“America, that´s the world”
“Allí, bajo nosotros se extendía Strasburgo, la ciudad maravillosa; ahí mismo, el Munster, la imagen petrificada del arte alemán y de su grandeza; se encontraba cortado en piedra el nombre de Goethe; mientras, aquí a mi lado terminaba su discurso un editor en jefe que vino desde el otro lado del océano. Para concluir su perorata declaró con tranquilidad y total seguridad: “América, that´s the world.”
Así nos despedimos. Yo no tuve valor de contradecirle.”[1]
La cita es de Theodor Fontane, escritor alemán de familia francesa hugonote. Es el año de 1871en meses posteriores a la guerra entre Prusia y Francia que acabó con la victoria prusiana y la anexión de Alsacia al recién fundado Reich alemán. Theodor Fontane visita y rinde homenaje a aquel símbolo en piedra que es la torre gótica, el Munster de Strasburgo, visitado y cantado por tantos, entre estos J.W.Goethe durante la época de sus estudios en Strasburgo. En ese sitio emblemático Fontane se encuentra con un visitante de la misma profesión, un americano editor.
El encuentro es casual, pero muy significativo: Sólo pocos años después de la Guerra Civil Americana ganada por el Norte contra el Sur, esa nueva América resurgiendo entre batallas sangrantes anuncia su presencia con un autoestima extrema: “América, that´s the world.”
El visitante exhibe desinterés e ignorancia ante todo lo que su colega europeo trata de explicarle. Nada de eso le importa. Al parecer vino a Europa sobre todo para exhibir la bandera de la Unión como signo de soberbia y superioridad. Fontane resignado lo deja; el diálogo es imposible.
A mí me parece que la observación de Fontane sobre este encuentro resulta visionaria. Cuando todavía esa América ocupaba un lugar oscuro e inexplorado en el mundo, ya existían su vocación y decisión de superioridad manifiestas. El mundo, eso parece, era de ellos, de los americanos. Lo pronunciaban intelectuales y lo aplaudían masas. No quiero poner en duda la admiración manifiesta de millones de personas por América más allá de la propia nación americana. Corresponde a un hecho real, es señal del“ manifest destiny” vigente desde el principio de la historia americana cuando el primer ‘pilgrim’pisó la ‘tierra prometida’. Como una red invisible cautivando a los individuos blancos que decidieron no ser nunca más seres corrientes en un enorme mundo, sino constituirse en miembros de una nación destinada a ser la primera, tal vez la única verdadera ‘patria’ que el mismo señor Dios escogió: ‘God´s own country’. Nada más que eso pronuncia el perfil invisible de este nuevo sol del ‘pueblo elegido’.
¿Para qué enredarse con las historias complicadas de esa Europa decadente? Ahora el sol brilla desde el occidente lejano; ya no es válida la sentencia clásica : “ex oriente lux”.
¿Qué otra nación puede atreverse a rivalizar con ella? La complicada historia de las naciones europeas exige un saber especial y para juzgarla no basta citar el paralelismo con la biblia. Pues hasta entonces solamente había un ‘pueblo elegido’ hasta que llegaran los americanos a reclamar la aureola, y ese pueblo era Israel--- Ahora hay dos.
La observación de Fontane resulta interesante en un momento histórico en el que el nacionalismo americano sale a flote y forma parte tanto de la vida social interna como de la política exterior de aquel país. El tono de agresividad que invade este mensaje de superioridad señala que se acabó la clemencia hacia los que no lo comparten. El mensaje político y social subyace en un hacerse intolerante frente a cualquier situación que pueda medrar la seguridad de lograr alcanzar su gran misión. Todos los misioneros son tolerantes en la aurora de los días, pero los crepúsculos los vuelven dramáticos, intolerantes y agresivos. Así observamos como compartiría el imperio americano su dinámica con los lejanos antecedentes de la antigua Roma. Roma no era eterna, ahora lo sabemos…y la Roma Yanqui tampoco lo será. ¿Qué será?
No me atrevo a pronosticar nada. Todo indica que la ideología americana perdurará aguantando contratiempos porque un Trump se va y otros vendrán, pero su mesianismo político crecerá debido al aumento de los contratiempos. Sobre una sólida base de enfados, miedos y odios se erigirá el futuro, los compromisos no son posibles. ¿Y los europeos?
Por fin harán lo que deberían hacer: Seguir el propio camino, independientes, autónomos, libres.
friedrichmanfred y anavictoria sept. 2019
[1]“Unten lag Straßburg, die ‘wunderschöne Stadt’, dies war der Münster, das mächtigste Sinnbild deutscher Kunst und deutscher Größe, drüben in Stein geschnitten, stand der Name Goethe, und hier perorierte ein chief-editor von jenseits des großen Wassers und sagte mir ruhig: “America, that´s the world.”
So schieden wir. Ich hatte nicht den Mut, zu widersprechen.”
( Theodor Fontane, Auf dem Münster, Klassiker des Feuilletons, RECLAM 8965-67. P 79)
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