, relatos historiográficos en los que sólo aparecen 'Los Franceses'. En realidad este ejército fue en gran parte 'polaco' (la caballería). También fue más adelante alemán; alemanes aliados de Francia. En el oeste alemán las ideas de la Revolución Francesa 'cuajaron' plenamente.
Se bailaba en los pueblos la Carmagnole y se cantaba la Marsellesa. Aún en los tiempos de mi infancia se cortaba un árbol alto, se decoraba con símbolos que aludían a la revolución y se bailaba alrededor de él (la Fiesta del pueblo). La Revolución no sólo era de los franceses, se había apoderado en parte de Europa …salvo, claro está de España.
                                

                         



Es por ello, por tratarse de reivindicaciones populares que tales fiestas tienen una abierta connotación política. Subversivas. Porque la contienda finalmente la ganaron prusianos, rusos y austriacos. Antimodernos y autócratas.

miércoles, 22 de julio de 2020

¿Árboles o Piedras?



“Porque somos troncos de arboles en la nieve, pareciera que pudiéramos encontrarnos de repente a lo largo tendidos, y que fácilmente podríamos ser deslizados. No, eso no es posible, porque estamos firmemente anclados en el suelo. Para que vea, y eso sólo es una apariencia.”

Esa parábola creada por Franz Kafka para ilustrar quién es él y quienes somos nosotros nos presenta una imagen de invierno. La nieve rodea unos troncos que parecen ser movibles porque la nieve tiene un efecto deslizador. Fácilmente nos cambiarían de un sitio para otro, eso parece. Lo que no vemos es que debajo de la nieve nos encontramos fuertemente enraizados en el subsuelo. Tal vez, esa observación solo sea otra apariencia más. En pocas palabras Kafka diseña lo que piensa sobre la condición humana de vida.
Nada nunca está seguro. Todo es transitorio y expuesto a interpretaciónes. La Verdad de nuestra existencia se encuentra cubierta de nieve. Revelarla sería fácil si no fuera por la fuerte adhesión que nos une al subsuelo y este subsuelo es arcaico, heredado, creado por fuerzas anónimas poderosas. Eso lo sospechamos, porque no conocemos el origen de esa predisposición que nos domina y de la que nunca nos liberaremos.
El lugar donde Kafka nació y donde fue enterrado está plagado de mitos. Para checos, alemanes y judíos ha quedado claro donde debe cada cual enraizarse y como ahí ha de permanecer.
Anclados están en sus mitos de origen y no pueden hacer otra cosa que aceptar como uun destino lo que les pasa. El presente no es más que la continuación de un largo pasado donde se encuentran prescritos las reglas a vivir de cada individuo. Apartarse de eso es simplemente imposible.

lunes, 20 de julio de 2020

Camino a la Casa

Franz Kafka:
“¡Miren la fuerza de convicción que tiene el aire después de una tormenta! Incluso ante mí se presentan mis méritos y me invaden y yo no me oponga a ello.
Voy caminando y mi velocidad es la de este lado de la calle o de toda esa calle y de este barrio. Es justo que yo sea responsable de todo eso: Cuando se golpee una puerta o la tabla de una mesa, cuando algunos brindis retumben, cuando unos amantes se amen en sus camas o cuando lo hagan entre andamios de una nueva construcción o en la oscuridad de calles recostados contra las paredes o sobre ’los otomanos’ de los burdeles.
Yo comparo mis tiempos pasados con los del futuro que me esperan, ambos me parecen maravillosos. No voy a establecer preferencia a ninguno de ellos. Pero debería denunciar la injusticia que hay en eso de darme a mi tanta preferencia.
Sin embargo, ahora mismo al entrar en mi habitación me pongo un poco ‘pensativo’ aunque no haya encontrado nada para dedicar un reflexión especial. He subido sin alteración por la escalera y ahora voy a abrir la ventana del todo para escuchar algo de música que suena desde un jardín.”

