OH FREUNDE ¡
¡ OH AMIGOS ¡
a quién interese
O Freunde, nicht diese Töne!
Sondern laßt uns angenehmere
anstimmen,
und freudenvollere.
Freude! Freude!
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¡Oh amigos, no en esos tonos!
entonemos otros más agradables
y llenos de alegría
¡Alegría! Alegría!
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Freude, schöner Götterfunken
Tochter aus Elysium,
Wir betreten feuertrunken,
Himmlische, dein Heiligtum.
Deine Zauber binden wieder,
Was die Mode streng geteilt;
Alle Menschen werden Brüder,
Wo dein sanfter Flügel weilt.
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Alegría, bella chispa divina,
Hija del Elíseo,
penetramos ardientes de embriaguez,
¡Oh celeste! en tu santuario
Tus encantos atan los lazos
que la rígida moda rompiera;
Y todos los hombres serán hermanos,
bajo tus alas bienhechoras.
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¡Beethoven recuérdanos: somos seres
humanos
libres e ilustrados!
Somos los herederos de
las ideas que se manifiestan en el fragmento citado y traducido arriba.
Friedrich Schiller, el poeta
clásico alemán en el año 1786 anticipó el cante de la Marsellesa: escribió alegría
y pensaba también en libertad porque la libertad fue la chispa divina que
iluminó primero Europa y después la humanidad. La prudencia obligó al poeta a cambiar
libertad por alegría: Freiheit y Freude en alemán son gemelos (libertad
y alegría).
Fue Beethoven quien crearía
una introducción para el poema de Schiller, forma parte de su Novena Sinfonía
que es un cante a la libertad. Beethoven recomienda lo que tenemos que guardar
en mente: “¡NO EN ESOS TONOS amigos!”.
(Traducción no literal: “ ¡No nos
enfrentemos de ese modo amigos! ”)
No en esos tonos debemos solucionar los problemas que nos acosan; no con esos gestos debemos
enfrentarnos; no debemos volver
atrás; atrás del año 1786 cuando el continente paralítico e inmóvil
soportaba el peso del autoritarismo de los tronos y los altares. Amigos, vibremos
por encima de esos recursos caducos tradicionales.
Todos los hombres serán hermanos, nos dice Friedrich Schiller, lo dice el idealista
exaltado. No contemplaba a los hombres como realmente son. ¡Cierto! Reclamaba a
ti y a mí, amigo lector, cómo debemos ser y qué debemos hacer, porque las ideas se cumplen
dándoles realidad.
Freiheit y Freude tienen
un precio, y este precio es el que debemos asumir y pagar:
O todos, o nadie… esa es
la cuestión. No seremos libres si nuestros vecinos se ven privados de libertad
por los monstruos históricos que en 1786 comenzaban a ceder y que habían
sometido con el látigo de la miseria material, social e ideológica.
Cuánta vigencia adquiere
esto de cara a tantos temas actuales de la política internacional! Por eso amigos, no en esos tonos. No en tonos nacionalistas y proteccionistas que castigan a unos para privilegiar a otros, (es
decir a nosotros los que somos de la nación que castiga). El himno de Beethoven
que es el de la UE, es más que protocolo, es un deber a cumplir. Nadie ha dicho
que los deberes tienen que gustar. Pero, Freude,
alegría ganará quien ponga el pie en el futuro y perderá quien pisa sólo el
pasado por creerlo más seguro.
Seremos hermanos
solamente si así lo deseamos con toda nuestra fuerza racional y con nuestra
fantasía y con nuestras artes.
¿Así ha de ser?
friedrichmanfredpeter julio
2017
edición anavictoria
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