jueves, 1 de agosto de 2019

El regreso del 'Idiota'



El regreso del Idiota[1]
¿Muere la Democracia?
“En todo el mundo – eso lo confirma el informe anual del Institute for the Study of Journalism – las personas se alejan de los noticieros: un tercio de ellos admite eludir las noticias. En Gran Bretaña proporcionalmente es el doble que en el promedio continental europeo. La causa: Enfado y tristeza por el Brexit. Gran Bretaña presenta una variante de lo que Hannah Ahrendt observaba hablando de la propaganda en países totalitarios:
“Cuando todo el mundo miente, la consecuencia no es que tú comienzas a creer esas mentiras; la consecuencia es que tú ya no ñe crees a nadie”.Y así muere la democracia.”
(Imke Henkel, Die Zeit – 23 de julio de 2019)

                      
                       Boris Johnson, Primer Ministro Británico

El primer paso es ‘torcer la realidad’, inventar y mentir sobre hechos reales, denunciar peligros inexistentes, crear ambientes falsos, promover la autodefensa contra supuestos “invasores”.
De inmediato se establece la ficción de una probable sociedad ‘autónoma, limpia’. ¿Qué sucede cuando tales “verdades” se aplican en política?
Bien, el régimen político tradicional es cuestionado y puesto en duda. Resultado: la muerte lenta de la democracia.
Me atrevo a afirmar: Vivimos un momento histórico impregnado por una ‘refundación’ lenta e imborrable del Estado-Nación en todo el mundo.

El populismo representado por ‘actores’ (que sugieren soluciones clínicas…vaya ironía…teniendo ellos mismos personalidades patológicas) saca sus garras en todos los continentes por estos días, dejando atrás lo que había sido fundado sobre ideologías de diferente origen a través del curso de la historia. De Trump a Boris Johnson, desde Asia hasta América Latina, asistimos a la orquestación de una suerte de “cirujanos”, refundadores del estado moderno, anti - ideológico, ahistórico, postmoderno.
Teatros variados para parir ‘siempre lo mismo’.
La presencia del ‘Idiota’ no es nada nuevo en la historia, todas las culturas pasadas le han conocido y sufrido. Sin embargo, en la actualidad, el poder del idiota creció inmensamente, se está transformando en el ‘idiota triunfante’ porque detrás de su idiotez se esconde la de millones de admiradores que lo celebran como un caudillo de su propia idiotez; el ‘idiota’ de turno es el ‘Alter Ego’ de millones.
El idiota suele nadar entre aplausos y silbidos; ahí busca y encuentra su satisfacción. No le perturban ideas o ideales – porque no los tiene. Localiza a sus seguidores a través de la simple admiración que causan sus gestos y dichos. El idiota es un pantallero y a sus adversarios los desprecia y los excluye de todo diálogo. Sólo reconoce el eco afirmativo de sus intenciones lanzadas al aire sin decantación alguna por ningún tipo de preocupante reflexión. Solamente acepta la confirmación, ser aplaudido le causa un orgasmo social.
En el desprecio por sus adversarios no le importa ridiculizarlos o exponerlos a veredictos sociales o declararlos incompetentes; incluso criminalizar sus ideas lo tiene sin cuidado. En el fondo no es más que un oportunista y racista que ha descubierto el inmenso poder que poseen los medios de comunicación modernos; vende sus actos como se venden mercancías en el mercado capitalista.
Y todo lo propuesto es a mediano plazo, lo que expone tiene ‘las paticas muy cortas’. Es radicalmente ‘actualizado’ diariamente: el día de hoy es lo que cuenta; el ‘mañana’ le da igual y ‘el ayer’ reposa en el olvido.
Es un excelente comunicador, sabe lo que ‘su gente’ quiere oír, a su ‘idiotez’ la cubre una inteligencia simplista; pues, todos los problemas los reduce a simples fórmulas que según él requieren sencillos remedios.
A la compleja situación del mundo ‘globalizado’ le opone soluciones simples, alternándolas al antojo. ¿Miente? – Claro que sí, es su función, para el idiota la política es un juego, hay que marcar goles a cómo de lugar. La política es su ‘campo de juego’ y los goles son para el gusto de los ‘hinchas’.


Sus aplausos se transforman en votos – lo sabe bien - y de los votos renace… ¿La democracia dirigida por el idiota?
¡Viva la idiotez!
friedrichmanfred y anavictoria agosto 2019



















[1]La palabra idiota proviene del griego ‘idiotes’ para referirse a aquel que no se ocupa sino de sus intereses privados, la ambición le domina. El vocablo ‘idiota’ también es usado en latín y significa ‘ignorante’.

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