El Estafador sin Mascarilla


Franz Kafka:

“Por fin a las diez de la noche llegué a esa casa elegante a la que fui invitado. Un hombre -apenas conocido- me había hecho atravesar media ciudad.
‘Aquí estamos’ dije y aplaudí con las manos para señalizar que ahora debiera dejarme solo. Ya varias veces había intentado decírselo hasta que me cansé.
‘¿Subirá usted enseguida? 
Me preguntó y sentí como sus dientes crujían unos contra otros.
‘Sí’
Yo fui invitado, eso se lo había dicho ya antes, y me gustaría estar allá y no aguantar acá, abajo, esperando, sin ver más las orejas de mi acompañante y admitir que estaríamos aquí dispuestos a permanecer un largo rato. Ese silencio mío lo compartían las casas alrededor, su imagen oscura llegaba hasta las estrellas. Había transeúntes pasando y sus sonoros pasos no podían ser identificados. Algún disco musical sonaba echando un cante desde alguna ventana. Aquel inmenso silencio sonaba como si fuera propiedad de ellos para siempre.

Y mi compañero finalmente se rindió –en su propia iniciativa que era también la mía–.  Levantó el brazo junto a la pared, cerró lo ojos y colocó la cara encima.
Yo, sin embargo, me alejé de esa sonrisa, sentí vergüenza porque este hombre era un estafador, nada más. Y yo lo pensé , porque muchos meses que estaba viviendo en esa ciudad y creía conocer a fondo a los estafadores. Sabía que de noche con los brazos abiertos se acercaban como si fueran dueños de restaurantes. Cómo daban vueltas a las columnas donde uno suele descansar como jugando al escondite. Espiando con el un ojo la calle registran cuando nos ven  miedosos desde el borde del sardinel.
¡Qué bien los entendía! Ellos fueron mis primeros conocidos en esa ciudad, la compañía en los pequeños restaurantes. De qué manera continuaban presionando cuando yo ya quería irme, cuando ya no había más nada que atrapar. Su método era siempre el mismo: colocarse delante, de la forma más insistente, tratando de impedir que uno se fuera hacia donde quería ir, ofreciendo como reemplazo otra vivienda y el pecho propio. El menor impulso de sentimiento lo tomaban por el adelanto de un abrazo y se lanzaron hacia ti con la cara delante.
Los chistes viejos los había reconocido después de largo tiempo de conocerlos. Junté las puntas de mis dedos para hacer olvidar la vergüenza que sentí.
Pero mi hombre, igual que antes creía en su estafa de siempre. Contento parecía estar porque llevaba la mejilla enrojecida por el cercano éxito.
“¡Te conozco!”grité yo, le di un golpecito en el hombro. Subí corriendo la escalera y vi cómo los criados arriba se adelantaron para quitarme el sombrero y el abrigo, limpiar el polvo de las botas. Respiré profundamente y muy derecho entré en la sala de la fiesta.”



miércoles, 15 de julio de 2020

Sudando Aceite



 Esa es la impresión del campo actual andaluz. Y se trata de una producción industrial comparable a la del petróleo; aunque en el fondo no se halla petróleo, la superficie recompensa esa falta plenamente. De ahora en adelante: el suelo andaluz emana aceite en cantidades jamás vistas antes.


¿Dónde están los olivares? Estos árboles cantados por Lorca y venerados en mil versos. Centenarios, igual que viejos sabios levantaban sus ramas. En ellas residía la filosofía de ese país. La recogida de sus frutos, la poda, acercaba los hombres al Olivar. Conversaron. Se entregaron mutuamente, uno al otro.
‘Por ahí iban muertas de frío, las Pío Pío Pías’… Chicas campesinas pobres que recolectaban las aceitunas y luego cuando se podía colocar el pan recién hecho debajo del chorro de aceite que salía del molino.
Nada de eso existe más. Olvidémoslo. Ahora las mujeres y los hombres se quedan en casa viendo televisión. Todo está bien calculado, bien preparado. Aquí presenciamos un progreso. “Impresentable” dicen los que nada saben.

martes, 14 de julio de 2020

"Les Aristocrats à la Lanterne!"



Así cantaban los jacobinos revolucionarios, dispuestos a crear una nueva Francia que se destacaría por su abierta oposición frente a las monarquías tradicionales. 

