miércoles, 15 de mayo de 2019

El Rey - 'donjuan'


 Se llama Felipe IV (1621 – 1640) y según el autor Gregorio Marañón es la incorporación misma del mito de ‘Don Juan’. Marañón halla el origen de este mito en el seno de la misma iglesia católica, en la secta de los alumbrados o iluminados. 

¿Podríamos vislumbrar ahí, en esa coyuntura histórica, una fuente de la ‘pederastia’ que en la actualidad parece hundir la iglesia en una crisis histórica sin precedentes? ¿Qué importancia tuvieron la iglesia, el rey y su ingenioso administrador el Conde Duque de Olivares?



<<El primer acontecimiento escandaloso ocurrió en el año 1628 y fue un típico episodio de la secta de los alumbrados o iluminados, según el cual, el hombre que la profesaba, generalmente cura o fraile, debía juntarse con diversas mujeres santas para engendrar en ellas profetas. Ésta era la esencia de la doctrina. A favor de la corrupción de costumbres del siglo XVII, la secta tuvo un peligroso auge.
Pero más que verdadera heterodoxia era el alumbramiento, en muchos casos una treta con la que seglares o frailes libidinosos embaucaban a mujeres simples, con frecuencia monjas, haciéndoles creer en provecho de su lascivia, que los pecados, sobre todo los sexuales, eran gratos a Dios. La Inquisición persiguió duramente a estos herejes o cínicos, y en varios de los autos de fe de la época figuran reos de tal pecado con diferentes penas.>>[i]

La historia da cuenta de las aventuras amorosas de Felipe IV; una de esas con una monja del convento de San Plácido de Madrid. Se cuenta que con la colaboración de la Priora y del Conde Duque se hizo posible satisfacer el gusto del monarca. Para realizarlo hubo que cavar un túnel desde el exterior hasta el convento abriendo el camino al “piadoso” monarca. Se dice que también hubo intentos de posponer al intruso, vistiendo la monja de los colores de la Inmaculada, blanca y azul o como si estuviera muerta en su lecho mortuorio. No hubo éxito total en el plan y no se calmó al donjuán excitado. Pero ‘La Santa Inquisición’ intervino, amonestó al Rey, disolvió el monasterio, tratando así disimular el hecho vergonzoso.


¿Qué nos dice esa historia a nosotros que somos observadores modernos, habituados a toda clase de sucesos raros?

Desde España y desde su ‘Siglo de Oro’ se regó un mensaje de violento machismo sobre toda la geografía humana de aquel tiempo. Diariamente, desde los teatros con los famosos nombres de Lope de Vega, Calderón, etc. se difundía este mensaje con el efecto de un lavado de cerebro a cualquier público ansioso por cumplir. Y efectivamente se cumplió con una maniática persecución del ‘honor’ y dándose cuchilladas en la situación más inicua que se presentara en esos trances amatorios donjuanescos. 

Incluso Cervantes y Lope de Vega se vieron entregados a peleas y riñas a espadas con muertes de por medio. Se estableció algo así como un espíritu de la época: duro, violento e intransigente para los hombres y sufrido, doloroso para las mujeres; se coaguló en el mito de ‘Don Juan’ y transitó desde España al resto del mundo un mensaje de intolerancia de grave menosprecio de la mujer, cuya libre voluntad quedaba suspendida. 
Un ejemplo de lo más insensato e incomprensible lo relata Marañón:
Un cortesano del rey Felipe IV registra con asombro que su mujer está siendo cortejada por un bufón del palacio. (También los bufones se volvieron donjuanes). El bufón, un deformado y loco destinado a divertir al monarca, era intocable. Lo cual significó el cortesano del rey tuvo que matar a su mujer, no hubo alternativa, el código de honor así lo manda…vaya… es cuestión de “Honor”. 
¡Cuántas señales más de indomesticada e inhumana estupidez nos transmite la historia!
Y me pregunto: ¿Están superados los mitos arcaicos? o…¿aún poseen vigencia, discreta e inconsciente?



friedrichmanfred  y  anavictoria  mayo 2019


[i]Gregorio Marañón, El Conde – Duque de Olivares, Colección Austral Núm. 62 - 9

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