El Pecado Original (Der Sündenfall)
Diese ursprüngliche Akkumulation spielt in der politischen Ökonomie
ungefähr dieselbe Rolle wie der Sündenfall in der Theologie. Adam biß in den
Apfel, und damit kam über das Menschengeschlecht die Sünde. Ihr Ursprung wird
erklärt, indem er als Anekdote der Vergangenheit erzählt wird. In einer längst
verflossenen Zeit gab es auf den einen Seite eine fleißige, intelligente und
vor allem sparsame Elite und auf der andren faulenzende, ihr alles, und mehr,
verjubelnde Lumpen. Die Legende vom theologischen Sündenfall erzählt uns
allerdings, wie der Mensch dazu verdammt worden sei, sein Brot im Schweiß
seines Angesichts zu essen; die Historie vom ökonomischen Sündenfall aber
enthüllt uns, wieso es Leute gibt, die das keineswegs nötig haben. Einerlei. So
kam es, dass die ersten Reichtum akkumulierten und die letztren schließlich
nichts zu verkaufen hatten als ihre eigne Haut. Und von diesem Sündenfall
datiert die Armut der großen Masse, die immer noch, aller Arbeit zum Trotz,
nichts zu verkaufen hat als sich selbst, und der Reichtum der wenigen, der
fortwährend wächst, obgleich sie längst aufgehört haben zu arbeiten…
Desde
la economía política la acumulación original sucedió (más o menos) de igual forma que la caída teológica del
hombre en el pecado original. Cuando Adán mordió la manzana toda la humanidad cayó en pecado. Esa anécdota muy lejana, de tiempos
pasados se reafirma asumiendo que
existieron, por un lado unas élites inteligentes e industriosas, y por el otro
unos holgazanes parranderos.
La
leyenda del pecado original, sin embargo nos cuenta que el hombre ha sido condenado
a comer su pan de cada día sudando la gota gorda. Pero la historia del pecado
original económico no nos revela por qué hay gente sin obligación de hacer eso
(sudar para lograr a comer) Bueno, así ha pasado.: Unos acumularon riqueza y
los otros últimos finalmente no tuvieron más nada que hacer sino vender su
propio pellejo.
Este “pecado
original” es el verdadero origen de la pobreza de la masa y conlleva la
necesidad de venderse cada uno a si mismo a pesar de realizar todo trabajo
necesario; mientras tanto continuamente crece la riqueza de los pocos que hace
rato dejaron de trabajar.
Sobald die Eigentumsfrage ins Spiel kommt, wird es heilige Pflicht, den
Standpunkt der Kinderfibel als den allen Altersklassen und Entwicklungsstufen
allein gerechten festzuhalten. In der wirklichen Geschichte spielen bekanntlich
Eroberung, Unterjochung, Raubmord, kurz: Gewalt, die große Rolle. In der
sanften politischen Ökonomie herrschte von jeher die Idylle, Recht und „Arbeit“
waren von jeher die einzigen Bereicherungsmittel… In der Tat sind die Methoden
der ursprünglichen Akkumulation alles andre, nur nicht idyllisch.( Karl
Marx Das Kapital Buch 1)
Cuando
se toca el tema de la propiedad, nos sentimos solemnemente obligados a hacer
referencia de la visión de leyendas
pueriles, como auténticas y verdaderas.
Conquista,
robo y expugnación son verdaderamente los temas importantes de la historia real,
en pocas palabras Violencia. La economía política es más ligera, ahí domina el
idilio; los mecanismos de la explotación fueron el derecho y el trabajo, y así fue
desde siempre. … Los métodos de la acumulación original se dieron de varias
formas, con seguridad ninguna de ellas idílica. (Karl Marx, Das Kapital, Libro 1)
Comentario
¿Había
una vez un idilio? ¿Un idilio sin dolor, sin lágrimas, ni trabajo que causa
sudor?
El
mito del paraíso bíblico así lo establece y el escritor Karl Marx le sigue de
lejos pero le da otra interpretación: lo traduce desde el cielo a la tierra,
del mito a la realidad, porque real es la vida mientras que ideal y religiosa
su reducción a historieta bíblica.
El
“pecado original” lo cometen Eva y Adán juntos, un poquito más Eva porque ella
es pintada como la seductora incitada por la víbora engañosa.
¿Pero
no pasó otra cosa? pregunta Marx, ¿no ha sido al revés?, ¿no fue Eva la que
trabajó y era Adán que lo disfrutó mordiendo la manzana? Depués la dejaría comer
también porque cada trabajo merece su recompensa, su salario. Y nos imaginamos,
con Marx que no sólo se trataría de una manzana sino de tantas más cuantas
cupieran en el canasto para llevarse. Ha nacido la primera acumulación,
definitiva como el pecado original, ya nunca más abandonaríamos esa preciosa
costumbre de pecar o de acumular. Es el hábito más marcado de la humanidad, es
su identidad.
Separamos
a los que lo trabajan de los que acumulan, porque no todos están
implicados en la misma labor, unos mandan, otros obedecen; mientras unos se
suben a los árboles a bajar la fruta, otros llenan los canastos, se quedan con
ellos y lo llaman propiedad. Comienzan a fabricar vinos con esa fruta, surge la
pastelería y también amenazan a los que compiten por eso. La humanidad acaba de
pisar su historia, y la historia es una secuencia de avances materiales y
técnicos pero al mismo tiempo de violencia y de explotación masificada.
Por eso eso sucedió que una voz fuerte, desde
el más allá, entre relámpagos y truenos advierte que se acabó lo del paraíso:
desde aquí y en adelanta hay que sudar y llorar, también morir. Esto último no
había que inventarlo porque ya existía ya que las leyes biológicas son
universales.
¿Por
qué importa a Marx utilizar al paraíso original y al pecado cómo símil?
Es que
mirando la vida, tal como es,
comprendemos que no son las ideas las que mueven cielo y tierra, sino lo que
sucede en la tierra y eso es economía y la economía es política. Y quién desea
conocer el mundo no debe contentarse con registar las apariencias. Debe
prolongar su investigación en el sentido
del Fausto de Goethe:
“Conocer
las fuerzas que íntimamente rigen el mundo”. (Erkennen, was die Welt im Innersten
zusammenhält) Marx no hace más que prolongar el más profundo mensaje de la
ilustración de la cuál es heredero
legítimo.
Con
ayuda de Marx logramos mirar detrás de las cortinas que cubren las esencias y
contemplar esas esencias como elementos que definen nuestra vida.
friedrichmanfredpeter marzo
2017
anavictoriaoeding edición
No hay comentarios:
Publicar un comentario