Los profetas del nacionalismo
Die Propheten des Nationalismus
“Die Propheten des
Nationalismus reden manchmal so, als wenn das höhere, ja sogar das höchste
Recht der Nation gegenüber dem Einzelnen auf der Tatsache gründe, dass allein
das Leben, die Ziele und die Geschichte der Nation all dem Sinn und Bedeutung
verleihen können, was das Individuum ist und tut. (----) Andere Menschen
stünden in derselben Beziehung zu ihrer eigenen Nation, deren Ansprüche nicht
weniger absolut sind, so dass sie bei der Verwirklichung ihrer Ziele mit
anderen Nationen in Konflikt kommen. (---) damit wird dem Krieg aller gegen
alle Tor und Tür geöffnet.
Es gibt Nationalistan, die
dieser Folgerung durch den Beweis entgehen möchten, dass eine bestimmte Nation
oder Rasse – etwa die deutsche – anderen Völkern überlegen ist und ihre Ziele
diejenigen der anderen übertreffen, dass
gerade diese Kultur Menschen hervorbringe, die dem wahren Zweck der Menschheit
am nächsten komme. (---) Diejenigen, die das Glück kaben, nach diesem Ideal zu
leben, halten sich für überlegen gegenüber allen anderen. Dies führt zu
kollektiver Selbstverherrlichung, die im europäischen und vielleicht auch im
merikanischen Nationalismu ihren folgenreichen Ausdruck gefunden hat.” ( Isaiah Berlin, Der Nationalismus)[i]
“Los profetas del
nacionalismo proclaman, que el más sublime derecho de toda nación sobre el
individuo es: Que el proyecto vital y la historia de cada nación den
exclusivamente sentido e importancia a la vida de los individuos. Hay otras
personas que vivirán esto en el marco de otra nación y esta reclamará lo mismo
con absoluto derecho; por eso los conflictos entre las naciones serían
inevitable y se abrirá el portón a la guerra
de todos contra todos.
También
hay nacionalistas que presumen saber evitarlo diciendo que existe una
determinada nación – por ejemplo la
alemana – que es superior a otros pueblos porque sus méritos y proyectos
sobrepasan el nivel de todos, pretenden llegar al sitio más alto posible en el
desarrollo de la humanidad. Eso conduce directamente a la idolatría hacia ellos
mismos, lo que pasó en la tradición europea, tanto o más en la americana.” Isaiah Berlin, El Nacionalismo.
“Am
deutschen Wesen soll die Welt genesen.” “¡El modelo alemán debe sanear el mundo!”. Con esta
sentencia, cita de un verso de Emanuel Geibel poeta neorromántico alemán,
describía Wilhelm II Emperador la misión
del imperialismo alemán al comienzo del siglo XX. Y con ella abrió la puerta a
la catástrofe inicial que tragó las vidas de millones de víctimas. Muchos
creyeron en esta máxima, cumbre del
nacionalismo ideológico; la mayoría, sin embargo, individuos arrancados de su
existencia pacífica fueron sacrificados sobre el altar del culto a la patria bajo
una nube de banderas. Georg Heym, autor expresionista lo describe así:
“De entre las tinieblas se levanta quien durante años dormía en su cripta profunda/ Monstruoso,
enigmático, bajo la luz de poniente con su mano negra estruja la luna”.[1]La muerte de millones fue iniciada por el discurso nacionalista que había invadido Europa. Sus profetas habitaban palacios, colegios, universidades y también iglesias. Quien ha visto una vez el mar de cruces que se extiende hacia el horizonte en norte de Francia, en Flandes y en tantas regiones más, nunca perdonará a los profetas su nefasta labor de inflamar mentes, de fanatizar varias generaciones europeas y de llevarlas a la muerte prematura. ¡Recordemos! Esa locura colectiva cobró en total setenta millones de muertos entre soldados y civiles.
¡Basta ya! deberíamos gritar todos al unísono; sin embargo, no es así… otra vez con la misma cara arrogante de inocencia se nos presentan los profetas del día y exhiben sus románticos proyectos. En vez de argumentos promueven sensaciones, ideas sacadas de la barriga y reducidas a banderas volantes.
¿Remedios?
fmpeter octubre 2017 edición anavictoria
In der Dämmerung steht er groß und unbekannt, Und der Mond zerdrückt er in der schwarzen Hand
Aufgestanden ist er, welcher lange schlief,
Aufgestanden unten aus den Gewölben tief.
[i] Isaiah Berlin, nació en
Riga en 1909, vivió en San Petersburgo durante la Revolución de Octubre.
Exilado en Londres
ejerció carreras de Filosofía y Historia como profesor universitario y
escritor. Hablaba y escribía en varios idiomas; murió en 1997.
Seleccioné el
presente texto entre sus escritos “Wider das Geläufige, Aufsätze zur
Ideengeschichte” publicados en Frankfurt 1979.
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