jueves, 19 de octubre de 2017

El Chovinismo desde el Bienestar

El Chovinismo desde el Bienestar
Der Wohlstandschauvinismus
(…o La Revolución de los Ricos contra los Pobres)


“J’suis Français, j´suis Chauvin”, así canta Nicolas Chauvin, recluta de la “Grande Armée” de Napoleon Bonaparte. Después de resultar 17 veces herido en campaña, condecorado con la medalla de la Légion d’Honeur, emocionará al público con sentencias de exagerado patriotismo.




En la actualidad su sombra invade a toda Europa. ¡No lo puedo creer! Así grita mi alma experimentada en patriotismos, y harta de patrioteros que hicieron de mi país, Alemania un montón de escombros después de habernos obligado a cantar cosas así como “¡Die Fahne hoch, die Reihen fest geschlossen!” o más divertido ¡Und wir fahren, und wir fahren und wir fahren gegen Engelland! Bim bam buum.
Todo eso parecía olvidado y reciclado en el basurero de la historia. ¡Para nada! Ahí está de nuevo, al parecer ya no cantan pero están ganando elecciones. Son demócratas esta vez.
¿Existe un chovinismo de demócratas? Me niego a aceptar que chovinismo coexista con democracia.
Sin embargo, observo cómo en los medios poco a poco avanza una nueva interpretación de lo que significa democracia. Ha nacido una nueva dicción: Democracia Antiliberal
Así escribe Ferdinand Otto de Viena el día 17 de octubre del 2017, un día después de las elecciones en Austria:

“Si un candidato logra imponerse contra dos familias poderosas, contra la tendencia general en su propio partido, contra la opción del mundo financiero y contra casi la totalidad de la opinión pública; y logra acercar su mensaje a sus electores, en el momento en que este candidato finalmente gana las elecciones, entonces esto ha sido un triunfo de la democracia. Y este candidato se llama Donald Trump. Otros movimientos populistas merecen un aprecio similar. Le Pen (Francia), Gauland(Alemania) y Strache(Austria) son antiliberales, pero no son anti-demócratas, serán poco apreciados pero tienen méritos y enriquecen  la democracia.”[i]

El comentarista Otto opina que la democracia liberal ha tenido vida corta en la historia de la teoría política. Ni en su fase original, en Atenas de la Antigüedad, ni durante la lucha de la clase obrera por poder político, la democracia ha sido liberal. “Libertad” fue el grito de la burguesía por poder y dinero. Los Intereses son legítimos según estos defensores del populismo. Negar el derecho a inmigrantes a compartir la vida de los residentes de siempre es algo justo. La desigualdad es consecuencia de la aplicación del natural derecho de defensa de los pueblos prósperos de Europa contra la masa de inmigrantes pobres que son nombrados invasores contra los que es justo aplicar la ley de la autodefensa.
Vaya, entonces resulta (bajo tales novedosas premisas) que ya que no somos iguales todos, los candidatos a ser elegidos, serán escogidos según el grado de responsabilidad que manifiestan de guardar estos derechos de la desigualdad. Que se vuelvan estos invasores al sitio  desde dónde hayan venido y que hagan allí lo que en este país tenemos que negarles para guardar nuestra herencia, bienes y seguridad. La política no es más que la defensa de la organización de la vida básica de la población autóctona en cada región europea donde esa población se sienta víctima y pida auxilio:




Los que pensábamos que el populismo sería una fiebre pasajera de gentes de bajo nivel intelectual, de los tontos de siempre, estábamos bastante equivocados. Los nuevos chovinistas cantan desde todas las tribunas, despreciando la libertad e igualdad porque nada podrían hacer con ellas. Contrario al  proyecto democrático construyen el suyo propio, autoproclamado proyecto nacional.
Todo eso ya lo hemos tenido, estamos hartos de ello. Una cosa juro: Nadie me va obligar a cantar otra vez “Die Fahne hoch!” y me dolería si se obligare algún día a mis nietos.

fmpeter  octubre 2017


 Defendiendo la patria contra indeseados.





[i] Wenn ein Kandidat es schafft, gegen zwei mächtige Familienclans, gegen das Establishment der eigenen Partei, gegen das ganz große Geld und gegen beinahe die gesamte publizierte Meinung eines Landes seine Wähler zu erreichen und eine Wahl gewinnen kann, dann ist das ein Sieg für die Demokratie. Dieser Kandidat hieß Donald Trump. Für andere populistische Bewegungen gilt das in Abstufungen ebenfalls. Trump, Le Pen, Gauland und Strache sind antiliberal. Sie sind keine Antidemokraten. So können sie gleichzeitig "erbärmlich" und bereichernd sein.

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