Ihr wandelt droben im Licht
Schicksallos, wie der schlafende
Säugling atmen die Himmlischen
Und die seligen Augen
Blicken in stiller seliger Klarheit
Doch uns ist gegeben
Auf keiner Stätte zu ruhn;
Es schwinden und fallen
Die leidenden Menschen,
Wie Wasser von Klippe
Zu Klippe geworfen.
Jahrelang in’s Ungewisse hinab.
Orbitáis dentro de la Luz…igual que neonatos, ignoráis vuestro destino/
Auf keiner Stätte zu ruhn;
Es schwinden und fallen
Die leidenden Menschen,
Wie Wasser von Klippe
Zu Klippe geworfen.
Jahrelang in’s Ungewisse hinab.
Orbitáis dentro de la Luz…igual que neonatos, ignoráis vuestro destino/
Cuerpos celestes majestuosos respiráis mientras dormís/
Y vuestras calmas miradas de Deidades/observáis con eterna claridad/
Pero nosotros/Nuestro destino es no descansar en ningún sitio/
Pero nosotros/Nuestro destino es no descansar en ningún sitio/
Tambalear y caer/eso hacen los sufridos humanos/
Arrojados como el agua que salta de una roca a otra/
Largo tiempo en permanente e incierta caída.
Este poema de Friedrich Hölderlin es el poema de mi vida. Traducirlo y no acudir a manos más expertas que las mías es un reto. Tal vez imposible de hacer. Tampoco pretendo interpretarlo, ni comentarlo.
¿Cuál es mi reto? Es la lengua. (Todas las lenguas son iguales, y no lo son porque tienen su carácter propio). Son las palabras en alemán que no encuentran equivalente:
“Wandeln”en el primer verso es un verbo, es caminar, andar, pasear, etc. pero nada de eso toca la singular gravedad de ese caminar. Traducir como “orbitar” es un intento que le resta poesía al original porque es singular, es único, el hecho de que “wandeln” sea el caminar de las estrellas que se mueven, que andan dormidas. Solamente ellas “wandeln”.
Además, “wandeln” abre otra ventana más: De “wandeln” nace el “verwandeln” o el sustantivo “Wandel o Wandlung”que significa el sacramento de la eucaristía en alemán. Es obvio, la dimensión filosófica del término no es traducible.
En el último verso de la primera estrofa, “Selige Klarheit”abre una vía etimológica hacia “die See” – el mar -.Ese término no es indoeuropeo. De esa palabra se han derivado numerosos términos más: “die Seele” es el alma y “seelisch” no debe confundirse con “selig”que significa animado. “Klarheit”es sustantivo creado por la mística medieval. No solamente es ‘claro’ es clarividencia, es la elevación de lo que es claro o transparente a una categoría filosófica – religiosa. “selige Klarheit”está reservada a los ‘celestes’ que no les perturban los problemas diarios de los hombres. Georges Arthur Goldschmitt, escritor francés, destaca el carácter ‘vital’ de la lengua alemana:Tridimensional.
En el último verso de la segunda estrofa,“In’s Ungewisse” – ‘lo incierto’ – se acerca a ese termino, aunque no en lo esencial: en este caso es posible transmitir el género neutro que es característico del alemán. “Das”impone un alejamiento (neutro) de los géneros masculino o femenino de otras lenguas. El haber abandonado el ‘neutro’ en las lenguas occidentales ha formado mentalidades aun no exploradas.
Pero también “das Ungewisse”sustantivo derivado del verbo “wissen”– saber – (no del adjetivo ‘cierto’) y es más que eso: ya que nada sabemos, ese no saber se convierte en fundamental. Es condición de nuestra existencia como humanos. ‘Lo cierto’ se puede aceptar en un acto de ‘razón práctica’. “Ungewiss”es confrontarse a una situación existencial que no puede hallar remedio. Además “stürzen” caerse y hundirse en el destino del no saber, crea una visión anti – optimista de la vida. Al final nos encontramos con las mismas preguntas de siempre y no encontraremos salida. No somos ‘celestes’.
Este poema de Friedrich Hölderlin es el poema de mi vida. Traducirlo y no acudir a manos más expertas que las mías es un reto. Tal vez imposible de hacer. Tampoco pretendo interpretarlo, ni comentarlo.
¿Cuál es mi reto? Es la lengua. (Todas las lenguas son iguales, y no lo son porque tienen su carácter propio). Son las palabras en alemán que no encuentran equivalente:
“Wandeln”en el primer verso es un verbo, es caminar, andar, pasear, etc. pero nada de eso toca la singular gravedad de ese caminar. Traducir como “orbitar” es un intento que le resta poesía al original porque es singular, es único, el hecho de que “wandeln” sea el caminar de las estrellas que se mueven, que andan dormidas. Solamente ellas “wandeln”.
Además, “wandeln” abre otra ventana más: De “wandeln” nace el “verwandeln” o el sustantivo “Wandel o Wandlung”que significa el sacramento de la eucaristía en alemán. Es obvio, la dimensión filosófica del término no es traducible.
En el último verso de la primera estrofa, “Selige Klarheit”abre una vía etimológica hacia “die See” – el mar -.Ese término no es indoeuropeo. De esa palabra se han derivado numerosos términos más: “die Seele” es el alma y “seelisch” no debe confundirse con “selig”que significa animado. “Klarheit”es sustantivo creado por la mística medieval. No solamente es ‘claro’ es clarividencia, es la elevación de lo que es claro o transparente a una categoría filosófica – religiosa. “selige Klarheit”está reservada a los ‘celestes’ que no les perturban los problemas diarios de los hombres. Georges Arthur Goldschmitt, escritor francés, destaca el carácter ‘vital’ de la lengua alemana:Tridimensional.
En el último verso de la segunda estrofa,“In’s Ungewisse” – ‘lo incierto’ – se acerca a ese termino, aunque no en lo esencial: en este caso es posible transmitir el género neutro que es característico del alemán. “Das”impone un alejamiento (neutro) de los géneros masculino o femenino de otras lenguas. El haber abandonado el ‘neutro’ en las lenguas occidentales ha formado mentalidades aun no exploradas.
Pero también “das Ungewisse”sustantivo derivado del verbo “wissen”– saber – (no del adjetivo ‘cierto’) y es más que eso: ya que nada sabemos, ese no saber se convierte en fundamental. Es condición de nuestra existencia como humanos. ‘Lo cierto’ se puede aceptar en un acto de ‘razón práctica’. “Ungewiss”es confrontarse a una situación existencial que no puede hallar remedio. Además “stürzen” caerse y hundirse en el destino del no saber, crea una visión anti – optimista de la vida. Al final nos encontramos con las mismas preguntas de siempre y no encontraremos salida. No somos ‘celestes’.
Y así, sucesivamente, podríamos seguir desentrañando con el fin de observar de qué medios se sirven nuestras lenguas que, tanto esconden tanto como revelan.
friedrichmanfred y anavictoria febrero 2020
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