>En octubre de 1940 rodeados de incendios en Londres, Churchill y Portal discutieron el
proyecto de >maximum use of fire< , hacer el máximo uso del fuego, para
destruir centros de población enemiga....
A partir del día 14 de febreo de 1942 esta fue
estrategia británica.
El Ministerio del Aire indicó en su >Area Bombing
Directive< como objetivos de bombardeos las zonas más densamente pobladas:
>>Es decisivo que la operación se dirija
contra la moral de la población civil enemiga, sobre todo contra los obreros
industriales.<<
Y para que esto quede bien claro, Portal agregó:
>>Puntos de ataque deben ser los centros
urbanos y no las industrias naval o aeronáutica; ¡y esto así ha de
cumplirse!<<[1]
Que quede
claro, eso no va ser un escrito de alguien que quiere lamentarse por haber
pasado años de infancia bajo el ruido de sirenas aullando, de motores de
aviones sonando, de explosiones y de luces cegantes. -- Quedé saturado de
fuegos artificiales de por vida. --
Nunca desviaré
la responsabilidad de haber iniciado todo este baile satánico a otros. Fuimos
los alemanes que iniciaron eso, y punto.
Nos cayó encima
el cielo que pretendíamos conquistar.
Pero es parte
de un concierto, poner atención a todos los instrumentos sonantes y a sus
actores. Y la nota arriba citada les toca a los aliados, a las democracias del
occidente, que vinieron a liberar el mundo de la amenaza nazi. Así, al menos,
oficialmente es el discurso hasta hoy.
Al comienzo,
estos bombardeos tuvieron un efecto desmoralizador sobre la población, aumentó
la convicción que esta guerra estaba perdida desde el comienzo. Pero durante los últimos meses,
la aviación aliada se dedicaba a castigar ciudades indefensas, matar o mutilar
a cientos de miles de civiles, a quitarles la vivienda y transformarlos en
fugitivos, y endureció la resistencia. Fue la mejor propaganda para el régimen
nazi.
No hablaré de
los tesoros históricos de rango universal que fueron reducidos a cenizas. Tanta
fue esa destrucción, que una generación posterior ha tenido que inventar su
país de nuevo, lo que llamarán "el milagro alemán". Un eufemismo
bonito, nada más.
Reparando
fachadas mucho se consigue, pero la esencia de "lo nuestro" durará
más de cien años a resucitar. Tal vez hoy se levante la cortina sobre el
escenario de teatro reconstruido donde por fin seríamos "normales"
como todos los demás.
¿Pero, por qué
- me preguntan mis amigos - tuvieron que arder
y ser quemadas ciudades como Dresden o Würzburg entre otras más, que no
tuvieron ninguna importancia estratégica, eran indefensas - y eso dos o tres meses antes de la derrota definitiva?
--¿Venganza?
Innoble y
bastante improbable atribuir eso a un político del rango de Winston Churchill.
Los historiadores
quisiéramos ser ratones para haber escuchado lo que no está escrito, y si está
escrito, aun no está publicado.
Estas tormentas
de fuego sobre las ciudades alemanas tuvieron otras intenciones más pragmáticas;
pues no adelantaron lo que ya estaba derrotado.
¿O era
simplemente el deseo de ocupar una flota de "fortalezas volantes" de
extremada dimensión?
–¡Dadnos
trabajo! –"Let us do our job"– habrán pedido estos bombarderos
profesionales. Las ciudades grandes todas habían ya recibido su ración. Ahora
les tocaba a medianas o pequeñas.
Además, quemar
da gusto, siendo niños, todos lo
sabemos. El placer herostrático es conocido desde la caida de Troya o la quema
de Éfeso.
Conocí a un
antiguo bombardero americano en Barranquilla. Sus ojos brillaban de alegría
contándome: "¡We dropped ´em down!" Me fui sin dejarle respuesta.
Además, las bombas estaban hechas para usarlas.
¿Qué harían con ellas sin guerra?
¡Recordemos!
Miles de aviones británicos y americanos cruzaron un cielo libre para quemar
Dresden, repleta de fugitivos, cuando el ejército del otro aliado, el
soviético, estuvo a cien km ante esa ciudad y dispuesto a ocuparla. Este aliado
necesario, pero mal querido, poco a poco se iba transformando en el nuevo
enemigo.
Bien se sabía:
el ejército alemán fue derrotado en el frente ruso. Desde Stalingrado se sabía
que serían los rusos los que tomarían
Berlín. Abierto el camino a Europa: ¿Se
quedarán allï quietos?
Churchill
manifestó ese temor públicamente:
–¿Arrebatamos
Europa a los alemanes, se la entragamos ahora a los rusos?
Efectivamente,
los rusos poco después, en Dresden solamente encontraron ruinas humeantes.
¿Era esa la
intención del bombardeo?
Una
demostración de fuerza y de energía impresionante: ¡Vean, lo que somos capaces
de hacer! ¿Preludio psicológico de Guerra Fría?
Meses después
caerá la bomba sobre Hiroshima, otra sobre Nagasaki. ¿Solamente para
impresionar a japoneses? El Japón también ya estuvo vencida.
Hay otro hecho
documentado, pero poco conocido: Los prisioneros de guerra alemanes en campos
de concentración ingleses fueron mantenidos bajo régimen militar, equipados y
entrenados militarmente. ¿Una amenaza tácita con mirada hacia el "amigo" soviético?
Una vez vencida
Alemania, llegó la hora de repartir el botín.
La industria no
bombardeada fue desmontada, el saber científico y tecnológico secuestrado.
¿Cómo pudo ser neutralizado este rival para mayor tiempo posible?
El intenso
rifirafe entre los aliados, su crecida rivalidad, ya se hizo presente antes de
que las armas callaran. Durante estos últimos meses hasta la reunión en Potsdam
que escribió las condiciones de vida para millones de sobrevivientes, toda
actividad militar se hizo con la perspectiva de prevención a probables
conflictos futuros y de tirar las mejores
cartas sobre la mesa de póker.
Esa - a mi
opinión - fueron las razones principales para incendiar estas ciudades alemanas
de belleza histórica.
Unos dicen: –La
muerte de muchos miles de personas, mujeres y niños principalmente, fue un castigo
merecido, fue un sacrificio necesario sobre el altar al dios Marte.
Otros dicen: –Una
paradoja absurda, La "cruzada contra el nazismo" escondió la
intención de eliminar el poder alemán definitivamente y de reorganizar el
panorama político en Europa. No siempre lo que se dice está de acuerdo con lo
que se hace.
–¡Qué es eso de
justicia? pregunta la anónima voz de la historia, – ¡justicia no existe!
Después de eso,
Alemania resultó reducida y dividida. Esa era la voluntad de sus vencedores.
Pero eso es otro tema.
friedrichmanfredpeter octubre14
[1] Jörg Friedrich, Der Brand (la quema), Deutschland im Bombenkrieg
1940-1945. München 2002, p.85.
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