“Voy a acabar con los Borbones”, era el concepto del joven teniente de artillería y jacobino convencido, Napoleón Bonaparte. Para el otoño de 1813 sería, paradójicamente L’ Empereur: emperador de los reyes europeos. Había fundado una nueva dinastía, la napoleónica; conformó matrimonio con una auténtica princesa del viejo régimen, María Luisa de Austria. Había invitado a los aristócratas huidos de Francia revolucionaria para que regresaran, prometiéndoles ser indemnizados. Todos los domingos iba a misa, el Papa de Roma le había acompañado durante la sagrada ceremonia de la coronación (Le Sacre).Había hecho todo lo posible para proteger los intereses católicos en Francia y de todo el continente europeo. Tenía un heredero nacido de la princesa austriaca. Se creía intocable.
Pero ahora y a pesar de todo eso, su misión era luchar por sobrevivir políticamente. La masa popular fuera de Francia le odiaba. Los reyes creados por él le negaban obediencia y el zar ruso y el emperador de Austria al igual que el Rey de Prusia invadirían Francia. Los miembros de su propio gobierno, todos dispuestos a volver la historia atrás: Que gobiernen los Borbones otra vez y el borbón de turno era Luis XVIII. 

(La tradición monárquica enraizada es muy poderosa y duradera en las mentes…en el fondo nadie pudo erradicarla, ni el mismo Napoleón).

Entonces, Napoleón, se acuerda de su pasado jacobino;“Levée en masse”.‘Levántate pueblo francés y echa atrás a estos invasores!’ La princesa María Luisa a su lado ya no le servía. Su suegro Francisco I emperador de Austria le había declarado la guerra. Toda Europa, incluidos los miembros de su propia familia, buscaban su hundimiento.
Desde el fondo histórico, el italiano Maquiavelo levantaría su voz: ‘El Príncipe no debe cambiar el discurso político si quiere conquistar o permanecer en el mando.’
Y Napoleón Bonaparte tuvo que pagar el precio de su error. El señor tan despreciado por Napoleón, Talleyrand, sabía que si Francia quisiera en efecto una nueva oportunidad en política tendría que ser sin Napoleón. Y así sucedió.

Conclusión: El aroma del poder había dominado al ‘Empereur’, había erradicado su raíz de jacobino revolucionario. Los ‘vivas’ eran expresión de admiración momentánea. Miles de soldados le otorgaron sus vidas. Ya en su mayoría eran niños, ineptos para manejar un fusil. Pero valientes para dejarse matar por su amado ídolo. Y a este le esperaba la Isla de Santa Helena en el Atlántico Sur. Los vencedores británicos bien supieron qué hacer con su prisionero.
‘Sin su público, Napoleón ya no era nadie’.
Otra conclusióntambién es obvia, en la vida de los políticos actuales no faltan ejemplos de casos similares; el político en el mando suele olvidar con frecuencia sus proyectos y programas de antes. El pragmatismo se impuso en las democracias occidentales y a este suelen obedecer más que menos todos, en cuanto les cae el mando. Ya no es extraño ver a conservadores ejercer papel de revolucionarios y figuras de la izquierda actuar con sabia templanza copiando los elementos contrarios. La estabilidad institucional, el bien deseado, así se consigue. Mantenerse en el mando, disponer de las reservas estatales, esa es la opción.
En las Américas nos lo presenta al pormenor la actual Venezuela. El ‘Bolivariano’ de Chávez difunto no era otra cosa que la alteración permanente pragmática entre fragmentos de programa socialista, capitalista, autoritarismo, etc.
Un pueblo, en su masa ignorante, le siguió fascinado. El heredero no precisa otra cosa que hacerse chavista sin definición, ni programas o reglas.
Una dictadura militar lo protege todo y un concierto internacional lo habilita.
¿En qué isla lejana se puede internar a un gobernante como Maduro?

f---- julio   2020
  ed. anavictoria

sábado, 11 de julio de 2020

El Amor en Tiempos de Lluvia



 Entre los años de 1800 a 1815 el clima sufrió una importante variación: Llovía y llovía sin parar, así parece. 

Los campos de batalla, de Austerlitz, Jena y Leipzig marcados por las muertes de cientos de miles de vidas de soldados se vieron inundados de fango de barro y lodo que hizo casi imposible el movimiento de cañones y de caballería. Unidades de infantería se perdieron porque simplemente no podían moverse. 
El emperador Napoleón solía acabar con cinco o seis caballos, extenuados, agotados, muertos. Hasta la última batalla, la de Waterloo, se vio invadida de agua. El soldado corriente empapado de uniforme mojado temblaba de frío. El pan era mojado y los cinco kilos de harinas que a cada granadero francés correspondía formaban una masa líquida en su morral. La pólvora mojada no prendía. Pero ¡Vive l’ Empereur!retumbaba sobre los destrozados trigales de Flandes. 

