El nacionalismo
cultural moderno
Herder[i] cómo
líder del romanticismo alemán insistió en tres ideales básicos con los que se
rompe totalmente a la tradición de la Ilustración y se contraría su doctrina fundamental cuyos
orígenes están en la Antigüedad clásica, tanto en lo moral, cómo lo histórico y lo
estético. Los nombro y los resumo así:
El populismo : la convicción de que la
persona solamente se realizará como tal completamente, si pertenece a un grupo
específico identificado con raíces propias de tradición, costumbres y memoria
colectivas e históricas.
La expresión verbal como unidad indispensable: la afirmación de que toda obra humana es,
en primer lugar expresión y comunicación que manifiesta una totalidad y un modo
sui generis de ver de la vida. Los idiomas son así considerados como
manifiestos de diversidad desde la base misma de la reflexión y el conocimiento.
El pluralismo esencial: un reconocimiento
de que, así las cosas, la pluralidad infinita de culturas y de sistemas de
valores serían entre sí incomparables; ello implica la consecuencia de que
no hay principios válidos universales para los hombres.
¿Llamaríamos
desde esa perspectiva nacionalismo cultural moderno la manifestación histórica
formada con base en ideologías como la fascista, la nacionalsocialista (nazi) y
la multitud de anacronismos ideológicos en su tiempo hasta hoy? Renace con
fuerza el punto, con la discusión política sobre islamismo e inmigración de la
actualidad. Tales ideas constituyen la ideología más destacada contra la
modernidad, contra la ilustración y contra la valía universal de los derechos
humanos.
Si tales
ideas fueran ciertas entonces una persona sería valiosa solamente en el marco
de su cultura heredada colectiva, lo cual significa la renuncia al principio de
la igualdad, logro de la Revolución
Francesa. Culturalmente somos desiguales, predica esa teoría; la etnia que nos
vio nacer definirá para siempre quienes somos; la humanidad es considerada como
una infinita variedad como una orquesta polifónica. Herder en eso pretendió
reconocer la mano divina, la voluntad de Dios. Sin embargo, en este pensamiento
se inspiraron los nacionalistas modernos; leyeron en ella la perfecta excusa
para la práctica de su xenofobia y la relativización de los derechos humanos
para sus etiquetas preferidas; la discriminación encontró a su justificante.
Me
extraña que no haya “levée en masse” contra estas facetas anacrónicas que nos
amenazan a todos los que somos personas de “mundo” y no de terruños sacralizados.
fmpeter
octubre 2017
[i] Johann Gottfried
Herder, nació en Mohrungen, Prusia Oriental, en 1744 y murió en Weimar, en el
año 1803. Contemporáneo de Johann W. Goethe.
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