“No lo esperábamos ….. que demasiadas personas renunciarían a razonar y a argumentar, y relegarían la verdad a una segundo o tercer planos, a favor de sus creencias, supersticiones e irreales deseos. Ninguno preveía, en suma, que en tantos aspectos el siglo XXI sería tan reaccionario y medievalizante.”
(Javier Marías, Siglo medievalizante, elpaíssemanal@el país.es)
Las mentes de muchos europeos han dado un enorme paso atrás al predicar “una guerra de razas” contra la supuesta “invasión” de inmigrantes refugiados de guerras y de miserias lejanas.
En la región alemana de Sajonia cualquier incidente basta para que se manifiesten miles de personas enfurecidas en la vía pública, exhibiendo pancartas, gritando lemas de odio y de ofensa bajo el pretexto de la libertad de expresión, usando términos y vocabulario aparentemente descartados y hundidos en el abismo del nazi – fascismo.
“Medievalizante” define Javier Marías el estado actual, lo que significa una tendencia ideológica anterior a la evolución mental y cultural de los siglos pasados, caracterizados por los términos de ‘Ilustración, Derechos Humanos, Democracia’.
En efecto ‘anti-ilustrados’ se manifestaron ‘intelectuales nazi’ cuando lograron promover su visión de la ‘superioridad’ de una supuesta ‘raza aria’ sobre los demás, entre estos los judíos eran considerados dañinos y despreciables y en consecuencia ‘exterminables’.
Vuelvo sobre el tema una y más veces porque me cuesta mucho entender que hayamos llegado a esto y que deba yo enfrentarme nuevamente a los fantasmas de mis años juveniles, ahora, cuando soy mayor de ochenta años.
Escucho una voz lejana que me advierte: ¡”Hombre, no es para tanto!”
Tal vez no será para tanto; tal vez ahora serán más ignorantes y resentidos que los matarifes del pasado; tal vez están cansados de democracia y piden autocracia de cualquier tipo para resolver un problema que les causa angustia y rabia; tal vez simplemente no entiendan ni quieran comprender y les asistan errores cometidos por políticas simplistas; tal vez sean definitivamente inmaduros para vivir como ciudadanos y prefieran ser ‘El Pueblo”…eso que gritan hasta perder la voz. Tal vez sean simplemente los idiotas de siempre.
Empero de lo que sí que se trata es de enemigos de la democracia … la democracia a la que ellos deben un bienestar material jamás conocido antes en los países europeos: incluidos sus viajes turísticos ‘al sur’, de donde vuelven tan ignorantes como se van.
Sin embargo, un límite se ha traspasado al mandar a demócratas a la ‘horca’, a la ‘muerte’, como se ha proclamado públicamente, tal no es cualquier cosa; no se debe perdonar a nadie por más imbécil que sea semejante deseo de exterminio, tales fatídicas expresiones no las cubre el criterio de la libre opinión.
Y ya no se trata de un mero asunto de opinión: se trata de un poder social y político que es reaccionario, los gritos y emblemas forman parte de una verdadera contrarrevolución. Carlos Marx había dicho que en Alemania serían las contrarrevoluciones llamadas a triunfar; se refirió a los eventos del año 1848. ¿Qué diría si hoy viviera?
¿Ampliaría su criterio a toda la Unión Europea? En toda la Unión retumba el griterío moderno “medieval”.
Yo como alemán me pregunto: ¿Tenemos los alemanes esa tendencia a la autocracia inherentes en nuestros genes? ¿Somos los eternos esclavos obsesionados por el autoritarismo manifiesto en ideologías cambiantes?
Me niego a creerlo y deseo con fervor que se levanten todos aquellos que han puesto sus pies sobre los hombros de nuestra cultura de la libertad, derecho e igualdad que la cultura alemana creó y regaló al mundo. Pero, ello no se reproduce automáticamente, necesita gente moderna dispuesta a repeler las moscas que suben del cadáver nazi muerto.
Redacción: friedrichmanfredpeter septiembre 2018
Edición: anavictoria
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