“In Flandern reitet der Tod”– en Flandes cabalga la muerte - cantaban los soldados alemanes.

Los expertos actuales explican que una pequeña era glacial se adueñó de Europa. 

Ah, pero en plena helada, el supremo jefe en mando Napoleón estaba enamorado. ¿Fue tan cierto ello?  La primera, pero no la única ni la última de sus amores era Josefina, coronada junto a él como emperatriz y ella -si son ciertos los documentos- lloraba mientras fuera del palacete caía el agua sin parar. Josefina era ‘llorona’. 
La amada de turno era una auténtica princesa del antiguo régimen, María Luisa de Austria. Ella le dio a Napoleón el deseado heredero que al nacer fue proclamado Rey de Roma. “He fundado una nueva dinastía”, proclamó Napoleón. Cierto era que María Luisa era sobrina de Maria Antonieta, ‘L’Autrichienne’, reina de Francia a quien había guillotinada el juicio de los jacobinos – también por parte del joven Napoleón Bonaparte, revolucionario. 

Otros niños nacieron por cuenta de Napoleón, pero esos no tenían importancia, no formarían parte de esa nueva y moderna dinastía napoleónica. Por ejemplo, Marie Walewska de Polonia es recordada como amada de Napoleón y también ella le dio un hijo. Ella aspiraba a que Napoleón cumpliera el sueño sagrado: restituir la soberanía de su patria. ¿Amor o negocio diplomático? difícil de diferenciar. Llovía mucho.
Y miles de lanceros polacos apoyaron las operaciones napoleónicas en toda Europa, la gran mayoría perecería en Rusia, formando parte de ese fabuloso ejército de varios cientos miles de ‘bravos’ que fueron vencidos por el frío, por el barro, por la espesura de la nieve caída.
La historia nos da ejemplos de hombres ilustres, nos pinta sus acciones reclamando admiración. Pero del agua lluvia nadie habla.
¿Y Josefina? Dentro de su confinamiento siguió llorando mientras afuera llovía.
Quiero creer que en la lejana Isla de Santa Helena, el clima fue seco. Menos mal.

f – ed. anavictoria  julio  2020


lunes, 6 de julio de 2020

¡Vive L' Empereur!



Tal fue elgrito que retumbó en Europa al comienzo del siglo 19.L’Empereurera Napoléon Bonaparte quien, como emperador de Francia rey de Italia y ‘protector’ de la Confederación Germánica, tomó el lápiz para corregir el texto del Catéchisme imperaly agregó:

“Desobedecer al Emperador es un pecado mortal. Todos le deben amor, obediencia, fidelidad, servicio militar, contribución para la conservación y la defensa del Imperio y de su trono.”  “Le juge suprême, c´est moi.”

Que recuerden todos los que han sido hechos reyes por él, que ellos son sus vasallos, ejecutores de la suprema voluntad del Gran Imperio.
Maravillosa transformación de un jacobino rebelde, de un teniente de artillería, de una estrella fugaz procedente de la Isla de Córcega. (Este ascenso y su caída se encuentran magistralmente escritos por Max Gallo en cuatro tomos. “NAPOLÉON” Éditions Robert Laffont, Paris 1997.) 

Me hago preguntas que me inquietan en esta nueva lectura -por fragmentos y a mi aire- que realizo de Gallo: ¿Es la dictadura el fenómeno inevitable en todos los tiempos históricos? 
¿Qué vigencia podría tener el caso Napoleón en la actualidad? … ¿constituiría un modelo a seguir?



viernes, 3 de julio de 2020

Cuando Adán escarbaba la tierra....

                        "¿Excelente? Nadie lo es.
                                ¿Para qué tanta ceremonia?
                                El Papa, el Emperador y el Rey,
                                todos son iguales sobre la tierra
                                al segador, al leñador,
                                al campesino.
                                Los barones y los condes:
                                Todos son terrones de tierra
                                Son bulbos enterrados.”




“Der große deutsche Bauernkrieg”(La gran guerra de los campesinos alemanes) sucedida entre los años 1524/25 -magistralmente descrita por Friedrich Engels- es la primera ‘Revolución’ de los tiempos modernos:

“Cuando Adán escarbaba la tierra y Eva tejía la lana, no existía ningún hidalgo.”