El fundamentalismo Islámico

Fundamentalismo  Islámico

“Hakimiyyat Allahh”  -  el  Régimen de Dios

¿totalitarismo moderno?

El fundamentalismo no solamente está limitado al mundo islámico; podemos encontrarlo en todas las religiones del mundo. Sin embargo, los fundamentalistas islámicos actuales han definido su concepto de `Hakimiyyat Allahh`( el régimen de Dios) no solamente  referido a la democracia sino acerca del orden mundial existente, tratándose de una manifestación política universal.

El paquistani Al Maudidi y el egipcio Sayyid Outb han formulado en un manifiesto fundamental este principio para establecer el ´Régimen de Dios` en el mundo  Este panfleto se llama: `El Islam y la Civilización Moderna`.  Nada de lo que allí se afirma está  escrito en el Corán ni en otros textos atribuidos al profeta Mohamed.

Con toda claridad manifiesto a los musulmanes que la democracia secular en todo sentido es contraria a vuestra religión y a vuestra fe…. Vuestra religión, el Islam, es totalmente contrario a este sistema abominable --- No habrá ninguna coincidencia ni en los asuntos más nimios entre democracia e Islam. Donde existen democracia y estado nacional, ahí no hay Islam, porque son contrarios totalmente. Donde gobierna el Islam aquel sistema no debe existir.

Así lo cita Bassam Tibi en su ensayo crítico  El Fundamentalismo Islámico ( Darmstadt, Alemania, 2001)  y es muy explícito en cuanto a que en el islamismo moderno no existe la universalidad de los derechos humanos, ni  la democracia, ni los valores de libertad, igualdad y fraternidad.

El orden deseado se llama Hakimiyyat Allahh . Es un orden totalitario. Llamémoslo así porque en lengua árabe no existen equivalentes lingüísticos a términos como “democracia” o “totalitarismo” tal y como son entendidos en lenguas occidentales. Sin embargo, personajes como Outb y Maudidi  en numerosos catecismos han delineado un pensamiento fundamentalista que describe la totalidad de un sistema de reglas para  todo: lo privado, lo social y lo político, que no admite duda e interpretación.

Es destacado el carácter orgánico del Islam que se impone a todas las áreas de la vida  humana, coronado por un ideario político que es totalitario, no admite dudas ni interpretaciones, es Hakimiyyat Allahh, el Régimen de Dios..

Además, Maudidi subraya que esta afirmación no sólo es válida para el mundo islámico sino que debe hacerse valer en el mundo entero; es decir también para los migrantes musulmanes en Europa y en Occidente en general. Este fundamentalismo religioso es la base del activismo islamista en el tiempo de la `Revuelta contra Occidente¨. A diferencia del anticolonialismo político que nació de ideas  y valores occidentales, encontramos aquí la politización de la religión para crear un instrumento de lucha política. Renació el Islam en un marco político e histórico especial.

Este pensamiento pretende restablecer un orden anterior a toda modernidad negando los logros alcanzados por La Paz de Westfalia -1648- cuando se formuló la neutralidad de los estados ante la religión; también se ignora que posteriormente la Revolución Francesa -1789- proclamó  libertad e igualdad para la nación moderna.

Estamos ante un acoso al mundo civilizado surgido de la politización de la religión islámica y nos sentimos indefensos ante un modo de ser y de ver el mundo que no conoce el diálogo, no admite la duda, ni se deja interrogar, ni  responde, ni  justifica las medidas drásticas y violentas que proclama y ejecuta.

Nos enfrentamos a un colectivo autista, que todo lo sabe, nunca argumenta, sólo repite monótonamente los clichés archiconocidos. Y – ¡ oh milagro! – tiene éxito, sin embargo.  Le siguen “fieles” de todas las naciones, conversos que se destacan por la suma crueldad e indiferencia ante el sufrir humano, negando el gesto más mínimo de tolerancia y de ternura.

¿Es esto lo que el mundo moderno tenía preparado?... ¿ es esto lo que merecemos quienes no somos religiosos como ellos? ¿ los que diferenciamos y los que buscamos la paz dialogada incluso con ellos?

friedrichmanfredpeter  julio  2017

edición anavictoria