Las otras
“Iglesias”… Nuevos Cultos – Viejos Rituales
(Sitio del Culto en Nicaragua)
“Dios nos dijo
que hiciéramos un fueguito para expulsarle el demonio”...
Así habló el joven “pastor” de 23 años, y así, tal cual se
realizó el hecho delictivo: quemaron a la joven Vilma Trujillo que según la
opinión de su pastor estaría “posesionada por el diablo”. Después
de torturarla -como tenía que ser para luchar “inquisición-nalmente” contra la
sucia e invisible presencia metida en el cuerpo de la joven- la quemaron viva
para que Satán abandonara el cuerpo definitivamente.
Tales hechos no
sucedieron en territorio suizo donde
fuera quemada, en plena era de la Ilustración,
Anna Göldin -la última bruja europea- en hechos sucedidos apenas siete
años antes de la Revolución Francesa. La bruja Vilma Trujillo ardió el 8 de
marzo de 2017 en un lugar apartado de Nicaragua, en América Central.
“Cristianos” se auto denominan los que realizaron la quema y
“cristianos” llaman a los que asistieron a este “auto de fe” moderno. Este neo “cristianismo”
viene extendiéndose velozmente por todo
el área del enorme continente americano hace ya algunas décadas. Miles
de “iglesias” brotan como yerba silvestre en los suburbios de ciudades, invaden
los campos, proliferan creando colegios y otros centros de servicio o de
asistencia social. Y está claro que no todas están dispuestas a quemar brujas.
“Cristianos” como definición para los Cultos y
sectas ya no se trata de los bautizados
católico- romanos, sino de gente que recientemente ha descubierto que “Jesús me ama” y que el diablo acecha
en cada rincón oscuro o extraño. Entran en éxtasis cuando elevan juntos sus
plegarias a Dios y saben exactamente dónde residen el bien y el mal. Repudian
el ron y la cerveza…bien, pero lo que pasa casi inadvertido es que igualmente
repudian el pensamiento, la decisión libre y consciente, la autonomía y la
autodeterminación. No quieren ser ellos los dueños de su propia vida, con gusto
se la entregan extasiados a Dios omnipotente y origen de “bendiciones” que como
flechas de un amoroso cupido, caen sobre los “cristianos”. Llueven las “bendiciones”
allí donde los nuevos “cristianos” proliferen.
Salud,
bienestar, éxito profesional son
resultados prometidos por los líderes, “bendiciones” repiten incansables,
porque los “cristianos” han creado su vocabulario propio…seguramente que esas “bendiciones”
se oponen a las probables maldiciones que también son posibles.
¿Por
qué esa oleada de iluminados, ese frenesí religioso precisamente en estos
tiempos?
¿Por
qué esa diferencia fundamental en estos territorios si se compara con el
ambiente europeo donde cada vez más la práctica religiosa se retira a un rincón
de la vida privada?
¿Qué
ha pasado?
No
presumo de saber suficiente para dar respuesta satisfactoria a estas preguntas;
estas actividades que encuentro extrañas y exóticas tampoco resultan, en sí
mismas, fenómenos atractivos por investigar. Conozco de cerca (observación
directa, conversaciones y anécdotas, lectura de estadísticas a raíz del
reciente plebiscito colombiano que tuvo en estas iglesias un gran papel) algo
de la situación en el Caribe colombiano. Aquí pretendo, por la vía de
exclusión, confirmar lo que opino con seguridad que no es motivación principal del fenómeno de marras:
1. No es fruto de pobreza, aunque muchísimos de los nuevos “cristianos” vivan en
situación precaria. Es falsa, por ejemplo la comparación con signos de pobreza vistos
desde los medios europeos y que constituye un error usual en la apreciación que
tiene el viejo continente acerca de lo que sucede por estos lares. El campesino
entre yuca, maíz, frijol y plátano se alimenta bien. La iluminación ha llegado
a todos los sectores de la sociedad – en el caso colombiano - Intensas campañas de publicidad
“venden” religión como cualquier otro
artículo de consumo y amplios sectores urbanos de la clase media acomodada se
bautizan en el neocristianismo.
2. No es falta de
información porque los medios de comunicación están
omnipresentes. ¿Quién no posee un tfno. Celular? La televisión está prendida
durante todo el día hasta en la choza más lejana. El aislamiento y la soledad
existen, sí por supuesto, pero no se trata de circunstancias simplemente geográficas,
son fenómenos culturales. La incomunicación con el mundo de la cultura, del
saber y del estudio es un hecho arrasador: no hay teatros, no hay
favorecimiento alguno al que desea ser intelectual o artista, las carreras
universitarias son tecnificadas. Estudios teóricos, casi nulos.
3. No es fruto de tradición, no ha resucitado alguna arcaica creencia
precolombina; los dioses indígenas están muertos hace mucho tiempo. Pero ahora
parece que una inmensa nube misionera desde el norte del hemisferio invadiera
el territorio al sur del Rio Grande. Los signos del nuevo cristianismo en gran
medida son notablemente sustancias anglosajonas, americanas, de origen
protestante sectario.
4. No es resultado de
imposición, no lo favorece ninguna fuerza pública. La
tradición de bautizo, misas y primeras comuniones del catolicismo sigue vigente.
