“En mi imperio nunca muere el sol”…Frase atribuida a Karl V, quien fuera, a partir de 1520 ‘Emperador del Sacro Imperio Romano’.
Sin embargo, bajo el sol muchos imperios se han hundido, entre estos, el de Karl V o Carlos I de España.
¿Dependerá eso del sol? Heráclito de Éfeso opinaba: “cada día el sol es nuevo.” Y hay días en que el sol se levanta para absolutamente nada iluminar. ¿Será ese el sol que se levantó sobre la silueta de la ciudad de Berlín en días pasados? (original de la foto con que se inicia esta reflexión en‘Die Zeit’)
A mí no me extrañaría escuchar voces como las siguientes:
“¡Mira el sol! grita angustiado un hombre! -- Estamos perdidos, veo sangre derramada.”
Voz de un personaje supersticioso, por cierto. Pero me consta que el sol sangrante angustiaba a todas las civilizaciones humanas existentes en los tiempos históricos conocidos.
El sol reclama el epíteto de eternidad; en cambio los imperios sólo poseen existencia temporal…son frágiles. En el momento de su esplendor supremo, celebrado casi siempre generosa y eufóricamente, (tal como lo hiciera el emperador Carlos I ), ya se vislumbraba su caída, su hundimiento.
‘El Hundimiento’ se llamó el dramático fin del Tercer Reich que en el mes de abril de 1945 (en este mismo lugar donde se realizó la foto de Der Zeit) se hundió, dejó de existir, borrado de la faz de la tierra.
La obra de Paul Kennedy – historiador inglés – “The Rise and Fall of the Great Powers”, describe las subidas y caídas de las grandes potencias.
El autor del libro define casi una ‘Ley de Gravedad política’:
1.La subida
2.la sobredimensión
3.El agotamiento
4.La caída.
Esa ley habrá de tocarle al imperio de los Habsburgos/España, al Imperio Británico y a la hegemonía transitoria de otros poderes como el francés, alemán o japonés, o el bipolar de rusos y americanos; actualmente se pronuncia la prepotencia de China.
¿Qué sugiere el sol sangrante sobre la ciudad de Berlín? Naturalmente ‘Nada’ o sea una mañanita fresca nublada.
Pero en un mensaje simbólico el hombre de la calle no se equivoca alarmado en su interpretación de alguna amenaza cercana:
‘El mundo actual ha de cambiar, los andamios que le sostienen por sobredimensión comienzan a ceder, se vislumbra una quiebra multi-dimensional’.
¿Cuándo sucederá y se habrán agotado todas las reservas físicas, materiales e inmateriales, culturales, ideológicas, mentales?
¿Cuándo se cansará ese planeta de la sobreexplotación que sufre?
El sol nada sabe de eso, su función es otra. Debido a nombres como Copérnico, Kepler, Galileo y Newton, lo conocemos tal cual es; sabemos que nada le perturbará en su camino; derramará su luz brillante o sangrante sobre un mundo agotado por la soberbia de los hombres. Queda algo: una tímida esperanza:
¿Brillará alguna vez sobre un mundo diferente, inexplotado y sin imperios?
Redacción: friedrichmanfredpeter septiembre 2018
Edición: anavictoria
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