El Chovinismo desde
el Bienestar
Der
Wohlstandschauvinismus
(…o La Revolución de los Ricos
contra los Pobres)
“J’suis
Français, j´suis Chauvin”, así canta Nicolas Chauvin, recluta de la “Grande
Armée” de Napoleon Bonaparte. Después de resultar 17 veces herido en campaña,
condecorado con la medalla de la Légion d’Honeur, emocionará al público con
sentencias de exagerado patriotismo.
En la
actualidad su sombra invade a toda Europa. ¡No
lo puedo creer! Así grita mi alma experimentada en patriotismos, y harta de
patrioteros que hicieron de mi país, Alemania un montón de escombros después de
habernos obligado a cantar cosas así como “¡Die
Fahne hoch, die Reihen fest geschlossen!” o más divertido ¡Und wir fahren, und wir fahren und wir
fahren gegen Engelland! Bim bam buum.
Todo eso
parecía olvidado y reciclado en el basurero de la historia. ¡Para nada! Ahí
está de nuevo, al parecer ya no cantan pero están ganando elecciones. Son
demócratas esta vez.
¿Existe
un chovinismo de demócratas? Me niego a aceptar que chovinismo coexista con
democracia.
Sin
embargo, observo cómo en los medios poco a poco avanza una nueva interpretación
de lo que significa democracia. Ha nacido una nueva dicción: Democracia Antiliberal
Así
escribe Ferdinand Otto de Viena el día 17 de octubre del 2017, un día después
de las elecciones en Austria:
“Si un candidato logra
imponerse contra dos familias poderosas, contra la tendencia general en su
propio partido, contra la opción del mundo financiero y contra casi la
totalidad de la opinión pública; y logra acercar su mensaje a sus electores, en
el momento en que este candidato finalmente gana las elecciones, entonces esto
ha sido un triunfo de la democracia. Y este candidato se llama Donald Trump.
Otros movimientos populistas merecen un aprecio similar. Le Pen (Francia),
Gauland(Alemania) y Strache(Austria) son antiliberales, pero no son anti-demócratas,
serán poco apreciados pero tienen méritos y enriquecen la democracia.”[i]
El comentarista Otto opina que
la democracia liberal ha tenido vida corta en la historia de la teoría
política. Ni en su fase original, en Atenas de la Antigüedad, ni durante la
lucha de la clase obrera por poder político, la democracia ha sido liberal. “Libertad”
fue el grito de la burguesía por poder y dinero. Los Intereses son legítimos
según estos defensores del populismo. Negar el derecho a inmigrantes a
compartir la vida de los residentes de siempre es algo justo. La desigualdad es
consecuencia de la aplicación del natural derecho de defensa de los pueblos
prósperos de Europa contra la masa de inmigrantes pobres que son nombrados
invasores contra los que es justo aplicar la ley de la autodefensa.
Vaya, entonces resulta (bajo
tales novedosas premisas) que ya que no somos iguales todos, los candidatos a
ser elegidos, serán escogidos según el grado de responsabilidad que manifiestan
de guardar estos derechos de la desigualdad. Que se vuelvan estos invasores al
sitio desde dónde hayan venido y que hagan
allí lo que en este país tenemos que negarles para guardar nuestra herencia,
bienes y seguridad. La política no es más que la defensa de la organización de
la vida básica de la población autóctona en cada región europea donde esa
población se sienta víctima y pida auxilio:
Los que pensábamos que el
populismo sería una fiebre pasajera de gentes de bajo nivel intelectual, de los
tontos de siempre, estábamos bastante equivocados. Los nuevos chovinistas
cantan desde todas las tribunas, despreciando la libertad e igualdad porque
nada podrían hacer con ellas. Contrario al
proyecto democrático construyen el suyo propio, autoproclamado proyecto
nacional.
Todo eso ya lo hemos tenido,
estamos hartos de ello. Una cosa juro: Nadie me va obligar a cantar otra vez
“Die Fahne hoch!” y me dolería si se obligare algún día a mis nietos.
fmpeter octubre 2017
Defendiendo la patria contra indeseados.
[i] Wenn ein Kandidat es schafft,
gegen zwei mächtige Familienclans, gegen das Establishment der eigenen Partei,
gegen das ganz große Geld und gegen beinahe die gesamte publizierte Meinung
eines Landes seine Wähler zu erreichen und eine Wahl gewinnen kann, dann ist
das ein Sieg für die Demokratie. Dieser Kandidat hieß Donald Trump. Für andere
populistische Bewegungen gilt das in Abstufungen ebenfalls. Trump, Le Pen,
Gauland und Strache sind antiliberal. Sie sind keine Antidemokraten. So können sie
gleichzeitig "erbärmlich" und bereichernd sein.
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