Nadie es obligado a compartir el nuevo “cristianismo”. Aparentemente sus fieles
son libres en la elección de su religión, y así se estableció en el caso
colombiano desde 1991, año de firmada la actual Constitución. Sin embargo, en
sectores marginados existe una presión social que no se puede eludir: muchos
padres observan con alivio cuando sus hijos se acercan a una iglesia
“cristiana” ya que les parece una protección contra la tentación de consumir
drogas o de caer en delincuencia.
5. No es una nueva forma de
oposición social o política. Los nuevos “cristianos”
son personas conformes con el status quo político. Toda lucha social y política
de carácter rebelde o revolucionario les es ajena. Es más, defienden posturas
más conservadoras o reaccionarias que el promedio de la sociedad colombiana.
Los pastores no paran de reclamar comportamientos honestos y conformes a las tradiciones
vividas durante siglos.
¿Qué
más analizar sobre estos nuevos Cultos?
Como
filósofo/historiador me permito reunir conocimiento y apreciación sobre una característica singular de este
subcontinente latino, un carácter propio marcado por la historia: Estoy
convencido que sobre América Latina en
su totalidad aún pesa la herencia colonial que fue marcadamente distinta de
otras formas de colonización conocidas en la historia. No es el lugar para
evaluar tal situación, sólo quiero destacar lo que pueda aportar algo a este
tema vigente:
Tanto como sucedía en España
así también en las colonias americanas de España y de Portugal fueron ignoradas
y excluidas las tesis de la Ilustración europea. España y por supuesto
Portugal, nunca vivieron el choque con las ideas de Reforma y de la
Ilustración. Los breves episodios de la era napoleónica, durante los cuales
España defendió el statu quo en contra de cualquier idea revolucionaria o
anti-monárquica no cambiaron nada.
Es
importante recordar eso ubicándolo concretamente en el tema religioso por cuanto durante la colonización
española y portuguesa de los territorios americanos, la conversión de la
población nativa americana se hizo sin mayores problemas; los indios aceptaron
rápidamente el cristianismo católico y se fundieron con el conquistador de
muchas maneras; ningún acto de severa oposición es conocido. El indio corriente
obedeció y sobrevivió, se dejó maniatar manos y mente sin oponer resistencia.
Incluso se inició el gusto en aquellas “cuerdas invisibles” que le salvaron la
vida en ese presente violento y le abrieron las puertas a la supuesta
eternidad. El indio se habituó, por lo menos en todo lo organizativo externo, a
que otros pensaran y decidieran por él.
Sabemos
que la Independencia y la supuesta descolonización correspondió a un cambio de
patrones reales sin alterar esa mentalidad de dependencia creada y manipulada
por los criollos desde sus puestos preferenciales. La intención de Bolívar -en
contacto con Humboldt- por lograr introducir un cambio mental sustancial, una
nueva conciencia americana, fracasaron. El nuevo americano liberado nunca
aprendió a valerse por sí sólo, a ser responsable de su vida presente y futura.
Le gustaron las cuerdas impuestas por otros, nunca se sintió maniatado sino
guiado y protegido. Este status nunca se alteró.
¿Dónde
estaba la alternativa?
Las
élites que quedaron del virreinato buscaron
apoyo y orientación en las “Mecas” de Paris y Londres. Vivir sus vidas en estos
lejanos “paraísos” sólo simulaba autonomía y libertad y transitó a la
literatura. Pero para la masa popular nada cambió. No se necesitó una neo –
colonización; se auto – colonizó por sí misma.
Hay
otro factor social importante diferenciador con Europa y también con América
del Norte: la cultura latina es en esencia esa identificación gustosa con el
colectivo, con un alma de todos. Casi
nada se decide sin apoyo familiar y la aprobación de un declarado jefe de clan.
Los individuos difícilmente se independizan
de ello. Y ante un Estado tan ausente de los problemas concretos,
materiales, no aceptar tales dependencias es perder protección y auxilio.
Debe
resultar insoportable, acostumbrado a vivir en condiciones sociales de integración…
la soledad en la que el individuo enfrenta la duda… la reflexión con su
inevitable riesgo de equivocarse. Por eso es que generalmente se reclama “justicia”,
pero sólo en excepcionales casos
“libertad”. La libertad individual es temida, es considerada peligrosa -
aislante; tendenciosamente conduciría al
“libertinaje”.
Así
las cosas no hay caminos posibles; la mente y el alma han de ser guiadas y llevadas
por el mejor camino y esa es una labor colectiva. Para eso están la familia, los
amigos, el clan social y …¡los nuevos “cultos cristianos”!.
Para
los nuevos “cristianos” es esto parte de su universo:
“Dios,
allá arriba, el protector mayor, el jefe que manda, con quien me comunico
directamente extasiado para que me colme de bendiciones.”
¿A
dónde va llegar esto? pregunta una amiga.
No
sé – digo yo – pero sin lugar a dudas se trata de una auténtica amenaza para la
construcción de una sociedad libre, ilustrada, solidaria y democrática.
friedrichmanfredpeter marzo 2017
anavictoriaoeding edición
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